NUEVO DUEÑO

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Lentamente unos ojos color negros se abrieron despacio, intentando enfocar la vista y saber donde rayos estaba. Pero se vio obligado a cerrar de nuevo los ojos y ladear la cara por lo segador que era aquel tono blanco en las paredes de aquel cuarto, para darse cuenta que había una Omega checando sus signos vitales.

--Buen día joven, ¿cómo se siente? -- la forma en como lo preguntó, dejo a Sasuke un tanto extrañado --¿Necesita algo? --.

--¿Dónde estoy? --. Fue lo único que Sasuke pudo preguntar al no entender como llegó ahí.

Viendo que la joven se acercó para ayudarlo a sentarse en la camilla.

--Esta en el hospital Origami, permítame, en un momento llamo a la doctora -- aviso antes de salir de ahí.

Dejando a Sasuke confundido de ver a esa Omega bañada, con ropa limpia y hermosa apariencia, incluso oliendo rico.

Y sin poder evitarlo, recuerdos de su niñez le llegaron, el como a pesar de vivir en aquella mansión al lado de sus padres, siempre veía como ellos trataban a los Omegas, incluso él siendo su hijo no se liberó del maltrato al ser vendido cuando su padre quebró por un mal negocio.

Torció la boca con rabia y coraje, estaba cansado de ser tratado como un objeto que los Alfas pudieran hacer y deshacer a su antojo.

Al pensar en todo lo que iba a pasar, intento pararse para largarse de ahí, ya vería que hacer cuando estuviera lejos.

Sólo que se quedó en deseo, porque la puerta se abrió y de ahí entro una rubia con un gran atributo delantero.

--Buen día bello durmiente, ¿cómo te sientes? -- preguntó al acercarse y empezar a checar al azabache de los ojos con su pequeña linterna.

Logrando incomodidad por parte de Sasuke, quien intentaba desviar la vista de esa luz segadora.

--Respira hondo y exhala despacio -- pidió, logrando que Sasuke obedeciera -- dime ¿te duele aquí? -- preguntó al presionar un poco fuerte el costado, logrando que el Omega soltara una queja de dolor.

Pero eso no era lo que más atormentaba a Sasuke, sino el echo de que una Omega fuera la doctora que lo estaba atendiendo. Y lo supo por el collar negro que tenía en el cuello, el cual servia para que ningún Alfa la mordiera sin permiso, algo raro ya que en el mundo muy pocos eran los privilegiados que cuidaban a sus Omegas de esa manera, y hay que aclarar que estos sólo eran Alfas de familias ricas que cuidaban a sus hijos o hijas Omegas, hasta que cumplieran la mayoría de edad para venderlas al mejor postor.

--Vas muy bien, de echo si sigues así en unos días estarás como nuevo, te recetare unos analgésicos que te van a ayudar a mitigar el dolor --. No terminó de hablar cuando Sasuke preguntó.

--¿Dónde es aquí? --.

La rubia sonrió de una manera enternecida, sabía porque la duda o intriga del Omega azabache. Recordando que hubo un tiempo que ella misma estaba confundida y sin saber que hacer.

--Cierto, debo llamarlo para decirle que ya estás despierto -- ignorando la pregunta que hizo Sasuke, saco su teléfono y marco un número agendado como tonto #1. Sasuke se enojó por ser ignorado de tal forma y cuando estaba por replicar, la rubia hablo -- Oye mocoso el Omega ya desperto -- dejo de hablar para escuchar la respuesta del otro lado del aparato, una que por mala suerte Sasuke no logró oír -- Si mocoso, si, adiós -- y sin decir más colgó, para luego soltar un gran suspiro -- Al rato vienen por ti, me gustaría platicar contigo más tiempo pero debo atender a otros pacientes, cuidate Sasuke -- y con tal despedida, salió de ahí.

Dejando mas confundido al azabache, quien veía las vendas de sus brazos y manos.

Recordando la golpiza que ese Alfa le dio, y aunque había tirado su orgullo pidiendo piedad, fue ignorado no sólo por su dueño si no por los que pasaban por ahí.

SECRETOS QUE NOS LLEVARON A LA DESTRUCCIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora