SECRETOS QUE NOS LLEVARON A LA DESTRUCCIÓN

POSICIÓN

Los leves y muy suaves gemidos de agonía, la sangre salpicada por todo el piso y aquella sonrisa retorcida del pelirrojo le daba el peor toque a ese lugar lleno de alfas tirados por doquier, quienes algunos soltaban sus últimos suspiros y algunos otros simplemente estaban ya muertos.

-P-Pooorr - aquel alfa quería suplicar por piedad, que lo matarán de una vez por todas en vez de seguir sufriendo bajo los pies de aquel sádico que lo miraba con esos intensos ojos llenos de irá.

- Espero que te haya quedado claro que a mí nadie me chasquea la lengua - expreso aquel joven de ojos color agua marina al ver con superioridad a ese alfa que estaba en el suelo bajo el pie de aquel rubio.

- Vaya, ahí van algunos de nuestros mejores alfas - dijo molesto aquel anciano al entrar a aquella sala y mirar todo su personal tirado y despedazado en el suelo.

- ¿Sabes que molesto es buscar a gente capacitada? Esto es una locura - soltó la anciana al acercarse y buscar en aquel lugar un sofá limpio de sangre o pedazos de carne.

- Bueno, quizás así le quede claro a quien sea que si miran mal a mi Delta, no lo pasaré por alto -.

El pelirrojo sonrió de lado al escuchar las palabras del rubio, por lo que no dudo en abrazarlo de la cintura y depositarle un beso en la mejilla.

Quien sonrió antes de abrazarlo por la cintura y mirar a ese anciano que se sentaba al lado de su esposa.

- A lo que vine, para que me llamo la junta de ancianos - el rubio al ver que la abuela le señalo el sillón, agarro la mano de Gaara y lo invito a sentarse para después hacerlo él a su lado. - Espero que sea algo realmente importante -.

Aquella anciana llamada Chiyo miro a la pareja antes de ver qué en aquella sala ingresaba una mujer de cabellos largos y rubios cuál hilos de oro, a su lado iba su pareja, un joven atractivo de ojos aperlados y cabello castaño.

La recién llegada miro al rubio antes de ver a los dos ancianos y sentarse frente a ellos, con su pareja sobre sus piernas.

- ¿Y bien? - expreso sería la rubia al mirar a los dos vejestorios, quienes carraspearon en un intento de sonar claros.

- Después de tanto tiempo por fin hemos encontrado a una nueva Delta -.

Aquellas palabras lograron que el rubio frunciera el entre cejo y apretara fuerte la mandíbula.

- Espero que no sea lo que estoy pensando - expreso la rubia al mirar a Chiyo, quien no cambiaba su expresión desinteresada.

- Naruto tiene que regresar -.

Un estruendo fuerte inundó la sala cuando el rubio pateó la mesa de vidrio que había en el lugar, logrando que está se despedazara cuando chocó con una pared cercana.

- ¡Porque debería regresar, mi hermano ya tuvo a su Delta, una que fue elegida por ustedes mismos! y ahora ¿Piensan darle otra? -. La ira que se notaba en la voz del rubio solo hizo que los ancianos soltaran un gran suspiro.

- No se porque sueltas tu olor, ¿Acaso se te olvidó que nosotros somos, Gammas? Los únicos superiores a ustedes, los Stigmas -.

- Es por eso mismo que debemos hacer lo que sea para conservar su linaje - la voz de la anciana fue firme, logrando que Neji desviará el rostro al sentir la intensa mirada de esa señora sobre él.

- Los Stigmas así como los Deltas son ya casi una raza extinta, es por eso que nosotros queremos que conserven el linaje y no les pase lo mismo que nosotros los Gamma -. La voz del anciano logro que el rubio revirara los ojos y se sentará al lado de Gaara, quien simplemente se limaba las uñas sin interés alguno en el tema.