Por fin es viernes, estos últimos días se me ha sido difícil acostumbrarme a la relación de Kate y Dave. Me alegro por ellos pero verlos coqueteando asusta.
Al mismo tiempo, me estoy llevando cada vez mejor con James. Sucede que en su antigua escuela era víctima de bullying y le ha costado reinventarse aquí.
Ambos estábamos sentados en clase de Literatura, faltaban unos pocos minutos para el almuerzo y yo estaba sentada viendo cómo la mitad de las personas dormían. James ladeaba su cabeza y debes en cuando me dedicaba una sonrisa.
Saqué mi teléfono y revisé el mensaje recién llegado:
"Veme en el baño, frente al pasillo. Es urgente."
Allan.
Por la palabra urgente pensé que algo le había sucedido, así que apenas escuché la campanilla me dirigí lo más rápido que pude chocando con algunas personas hasta llegar al baño.
Empujé la puerta y encontré a un chico sereno, descansando su cuerpo contra la pared mientras miraba detenidamente su teléfono.
Me crucé de brazos sin decir nada y lo miré fijamente esperando una explicación.
— Sé lo que piensas Rachel. -susurró.
— ¿En serio? Porque lo que pienso es que eres un manipulador, me besaste, teniendo novia, luego me salvas y crees que caeré a tus pies. -interrumpí antes de que pudiera hablar.
Estaba molesta, realmente molesta. Su expresión cambió a culpa, no tenía idea qué responder.
— Escucha esto Allan Madison , no soy una de las perras plásticas que ves a diario, no seré una de tus mujeres de una sola noche y por supuesto que no estaré lamiendo tus zapatos por popularidad y sexo. Yo no soy así, pensé que ya lo habías entendido. Ahora, si me disculpas. -dije caminando hacia la salida.
— Jessica, ella no es nada para mí, es sólo un pasatiempo.
Volteé y me mantuve firme ante su explicación.
— No es mi problema. —solté para salir a velocidad del baño de hombres.
Allan apretó los puños y me siguió.
Justo un paso antes de entrar por las puertas de la cafetería tomó mi cintura, y plantó sus labios en los míos en un beso exigente.
Sin querer separarlo de mí, deposité mis manos en su cabello y seguí el beso. Un segundo antes de separarnos por la falta de oxígeno mordí su labio inferior, a lo que Allan soltó un leve gemido.
Esto estaba mal, muy mal, pero no podía evitarlo.
— Rachel, dame una oportunidad, te lo pido. —susurró a pocos centímetros de mis labios.
— Una oportunidad Allan, una, haz que cuente.— respondí seria.
Éste sonrió cómo si le hubieran dado la mejor noticia en todo el mundo. No sé si esto era lo correcto o no, simplemente ya no me importa.
— Dalo por hecho preciosa.—guiñó un ojo y entró a la cafetería.
Al verlo alejarse solté un gran respiro de alivio, y me dirigí al comedor donde estaba Kate, Kim y Jane.
Por el otro lado estaban Dave, Ashley, Allan y un séquito de zorras mirándome igual de mal que la última vez.
Opté por sentarme con mis amigas.
— Hola chicas. —dije colocando mi bolso en la banca.
— Hola Jess, hablábamos de la pijamada que voy a hacer mañana en mi casa, ¿te apuntas? —preguntó Jane con una sonrisa de oreja a oreja.
Me lo pensé un momento mientras todas la chicas me miraban expectantes y asentí con la cabeza.
A mi lado de encontraba Kate, quién veía fijamente a Dave en la otra mesa.
Volteé un momento y allí estaba Ashley hablando con Allan, mientras Paula -la mejor amiga de Ashley- coqueteaba con Dave.
— ¿Qué hace Dave allí? —susurré mientras veíamos la acción que transcurría en la otra mesa.
Kate apretó los labios.
— Allan fue a decirle algo a su "novia" —hizo comillas con sus dedos— y tu hermano lo acompañó. Llevan unos cinco minutos allí y ya Paula se lo quiere coger. —resopló.
Dave dirigió su mirada a nuestra mesa y se encontró con la cara furiosa de Kate. Su expresión cambió completamente y separó a Paula.
En ese momento Allan se levantó dejando a Ashley boquiabierta, Dave también se levantó y Paula lo miró furiosa mientras ambos caminaban hacia nuestra mesa.
Kate y yo nos miramos y volteamos como si nada hubiese pasado.
— Hola chicas. —dijo Allan sonriente para después sentarse al frente mi lado.
Kate estaba demasiado ocupada reprimiendo a Dave como para ponernos atención.
Ashley estaba saliendo de la cafetería con el séquito, no antes de voltear hacia Allan y levantarle el dedo medio.
Éste soltó una leve risa.
— ¿Qué tanto le decías a Ashley para dejarla así? —pregunté con curiosidad.
— Terminé con ella. —respondió despreocupado.
Ahora yo estaba boquiabierta.
— Pero... ¿Por qué?
— Porque quiero que cuente. —guiñó un ojo. Sentí mis mejillas arder dándome a entender que estaba estúpidamente sonrojada.
La campanilla tocó, me dirigí a las últimas clases del día, las cuales pasaron más rápido de lo esperado.
Saliendo de la escuela mi teléfono empezó a sonar, era un mensaje de Allan.
Hoy en mi casa, 8:00 p.m, te espero.
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Problemas de Amor® CANCELADA
RomanceRachel Helberg, hija de los exitosos empresarios multimillonarios Bruce y Ellen Helberg, cambia su "perfecta" vida en Atlanta por una aventura completamente nueva en Florida. Allí Rachel conocerá al egocéntrico, rebelde, narcisista y por desgracia c...