|El harem de Bakarina| One-Shot's Y Anécdotas

Luz añorada

Pareja: Catarina x María

Capítulo especial para MicheLpez0

¡No comentarios ofensivos, por favor!

Comentario antes de que empiecen a leer: Estuve días escribiendo este capítulo, finalmente lo acabe. Espero que les guste, le puse mucho esfuerzo.

Se supone que este fanfic sería sobre que Catarina salvaba a María y se le declaraba, pero al final lo hice todo mal.

——————————————————

A lo largo del tiempo, se han contado millones de historias acerca de caballeros, dragones y princesas. Esta es una historia de esas.

Hace mucho, pero mucho tiempo existió una princesa cuyos cabellos dorados traerían la paz y la armonía al país de Campbell. O eso era lo que decía la profecía.

Sin embargo, todo cambio cuando ella se enamoró.

Era un día de tormenta, el viento era tan fuerte que los árboles se sacudían ferozmente. Algunos se dejaban vencer por el viento y se caían sobre los tejados de las casas, causando destrozos en múltiples lugares.

Parecía que nada podría calmar a la tormenta, no hasta que aquella niña nació.

Sus primeros sollozos fueron como cantos de ángeles para los oídos del rey y de los sirvientes que se encontraban en aquella gran habitación. La reina había dado a luz a una hermosa princesa de hermosos cabellos rubios.

—¡Finalmente nuestra salvación ha nacido!— Gritaron por todo el reino.

La profecía mencionaba que múltiples desastres ocurrirían a lo largo de los años en aquel reino, pero todo esto acabaría con el nacimiento de una princesa cuyos cabellos serían dorados y brillantes como el sol, dando inicio a una paz eterna en aquel lugar. Sin embargo, la princesa debía de mantenerse en aquel reino por 50 años o la profecía no se cumpliría. Aquel ser que traería la paz que tanto se añoraba en aquel reino sería La Luz añorada.

Aquella princesa se llamó María, como la virgen María, quién dió a luz al gran Jesús, el salvador del mundo y el hijo de Dios. El Redentor. El mesías.

A los 5 años, María conocía perfectamente aquella profecía que ya había decidido su destino sin haber nacido. Todos la repetían. Todos la adoraban tan solo por haber nacido. Ella cargaba con el destino de su pueblo.

Con el paso de los años, María Campbell se volvía más y más bella, además de inteligente y alegre. A ella no le importaba si su pueblo solo la quería por aquella profecía, ella daría todo de sí misma para servir a su pueblo.

A los 15 años, ella seguía siendo la misma María Campbell, pero con una pequeña diferencia: Ella quería salir a explorar el mundo. Los libros que habían en la biblioteca solo hacían aumentar sus ganas de salir del reino. Quería visitar lo que había más allá de las fronteras del reino, pero sabía que eso era imposible.

A los 18 años, ya estaba resignada a que no podría explorar el mundo hasta que cumpliera los 30 años.

—Princesa Campbell, buenos días.— La saludó una de las sirvientas que se encontraban en la cocina.

María le devolvió el saludo y siguió su camino hasta llegar al comedor del castillo, dónde ya estaban sus padres desayunando con felicidad.

—Buenos días, hija.— Saludaron sus padres.

—Buenos días, papá, mamá.— Con una sonrisa, se sentó a desayunar aquella comida que habían preparado los sirvientes del castillo especialmente para la familia real.