|El harem de Bakarina| One-Shot's Y Anécdotas

Si ella no me habla, quiere terminar conmigo

Pareja: Catarina x Sophia.

Capítulo especial para starheart105.

¡No comentarios ofensivos, por favor!

Capítulo ambientado en la época actual.

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—¡Quiere terminar conmigo! —Gritó una castaña totalmente desesperada, al mismo tiempo que golpeaba su pupitre.

—Deja de ser tan paranoica, Sofía NO te va a dejar. —dijo Mary por décima vez en el día, la verdad era que estaba totalmente cansada de escuchar las quejas de su mejor amiga. Nadie le había dicho que ser amiga de Catarina sería un dolor de cabeza.

—Es que tú no lo entiendes, Mary. —dijo la de mayor estatura. —Ella me dejo en visto desde ayer. —decía Catarina, como si eso fuera el fin del mundo. Dejándose caer sobre el pupitre, Catarina se quedó callada, sumiéndose en su depresión.

Mary miró a su amiga y suspiró. Sofía le debía un favor por esto.

—¿Y si está ocupada? —Preguntó Mary, intentando animar a la castaña, sin tener éxito, puesto que Catarina negó con la cabeza, sin levantar la mirada. —No seas pesimista, tal vez te estás haciendo una idea equivocada.

—Ayer fue jueves, ella no tiene algo que hacer los jueves.

—Tal vez le surgió algo.

Aquello alarmó a la castaña.

—¿ALGO COMO QUÉ? ¿UN ACCIDENTE? ¡DEBO DE IR A VERLA! ¿EN QUÉ HOSPITAL ESTÁ? ¡SOFÍA ESPERAME! ¡TU CHIKISTRICKIS IRÁ POR TI!—La castaña empezó a gritar, llamando la atención de sus compañeros.

—¡Catarina, Sofía no está en el hospital, cálmate!

—¿Entonces por qué no me contesta?

Mary suspiró y simplemente se cruzó de brazos, indispuesta a hablar más de lo que debería.

Catarina hizo un puchero.

—Tú me estás escondiendo algo.

Mary desvió la mirada.

—¡Lo sabía, me escondes algo!

Mary hizo una señal de que su boca estaba sellada con llave, y que no diría nada aunque su vida dependiera de ello.

Catarina suspiró.

—Está bien, no me digas... —Catarina se hizo la ofendida. —Mala amiga, ya no te ayudaré con tus hermanas cuando te escapes a una cita con Alan.

A Mary no le importó esto. Permaneció callada.

—¿Ni siquiera te dignaras a hablarme?

El timbre de la campana interrumpió la "conversación" de las chicas, aunque eso no se llamaba conversación, sino monologo, dando por terminado el descanso de 30 minutos que tenían para comer y despejar la mente.

Pasado cinco minutos, llegó el maestro de historia, haciendo que los alumnos tomaran asiento en sus respectivos lugares. Mientras todos ponían atención, Catarina solo podía pensar en alguien.

Tras 3 horas seguidas de clases, por fin llegó el fin del día escolar.

Las chicas estaban guardando sus materiales, pero unos gritos las hicieron voltear. Los seis galanes de la preparatoria se encontraban afuera del salón de clases de Mary y Catarina.

—¡Aún lado, chicas! —decía Mary, abriéndose paso entre la multitud de chicas que rodeaban a los chicos. —¡Amor! —Gritó la Hunt, corriendo a abrazar y besar a su novio Alan Stuart, uno de los seis galanes de la preparatoria y presidente del club de música clásica.