Mi deseo

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Pareja: Mary x Catarina

Capítulo especial para Miuvongola

¡No comentarios ofensivos, por favor!

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—¡Estoy aburrida!— se quejaba una pelicastaña mientras se aventaba al pasto.

—Catarina-sama, ¿Qué te parece si vamos a tu huerto? Eso siempre te divierte.

—No hay nada que hacer en el huerto, solo esperar a que crezcan los vegetales.

Ambas chicas se encontraban en la habitación de Catarina, a solas. Keith tuvo que salir urgentemente y sus padres no se encontraban en la mansión. Anne, por otro lado, tenía tareas domésticas que hacer.

Mary tomo uno de los libros que tenía Catarina y lo abrió, esperando a que se le ocurriera alguna idea

—¡Catarina-sama, podemos plantar un árbol!— exclamó Mary, mostrándole el libro que había tomado anteriormente, el cual mostraba una ilustración de un árbol.

—¡Podemos hacerlo! Y puede ser un árbol de los deseos.

—¿Árbol de los deseos?

—Si, cuando crezca el árbol y sea lo suficientemente grande, podemos poner pequeños papeles con nuestros deseos y el árbol nos los cumplirá.

—¡Siempre tienes buenas ideas, Catarina-sama!

Y así, ambas chicas se pusieron manos a la obra. Tomaron todos lo que necesitaban para plantar un árbol.

Lo único que faltaba era el el lugar.

Ambas chicas comenzaron a caminar alrededor del jardín de la mansión en busca de un buen lugar.

—¡Podemos hacerlo ahí!— apuntó Catarina hacia un lugar lleno de flores.

Ambas chicas comenzaron a plantar el árbol, siguiendo las instrucciones que les había explicado el jardinero antes de buscar el lugar adecuado.

—¿Cuánto crees que tarde en crecer?— preguntó Catarina.

—No lo sé, tal vez algunos años.

—¿Años? ¡Eso es mucho!

—Lo sé... ¡Catarina-sama, prométeme que cuidaremos este árbol juntas!

—Claro que si, Mary. Será como nuestro hijo.

—¿HIJO?— la pequeña Mary se sonrojó bastante, aunque Catarina no le puso mucha atención.

—¡Mary! Debemos volver, Alan y Gerald llegarán muy pronto.

Y así, ambas niñas regresaron a la mansión. Pero todas las semanas, Mary iba a la mansión Claes para ayudar a Catarina a cuidar del árbol.

Y hoy, después de tantos años, Catarina y Mary finalmente pusieron su primer deseo en el árbol.

—¿Recuerdas cuando prometimos cuidar de este árbol juntas?— preguntó una pelicastaña de 30 años.

—Claro que lo recuerdo, Catarina-sama. Gracias a este árbol, nuestro amor floreció.— dijo Mary antes de tomar a Catarina de las manos.

—¿Qué deseo pondrás en el árbol?

—Es un secreto.

—¡Vamos Mary, dime!

—No, es un secreto. Regresemos a nuestra casa.

Ambas chicas, empezaron a caminar rumbo al hogar que compartían desde hace 2 años.

Papelito de Mary: "Que nuestro amor florezca igual de hermoso como este árbol"

Papelito de Catarina: "Que Mary no se entere que manche su vestido favorito"

|El harem de Bakarina| One-Shot's Y AnécdotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora