Mi dulce rubia

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Pareja: Catarina versión hombre (¿Bakarino?) x María

Capítulo especial para conyotaku2020.

¡No comentarios ofensivos, por favor!

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El castaño apretó el agarre y siguió embistiendo a la rubia, la cual estaba de espaldas, apretando sus puños con fuerza y mordiendo un pedazo de su blusa blanca para no dejar salir sus gemidos.

—¿En serio quieres hacerme enojar? —Preguntó el castaño un poco desesperado, observando cómo la rubia no lo dejaba escuchar los gemidos que tanto le gustaban. La rubia no contestó, por lo que el castaño la giro, obligándola a mirarlo. —Respóndeme. —El castaño metió todo su pene en ella mientras la obligaba a sacar el pedazo de ropa de su boca, por lo que María gimió sin contenerse.

El chico sonrió de lado. Había conseguido su objetivo.

—No debes de contenerte —dijo el castaño, siguiendo embistiendo a la rubia —, sabes que odio cuando te contienes. Amo escuchar tus gemidos. Es tan... —los ojos azules del castaño se volvieron de un tono oscuro —excitante.

El castaño beso salvajemente a la chica, metiendo su lengua en la pequeña boca de la chica, comenzando una batalla con la lengua contraria. La rubia intento hablar entre aquel salvaje beso, pero no podía, por lo que optó por golpear suavemente el pecho del castaño.

El chico rompió el beso, entendiendo el mensaje que le daba su novia con sus suaves golpes.

—¿Fue mucho para ti, amor? —Preguntó el castaño, repartiendo besos en el cuello y rostro de la rubia. María espero a recuperar el aliento, sin querer moverse mucho, puesto que el duro y gran pene de su novio estaba deliciosamente dentro de ella, esperando a vaciar todo su semen dentro de ella.

—A-acaba rápido, por favor. —dijo la rubia, entrecortadamente.

El chico negó con una sonrisa.

—¿Qué tendría de divertido el acabar rápido, cariño? —El castaño mordió y dejo chupetones por todo el cuello de la rubia.

—Por favor —La chica rogo —, podrían llegar los chicos.

¡Oh, claro! Ustedes no lo saben pero nuestra querida pareja se encuentran haciendo el amor en la sala del consejo estudiantil, específicamente arriba de la mesa que usan para las juntas.

El castaño se divertía bastante con aquella situación, ver a su novia totalmente indefensa debajo de él pero al mismo tiempo verla en alerta, pensando que sus amigos los descubrirían, aunque esto no sería posible porque los chicos no entrarían a aquella habitación hasta el día siguiente.

Al chico se le ocurrió una divertida idea.

—Hermosa. —La llamó el chico, haciendo que María lo mirara a los ojos, asustándose de su expresión.

—¿Q-qué harás? —Preguntó la rubia, sabiendo que su novio haría una locura y la involucraría.

El castaño cargó a la rubia, agarrándola de las nalgas, y la posicionó en un lugar dónde podrían verlos en cuanto abrieran la puerta. Por supuesto, la rubia se asustó de aquella acción.

La rubia iba a decir algo pero el castaño metió dos dedos en la boca de la rubia, interrumpiéndola.

—Sigamos con nuestro juego, querida.

El castaño continuo penetrándola, mientras sus dedos eran lamidos por la rubia. Su otra mano se encontraba acariciando las caderas de la chica, disfrutando de la suave y pálida piel. Las embestidas continuaron, cada vez con más intensidad, hasta que finalmente el límite de los chicos llego a su fin y terminaron viniéndose juntos.

|El harem de Bakarina| One-Shot's Y AnécdotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora