■ Llegada ■

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Un joven de pelo negro y ojos café se encontraba arreglando su valija con ropa y algunos cuadernos junto a lápices. Al joven le encantaba dibujar, todo el tiempo lo hacía. Su madre decía que lo había heredado de su tía. Siempre le hablaba acerca a de su niñez, como ambas jugaban, pero su tía siempre se la pasaba dibujando. La  hermanita del joven era más hiperactiva, siempre decían que se parecía mucho a su madre cuando tenía su edad. Era cierto, en las fotos viejas que tenia la pareja, se notaba una gran similitud, a diferencia que el pelo de la pequeña era más oscuro. Ella se encontraba guardando solamente juguetes en su valija color amarillo. El joven notó eso y de inmediato la ayudó.

-- Vicky, déjame ayudarte. No puedes llevarte todos los juguetes que tienes

-- Pero estos son mis favoritos

-- Puedes llevarte como mínimo cinco, sólo estaremos una semana con la tía Elsa

-- Ah-- Exclamó con tristeza-- Pero quiero llevarme ocho

-- Tengo una idea, primero empaca tu ropa y las cosas necesarias y lo que te sobre lo llenas de juguetes ¿te parece?

-- ¡Si!

-- Pero no dejes nada importante

-- No, no lo haré

Una vez que los dos chicos armaron su valija, fueron al auto, su padre estaba en el lado del conductor. La mamá estaba poniendo el suéter a su pequeña.

-- ¿Llevan todo?

-- Si, ayudé a Vicky con su maleta

-- Bueno, subamos al auto, ya es tarde y a su tía no le agrada los retrasos

Los tres subieron al auto de color blanco y arrancaron fuera de la ciudad donde vivían. Las casas eran muy coloridas, o si eran blancas, estaban adornadas. Había niños jugando en la calle y personas caminando hacia sus trabajos, todos metidos en sus asuntos. El joven miraba con atención a cada persona que pasaba en su ventana. La pequeña estaba jugando con dos de sus muñecos, el joven estaba dibujando lo que veía. Se encontraban hablando y riendo en todo el camino, eran una familia normal después de todo. Irían de visita con su tía... Como las familias normales ¿no?
A la llegada de la pequeña ciudad, la joven notó que nada había cambiado desde su ida. Pareciera como si el tiempo se hubiera quedado congelado en el preciso momento de su infancia.

-- Llevo mucho tiempo fuera de este lugar, pero nunca olvidaré como era...

-- Anna-- El chico la miraba con tristeza, ya que sabía como fue la infancia de su esposa-- Todo estará bien ¿si? Nada de lo que recuerdas sucederá de nuevo

-- Gracias amor, siempre me levantas el ánimo

Siguieron su camino en auto. Hiro notó como las casas eran iguales como el de las series que veía en Netflix. Las típicas casas de las películas de terror, eso no ayudaba mucho en la primera impresión. Vicky, su pequeña hermana, no notaba nada de eso, seguis jugando con sus juguetes. El chico continuó mirando a la ventana, guardó su libreta y cerró su mochila.

-- Bueno, aquí es-- Anna bajó del auto y con ayuda de su esposo bajaron las maletas.

Los dos niños bajaron del auto y ayudaron a sus padres. La pequeña tenía su mochila amarilla en su espalda y estaba abrazando su peluche de jirafa. Se quedó mirando aquella mansión y al notar un sentimiento de terror, eso hizo que la pequeña se asustara un poco.

-- Mami-- Corrió hacia la castaña.

-- Tranquila, se ve algo tenebroso por fuera, pero ya verás que por dentro es hermoso. Es como esos castillos de princesa que están en tus películas
-- ¿En serio?

;; 𝘁 𝗵 𝗲  𝗺 𝗼 𝗻 𝘀 𝘁 𝗲 𝗿 𝓸 𝓯  𝓽 𝓱 𝓮 𝗵 𝗼 𝘂 𝘀 𝗲 ;;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora