■ Sorpresa ■

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A pesar de las advertencias de Hans, el chico decidió ir por última vez. Con anillo en mano, entró a su auto y le indicó a su chófer que fuera a la casa de Elsa. Hiro bajó del auto y Anton tomó la mochila del chico y la llevó a la casa. En ese momento, Leo estaba jugando con Vicky y Elsa. La mujer estaba sentada en el sillón mientras que Leo y Vicky estaban en el suelo jugando con muñecas.

-- Hola, señorita Vicky-- Dijo Leo mientras tomaba un muñeco.

-- Buenos días, Leonardo, pase a nuestra casa-- Vicky tenía dos muñecas, una en cada mano.

Hans se estacionó atrás del auto de Anton, comenzó a caminar escaleras arriba para llegar a la puerta principal. Cuando Hans iba a hablar, escuchó la voz de un hombre. Él tenía ubicadas las voces de los empleados de Elsa, sabía que esa voz nunca la había escuchado antes. Notó que Anton y Hiro entraron, el chófer dejó que la puerta se cerrara sola, algo que no ocurrió debido a que Hans puso el pie y sin que los presentes se dieran cuenta entró. Se quedó parado esperando a que Anton se fuera del lugar y Hiro fue a la sala.
Se puso espalda a la pared y solamente escuchaba la conversación.

-- Leo ¿qué haces aquí tan temprano? Es arriesgado que estés aquí, alguien puede verte

-- Las cortinas están cerradas, hable con Elsa y ella lo aprobó. Me gustaría pasar más tiempo con ustedes

-- Al fin se toma en serio lo de ser nuestro tío-- Dijk Vicky.

-- ¡Vicky!-- Dijo Elsa mientras se sonrojara un poco.

-- Ahora que Victoria habló de eso, aprovechando que están aquí todos. Quería hablar contigo Elsa

Todos miraron al chico, Leo caminó hacia Elsa y se arrodilló, la tomó de las manos y la miró.

-- No tengo un anillo, todo lo que hay en esta casa es tuyo y has sido muy amable por dejarme vivir aquí sin esperar nada a cambio, pero a pesar de todas las circunstancias, quisiera trabajar más para poder ayudarte con algunas cosas. Algunas de ellas serían lo que un esposo haría y...

-- Yo...

-- No tengo nada, pero haré lo que pueda para poder darte todo

-- Acepto-- Lo abrazó.

-- Aún no he dicho la pregunta-- Sonrió y él también la abrazó.

-- No hace falta Leo, te amo desde que éramos pequeños. No sabes cuánto me alegra que estés pidiendo mi mano, es lo más hermoso que me ha pasado

Hans al escuchar todo eso, sintió como el enojo pasaba por todo su cuerpo, estaba furioso al saber que todo lo que había hecho era en vano, de inmediato caminó hacia la familia. Tras unos cuantos pasos, se detuvo. Todos miraron a su dirección y se quedaron fríos. Hiro y Vicky se quedaron  quietos mirando al castaño. Hans se quedó atónito ante lo que vio.

-- ¿Qué... qué es eso?

Elsa de inmediato dejó de abrazarlo y Leo se levantó junto a ella.

-- ¿En serio un monstruo le ha pedido que se casé con ella? ¡Sabes cuánto me esforcé para que se fijara en mi! ¿Encerio prefieres a esta cosa que a mi? ¿¡Estás bromeando!?

-- ¡Él no es un monstruo!-- Hiro caminó hacia Leo-- Es un amigo

-- Es más que eso, es parte de nuestra familia-- Anna miró a Hans con enojo.

-- De seguro esta bestia los tiene a todos bajo su control, los protegere de él-- Sacó un cuchillo y se dirigió hacia el chico.

-- ¡Hans, alto!-- Elsa trató de detenerlo, pero Hans la arrojó al suelo.

-- No hagas ninguna estupidez-- Leo duro unos pasos atrás.

-- ¡Aléjate de ellos!

Ambos chicos comenzaron a forcejear. Anna y Tadashi tomaron a sus pequeños, Jack y Jane ayudaron a Elsa y Casey trató de ayudar a Leo.

-- ¡No lo lastime-- El joven peli negro tomó a Hans de los hombros, pero este reaccionó y lanzó al chico. Al momento de lanzarlo, con el cuchillo que tenía logró cortar una parte del brazo al chico.

-- Casey-- Anton ayudó al chico.

-- ¡Leo!-- Hiro quiso ayudar, pero su padre lo impedía.

Leo y Hans seguian peleando, el ojiazul no quería lastimarlo, pero al ver que el castaño estaba fuera de control, no tuvo más opción que usar toda su fuerza. Lo tomó de los hombros y lo aventó afuera de la casa. Los acompañantes del chico lo ayudaron y al ver que en la puerta estaba parado el ser, de inmediato gritaron, alertando a todos los vecinos.

-- ¡Es el monstruo! ¡El monstruo de la casa Arendelle!

-- ¡La bestia es real!

Leo todavía seguía herido de su pierna, se quejó por el dolor y se arrodilló. Elsa de inmediato fue con él, pero notó que los vecinos se acercaron a ellos.

-- Recuerdo que mi padre dijo que era una bruja

-- La casa Arendelle está maldita

-- ¡Maten a la bestia!

Todos, con antorchas y armas en mano se dirigieron hacia ellos.

-- ¡No!-- Hiro se puso frente de ellos-- ¡No le harán daño a nadie! ¡Él no ha hecho ningún mal!

-- Es una bestia, posiblemente se alimente de niños

-- Eso es lo más estúpido que he escuchado-- Dijo Tadashi.

-- ¡No le hagan daño a Elsa!-- Hans caminó hacia las personas-- El único malo, es la bestia. Ha mantenido en cautiverio a Elsa, ella no es ninguna bruja. La conozco desde que éramos pequeños y ella no es mala, su familia no es mala. La bestia es la causante de todos los problemas de la familia Arendelle, sólo capturen a la bestia y así liberarán a esta pobre familia

-- ¡Tiene razón!-- Dijo uno de ellos.

Todos caminaron hacia ellos, al ser muchas personas, lograron separar a Elsa y a Leo. Hiro trató de impedirlo, pero las personas lo empujaban lejos de ellos. Los empleados trataban de impedir que se llevaran a Leo, pero fue inútil. Vicky estaba atrás de su madre, estaba asustada. Al ver como la gente se llevaba al chico, corrió tras los hombres que lo habían tomado. Hiro corrió atrás de ella.

-- ¡Niños!-- Anna y Tadashi los siguieron.

Elsa estaba en el suelo, con lágrimas en los ojos. Todo lo que había pasado en su infancia, estaba ocurriendo de nuevo. Los flashback se mezclaban con lo que pasaba en ese momento. Como se llevaban al amor de su vida. Juntó las fuerzas que le quedaban y se levantó, iba a ir tras ellos, pero Hans la tomó de la mano.

-- Es por tu bien, mi amada. Pronto serás libre de tu prisión

-- No, yo no fui capturada por nadie. Él no se robó mi libertad, lo único que sé ha robado es mi corazón. No me interesa como luce, al verlo a los ojos, al escuchar su voz, sé que siempre fue y será el mismo chico del que me enamoré a tan corta edad

-- No sabes lo que dices, ahora-- Miró a Matilda-- Llevenla a sus aposentos, está muy aturdida. Yo me encargaré de la bestia

Le dio un beso en la mejilla y se fue tras la muchedumbre. Los empleados atendieron  a la chica, Casey estaba siendo curado por Jane. Anton y Jack fueron tras Hans por órdenes de Elsa.

;; 𝘁 𝗵 𝗲  𝗺 𝗼 𝗻 𝘀 𝘁 𝗲 𝗿 𝓸 𝓯  𝓽 𝓱 𝓮 𝗵 𝗼 𝘂 𝘀 𝗲 ;;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora