Destino II

7 3 0
                                    

Milo POV

El grito de Sarah me parte el corazón y hace que un escalofrío me recorra la columna vertebral. Arish solloza en silencio mientras me aferra muy fuerte y deja su cara en mi pecho, verla tan vulnerable me parte aún más el corazón.

 No puedo seguir viendo esto, y, justo cuando voy a retirar mi vista, percibo como los tres hombres se fusionan en un nubarrón oscuro de humo y se esfuman a medida que se acercan al cuerpo de la chica, no entiendo nada de esto y me siento impotente.

 Sarah se levanta y se pone en pie, pero no se detiene ahí, sus pies dejan el suelo para flotar en el aire. De lo poco que puedo ver de su anatomía, las venas de su cuerpo resaltan, se han tornado más oscuras y parecieran agrandarse más y más.


Águila continúa el canto como un lobo solitario, admirando con fascinación la agonía de Sarah y los cambios que van apareciendo en su cuerpo. Paulatinamente, ella regresa al suelo y él detiene el canto. No aparecen los tres hombres.

 Sarah permanece inconsciente en el suelo con el pelo azul eléctrico y las venas marcadas, el hombre de ojos azules se acerca con una tranquilidad inquietante, le coloca la túnica que llevaba puesta y le pone el libro que utilizó en el pecho, luego saca un mechero peculiar y... 

¡Le prende fuego a la chica!

 Las llamas se expanden a una velocidad increíble por todo el cuerpo. Las lenguas de fuego son de un color azulado, no amarillo como suele ser. 

En poco tiempo Sarah se reduce a cenizas que ascienden en el cielo hacia algún lugar en específico, lo noto porque no coincide con la corriente de aire que hay.

La calma inunda el río y lo único que siento son los latidos desenfrenados de mi corazón y el de Arish, quien no levantó la cabeza en ningún momento.

 Mi mente comienza a trabajar a millón al ver que Águila está acercándose para regresar  y es
imposible que no note a dos chicos con cara de trauma en los arbustos. No tenemos suficiente tiempo para irnos, pero creo que si podemos intentar algo... «es mejor intentar y fallar que no intentarlo ¿verdad?» Levanto un poco a Arish y la veo a la cara. Está destruida, me duele verla así, y me duele más tener que hacer esto en estas condiciones.


—Bésame, quizá no sospeche si nos ve de ese modo... —le susurro mientras me acerco a sus labios y la tomo por la mejilla, con las ganas de sentir esos bonitos labios sobre los míos mezcladas con la adrenalina de salir indemnes de esto.

 Pero el momento no llega, ella ¡me da una cachetada! «Ok, me siento muy ofendido en este momento».

Estoy tan sorprendido que dejo que me tire al suelo por completo. Luego ella se pone a horcajadas sobre mí y se acerca veloz a mi cuello, donde comienza a dejar pequeños besos. Al principio me tenso y ella se remueve, pero luego agarro su cintura apretándola un poco y muevo mi cabeza para darle más comodidad.

Sin darse cuenta ha comenzado a moverse sobre mí, su pecho está sobre el mío y Joder se siente tan bien. La alejo jalando su cintura con mis brazos, porque si sigue así, no creo poder controlar la situación que está provocando y es justo en ese momento que Águila se aclara la garganta para hacernos saber de su presencia.

—¿Necesitan algo o los dejo aquí? —dice mirándonos a ambos. ¡Se lo tragó!

Arish balbucea algunas palabras evitando el contacto visual y con su cara roja como un tomate. «Se ve muy hermosa cuando se avergüenza». Suspiro invocando fuerzas. 

Dejo de verla y me siento sobre el pasto con las manos en la cadera de Arish. No se puede mover, no con él ahí. Parece entenderlo, o, mejor dicho, sentirlo, porque se sonroja más, si eso es posible, y evita mi mirada.

— ¡Perdón! Nos dejamos llevar, no pasará de nuevo...Eh, y volvemos en un momento —respondo con voz bastante ronca mirando al hombre que sigue de pie viéndonos con reproche. Él suspira y se va mientras añade...

GéminisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora