Intenciones ocultas

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"Las cosas pasan por algo, y el tiempo te mostrará el por qué"...

Luego de que la mujer con apariencia de ejecutiva se fuera, nos dirigimos a nuestra residencia/casa. Al parecer nos habían ubicado juntas. Sarah me dijo donde estaba mi dormitorio, había sido un día muy confuso así que de inmediato me encerré y me dormí.

A eso de las 5 am me desperté. Salí de mi habitación y detallé la inmensa casa; aquella mini mansión estaba compuesta por dos pisos y una terraza, en el segundo piso donde estaba yo, había tan solo un pasillo desde las escaleras hasta la ventana de la pared del fondo; a los lados, cinco puertas constituían todas las habitaciones existentes. Bajé las escaleras.

En el primer piso se distribuían la cocina, una mesa de comedor, una sala con un sillón que en serio se veía muy cómodo y un cuartito de lavandería, todo estaba pulcramente decorado en una paleta de colores fríos.

Para cuando terminé mi recorrido, Sarah bajaba las escaleras a paso apresurado mientras se peinaba, y Alex preparaba el desayuno.

— ¿Qué hacen? —pregunté desorientada.

— ¡Hoy vamos al campamento Géminis de chicos! ¿Si recuerdas?, El transporte sale en media hora, debes llevar ropa para unos dos o tres días ¿vale? —dijo Sarah mientras se calzaba unos zapatos deportivos.

— Emm no tengo ropa, si no se han dado cuenta, esto es lo mismo que tenía puesto ayer y creo que lo mismo desde que llegué aquí.

— Oh, no te preocupes por eso, en la cómoda de tu habitación hay ropa nueva que te proporcionan —intervino Alex en un tono inexpresivo.

No tuve tiempo para preguntarle nada porque Sarah me empujó hacia las escaleras. Llegué a la cómoda que me decía Alex y revisé cada gaveta, habían shorts, vestidos muy cortos o muy largos, ropa interior, camisas y algunos jeans. Decidí ponerme un jean claro junto con un suéter blanco que conseguí en la última gaveta. Empaqué otras cosas en un bolsito que había en el clóset y me fui al primer piso de nuevo.

— lindo suéter, pero puede que te pidan quitártelo...—observó Sarah

— ¿Por qué? —preguntó Alex mientras ponía el desayuno sobre la mesa del comedor.

Bueeno, digamos que estas visitas son programadas por una razón, y por algo solo podemos ir las mayores, así que no se permite ocultar mercancía —. Hizo comillas con sus dedos, — esta es la primera visita de ambas ¿no? Espero que tengan suerte.

— ¿ A que te...? —traté de decir, pero la bocina de un auto me interrumpió.

El carro esperándonos afuera era nada más y nada menos que un Jeep todo terreno con ventanas totalmente ahumadas. La persona al volante era una chica de unos veintitantos años muy agradable, sin embargo estaba presionando para que nos fuéramos junto con los otros carros de una buena vez, así que  tuvimos que comer el desayuno en el camino.

En lo que parecía ser la salida del campamento, había un gran arco con el nombre de Géminis en letras grandes y negras. Al atravesarlo, el bosque iniciaba a transmitir ese verde infinito que lo caracteriza.

 Un sendero y la caravana de otros Jeeps son nuestra guía hacía nuestro destino.

— Pónganse cómodas —dijo Sarah desde el asiento del copiloto.

— Y guarden las energías para hoy chicas, se divertirán mucho —guiñó un ojo la conductora.

— ¿Ah? —Alex parecía decir palabras cada vez más confundida.

Sarah estaba concentrada en limar sus uñas y colocarse un poco de maquillaje, mientras Alex estaba sumida en sus pensamientos mirando melancólica por la ventanilla de la puerta. Quise animarla un poco.

GéminisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora