Los hechos

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"No porque el cielo este nublado las estrellas murieron..."

—Hey —Una voz femenina jovial y dulce me hablaba...pero ¿Quién era ella? y ¿Dónde estoy?—. Hey, yujuu linda. Abre tus ojos, al principio te costará un poco, ¡ah! Y estas acostada, así que te tienes que parar con cuidado —casi demasiado emocionada dijo todas las instrucciones.

—¿D-Dónde estoy? —pregunté aún sin moverme un ápice.

—¡Oh, en el centro de reincorporación del zodíaco, claro! ¡Que tontita, el Señor Universe explicó todo en la transmisión!, ¡Pero ya! Necesito atender a otras chicas así que me harías un favor inmenso si abrieras tus ojitos y me respondieras unas preguntitas —insistió ella.

Abrí lentamente mis ojos y me acomodé en la camilla para quedar sentada. El "centro de reincorporación" era una salita acogedora, con paredes de madera y algunas ventanas, la puerta estaba hacia la derecha y junto a ella, colgado sobre la pared había un retrato de algún tipo raro con lentes extraños.

— Pero ¡qué bellos ojos tienes! —chilló la chica. Como me sacó de mis pensamientos me giré hacia ella.

Ataviada con una camisa ceñida a su cuerpo, un pantalón stretch y un par de tacones, la muchacha daba la pinta exacta de una enfermera. El conjunto era en su totalidad blanco, pero lo que más resaltaba era su cara; una tez clara rodeaba sus ojos color miel y su cabello castaño oscuro caía en cascada hasta su cintura, realmente era bella además de joven para mí sorpresa, le calculé una edad contemporánea a la mía.

— Las Géminis sí que tienen ojos bonitos, eres la tercera chica de ojos verdes que pasa por aquí —me aclaró dulcemente.

— ¿Las Géminis? —inquirí yo, ahora confundida.

— ¡Oh, si querida! Porque tú eres Géminis ¿Cierto? Ay espero que no me haya equivocado, bueno, de todos modos ¡necesito que me respondas las preguntas! —señaló la tabla que tenía sobre su pecho con un bolígrafo negro.

— Ok, estoy lista —accedí.

— ¿Nombre, apellido y fecha de nacimiento?

— Arish Patterson, nací el 16 de junio de 2003, ¿Tu... también tienes diecisiete años, no? —intenté adivinar.

— Jajaja, aquí las preguntas las hago yo,  Arish, pero sí, tengo tu edad y me llamo Victoria, ¿En qué país y estado estás y qué es lo último que recuerdas? —continuó interrogando.

— Emm, lo último que recuerdo es haber estado en un carro con mi mamá, hermana y mi amiga, hasta que chocamos y una niebla ¡nos durmió! ¡¿Sabes dónde están ellas?! ¡¿Están bien?! ¡Déjame verlas! —Al recordar todo grité un poco y perdí el control pero que podía hacer, no tenía idea de lo que pasaba—. ¡¡Y no sé donde carajos estoy!! Esto no tiene la pinta ni el clima de Grissom ¿Dónde estoy? —solté desconfiada.

Victoria no dijo palabra, solo asintió con la cabeza y tomó nota de lo que dije, acto seguido se puso en pie abrió la puerta y me señaló la salida, esta vez con una cara seria y hierática.

Quise presionarla para saber qué me ocultaba, quise atacarla con preguntas y recibir respuesta, pero no lo consideré propicio. Me levanté muy digna y caminé hacia la salida. Llegué a un pasillo en el que tal y como dijo Victoria, había diversas habitaciones en las que había chicas, algunas inconscientes, otras despiertas, pero siempre chicas jóvenes por lo que podía ver a través de las ventanas de las puertas.

GéminisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora