En definitiva, el destino es real, en cuanto todo esto acabe tendré que darle las gracias al universo por ayudarnos tanto o maldecirlo por lo jodido que pone todo...Después de una plácida y hermosa siesta, Milo y yo despertamos aletargados ante los continuos cambios en los que nos vemos envueltos. El automóvil fiesta color gris que conseguimos en la frontera de Míchigan con Ohio va a mil por hora; Sarah no para de mirar por el retrovisor y gritarle a Alex que de más vueltas o acelere, su cabello platino, que ondea con el viento, tiene un matiz brillante que le otorga la luna. Alex continúa haciendo maniobras evasivas y cruzando por cada calle con su ceño fruncido y su cuerpo tenso.
— Mira —señala un Milo pálido hacia atrás, donde, al voltearme diviso luces entre la oscuridad que engulle la noche. Dejo escapar un respingo sorprendida por nuestra situación. Hace menos de veinticuatro horas que nos mandaron a buscar y ya nos están persiguiendo.
«¡Nos morimos yeii! Ok, no seas tan pesimista pendeja, a lo mejor solo quieren ¿saludar? Bah...»
Otro cambio de trayectoria. Milo cae sobre mí con todo su cuerpo por la inercia; dejo escapar un quejido y vuelvo a mirar hacia atrás, las luces se alejaron, pero debemos seguir hasta un lugar más seguro. De la nada, otro par de luces se plantan en la carretera, ocasionando que Alex frene hasta el fondo, por lo que por poco salgo disparada hacia el parabrisas, de no ser porque el chico a mi lado, que tenía la mejilla contra el asiento del copiloto y me tomó con eficacia.
— ¡Estamos perdidos! —lloriqueaba Alex mientras aferraba el volante como si fuera su vida.
El pequeño auto gris se detuvo a unos cuantos metros de las luces ahora cegadoras originadas por el Jeep que teníamos en frente. Huir no era una opción y para colmo el primer auto que nos persiguió llegó también para acorralarnos por la retaguardia. De ambos vehículos bajaron personas que nos rodearon y abrieron las puertas del auto.
— Salgan —dijo una voz jovial y un poco grave, luego añadió— por favor.
— ¿O, sino que? —escupió Sarah tajante. Eso era nuevo.
— Los hombres de Universe los encontrarán y matarán si no les son útiles y si lo son... —fingió pensarlo...
— también lo harán luego de utilizarlos —terminó una voz distinta, una más aguda.
Al final optamos por confiar en unos desconocidos antes que esperar por Universe. Nos reunimos en un establecimiento que había en la esquina de la calle luego de que los desconocidos rompieran el vidrio. El lugar en su tiempo fue un cine, las carteleras estaban aún puestas, palomitas de maíz reposaban tras la barra de chucherías...Nos sentamos en una de las diminutas mesas porque ellos querían explicarse y nosotros queríamos entender.
— Antes que nada, elijan un apodo. Nosotros los usamos por seguridad, en tal caso de que nos atrapen no sabremos decir con quién estamos —explicó una chica rubia. El grupo de desconocidos estaba constituido por dos chicas y cuatro chicos. — Primero nos presentaremos nosotros y ustedes lo harán al final ¿Ok?
— Esto es como un videojuego —rió Milo—. Es fácil: ella es la bella durmiente, ella tu pequeña pesadilla y esta es karate girl —señaló a cada una conforme mencionaba los motes que él nos había puesto. Sarah volteó los ojos, Alex lo miró molesta y yo preferí desviar mi mirada.
— Yo soy Thorin —continuó un chico de baja estatura y nariz chata mientras se ponía la mano en el pecho. — Ella es Caperucita —reposó la mano en el hombro de la chica y esta a su vez, nos dió una sonrisa mirando a cada uno y deteniéndose un poco más en mi amigo. — Él es Peter —el pelinegro saludó con la mano.
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Géminis
FantasyEn un mundo caótico, la vida de Arish es perfecta junto a su familia y amigos, pero el panorama mundial cada vez se oscurece más y más, hasta que un día repentino, su vida cambia de rumbo sin vuelta atrás, al ser separada de todas las personas y cos...