♪El idioma de los Dioses♫
Respiro de nuevo, y expiro más rápido, todo lo que está a mi alrededor, empieza a tomar vida, mientras veo como sus alas negras con morado, perforadas se despliegan un poco en el cielo,junto con sus auras azules y además de todo, para el colmo, hay truenos. ¡Tr-ue-nos!, Sí, hombres, no hay nada más llamativo que los truenos.Veo sus ojos verdes, mientras saca otra sonrisa, y me habla a mi mente con sus ojos, consolándome, diciendo con un tonito algo tierno "Ya acabó", por mis lados hay cuerpos y más cuerpos, sangre por donde se vea, más almas por el mundo buscando la salida, la luz para ir a otro lugar donde tengan la libertad que les quitaron hace mucho tiempo. Para arrepentirse de haber matado tantas personas sin motivos, sin ni siquiera conocerlas, todas ellas al fin conseguirán ser tan vivas como necesitan, porque lo que vivieron, solamente era, arrastrar sus pies, seguir órdenes, e ignorar todo sentido común que llegaba a su mente, y ahora podrán hacer lo que necesiten hacer.
Sus alas siguen dándole su toque angelical que es el único que tiene en su cuerpo, de resto, denota a gritos enteros en el cielo, que no sigue a nadie, y mucho menos, que tiene reglas. Su parentesco a Alexander es increíble, y aún más increíble, es que me haya salvado la vida dos veces en un día, me quedó sin habla, de nuevo, tirada en el piso, tratando de asimilar todo lo que ha pasado. Mi mente reproduce una y otra vez miles de imágenes de los comandos, el chico, Alexander. Payton, Eva, disparándome. Y de pronto, todo encaja. Era un plan. Ellos crearon un plan, todo fue finamente planeado, todo estaba demasiado bien para ser totalmente real, Payton me disparó, para que yo creyera que los demonios me habían salvado, y quedará con ellos, les jurará lealtad hasta el fin de mis días. A veces, debes ser más fría, incluso más que los propios demonios.
Me siento sobre mi trasero, mientras noto que las heridas de bala se cierran, y se sanan en segundos, mis ojos sobresalen de la sorpresa, siento como si me hubieran dado la peor tanda de mi vida. No, aún peor. Como si hubiese participado en un torneo de kung fu sin saber ni siquiera como patear sin caerme. Mi traje, o mejor dicho, lo que tengo puesto, sea lo que sea, es negro y cubre hasta mis pies y mis manos totalmente, claramente, esto también fue obra de los demonios, odio pensar que me vieron en ropa interior, y luego recuerdo, que no tienen sentimientos ni emociones.
Trato de sacar todas las imágenes horribles de la sangre que hay a mi alrededor, pero increíblemente, me doy cuenta que eso no me asusta, ni siquiera me asquea, a veces pienso que me tomo el hecho de ser muy fría demasiado enserio, y que además de tomarlo demasiado en cuenta, mi mente, y mi ser ya lo hace automáticamente. Trato de levantarme y siento que mi cuerpo pesa miles de toneladas. Genial. Soy más gorda. ¿Qué te parece?, debo verme como una ballena. No, como mil ballenas juntas una encima de la otra.
-¿Te ayudo bonita?- Habla él, sí él, él que parece un ángel, nah, parecer es muy grande.
-Me encantan tus alas, te dan el toque celestial que no representa nada de tu ser- Me levanta la ceja izquierda dándose una sorpresa él mismo, es más, supongo que se burla de mí.
-¿Es la primera vez que vez un ángel?- Esa pregunta me saca de toda mi mente, y me manda a cuatro mil doscientos cincuenta y un kilómetros de donde estaba.
-¿Porqué me preguntas eso?, deberías decirme "¿Acaso no ves lo guapo que soy?"- Él se ataca de la risa, justo por mi forma de decirlo, y por el acento que tomó de hombre, sus alas toman otro color, un negro que se combina muy bien con el morado y el azul, es más, ahora se ve más él y menos ángel.
-Notablemente, es la primera vez-¿Tanto se nota?, Joder.
-Los chicos como tú, son arrogantes y creídos- Más de lo que las chicas pensamos, es más, ahora que lo digo, me acuerdo perfectamente, que había un chico como él, que siempre me gusto, su nombre era Oliver, y era un maldito chico ardiente demasiado estúpido. Era más lindo que estúpido.