Capítulo diferente a todo #12.
○Carta de Alexander a sus lectores•
Sí, soy yo Alexander, el que te ha sacado pequeñas sonrisas, y él que está enamorado de Emily Lauren.
¿Lo notas?, ¿Lo sientes?, era imposible no enamorarse de ella, sus ojos, eso la hacía diferente, su sonrisa, esos trazos que encajaban de una forma inexplicable, todo, ella era todo. Con una mirada ella me enamoró.
Personalmente y para ser totalmente sincero nunca me había enamorado de otra mujer antes, creo que ya notaste que todas las plásticas siempre están detrás de mí, y era fácil tirarse una tras de otra, luego cuándo intentaban llamarme de nuevo, no les contestaban, no necesitaba más de ellas, ya me habían dado lo único que tenían: Su cuerpo. Yo sé que si tú eres niña, me vas a odiar por decir esto, pero es verdad, así era como yo pensaba antes de conocerla, claro está, luego llegó ella, me cogió pánico, ya se me había olvidado cómo se enamora a una niña de verdad. Era necesario escribir esto para ustedes, para que puedan entender mejor las cosas.
Anteriormente, les había contando la historia de cómo me fui enamorando de ella, y hasta ahora, o mejor dicho, hasta dónde tú has leído, todo va bien, a pesar de que ella se mostrara fría o diferente en sus actos o palabras, los ojos la delataban ella se estaba enamorando de mí, sólo de recordarlo, se me acelera el corazón, realmente no sé que me hizo esa mujer. Su belleza me cautivó de una manera inexplicable, tienes que conocerla, sentirla, y podrás entender que se siente mirar a esa persona y que salten chispas.
No iba a dejar que nadie me alejará de ella, por eso cuando vi a que ese idiota le había puesto las manos encima, le dije sus cosas, no quería que nadie la tocara ni le pusiera nada encima, me hartaba la idea de ellos tocando su cuerpo, su fino cuerpo. No, eso no pasaría, esos imbéciles ni siquiera la mirarían.
Más adelante me odiarás, te lo digo yo, porque lo sé, cometí tantos jodidos errores con ella, me equivoqué tanto por ser tal vez tan primerizo en esto del amor, que no entiendo todavía cómo fue que me dejó cuándo mejor estábamos juntos, se atravesaron tantas personas, se pusieron en el centro y tiraron de un lado o del otro, hasta que finalmente ella se soltó de mí, se soltó de mis manos, se fue, se esfumo para siempre.
Es como un fantasma, me acuerdo de cuándo la conocí, de cuándo sonreía, de sus locuras, de cuándo lloró porque sentía que no podría con todo, sentía tanto el peso de su vida que no podía avanzar, se atascaba porque necesitaba algo que sabía que no volvería, le dio tan duro, que su autoestima quedó rozando el suelo, su vida fue cayendo poco a poco, hasta que empezó a hacerlo. Empezó a ser pequeñas cosas en sus muñecas por desesperación, nunca fui capaz de juzgarla, no podía, yo había hecho tantas cosas en mi vida, que no le veía nada de bueno, gritarla y decirle que eso no se hacía, ella no era una niña, ella tenía 16 años, ella lo que necesitaba era a alguien, y lo intenté, la saqué de la soledad, la ayudé de las maneras que encontré, y todavía no entiendo porque se fue, cuándo ella ya tenía confianza en sí misma, todo es tan confuso que mi corazón necesita un respiro, y ahora el que hace cosas en sus muñecas no es ella… Creo que ya entendiste lo que quiero decir, mi mamá es psicóloga, pero nunca ha funcionado sus sesiones conmigo, en realidad nunca la tomo como una profesional, sino como mi mamá, si ese es el problema, no puedo verla de otra manera. Gritos en mis muñecas al vacío que son invisibles para muchos.
La extraño, la extraño tanto… (Alexander llora en silencio).
