Capítulo # 11

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Capítulo 11

♪ Pathetica♫

Pasa todo el descanso, y Alexander al final decidió irse.

Yo estaba demasiado metida en mis pensamientos, y él se estaba aburriendo, me prometió que se sentaría al lado mío en la siguiente clase: Álgebra. Es mi mejor asignatura, la profesora Judith es muy casta conmigo, pero la verdad es que nunca me ha molestado más de lo necesario.

Me quedó hay sentada en una de las sillas de todo el Instituto, sola, pensando en todas las miles de opciones que tiene Alexander para escoger, por un lado está Esther que siempre está encima de todos los chicos que encuentra, por otro esta: Susan, que es bonita y no es muy zorra, las plásticas: Margaret, Alba, Amely, Oh y la más plástica: América. Entre todas ellas la que siempre destaca más, ya que siempre quiere toda la atención es América, te mira como si tú fueras un bicho raro, no me simpatiza ni un poco, Oh por favor, no le simpatiza a nadie menos que a ella misma. Es un fastidio, es un castigo tener que estar con ella en todas las clases, compartir el mismo aire, tener que mirarla sin querer, o tener que aguantarme todos sus ridículos espectáculos, cuándo Esther y yo éramos cercanas, solíamos burlarnos de ella, de lo plástica, de lo espantosa que se veía cuándo se le corría el maquillaje, por supuesto eso fue hace mucho tiempo como para que ella recuerde algo, pasamos tantas cosas, fueron tantos momentos juntas, que da tristeza saber que ella ya no es la misma de hace 10 años, cuándo corríamos, cuándo nos entendíamos con las miraditas de cómplices, cuando éramos inocentes, todo eso se fue a la basura cuando ella decidió unirse a ese grupito de pequeñas estúpidas, ya nunca fue lo mismo, siempre estaba demasiado ocupada con ellas pensando en lo que haría o no con su cabello, me hartaba.

Timbran, y casi me quedó sorda.

Las plásticas, todos aquellas: Margaret, Amely, Alba, y América pasan por mi lado riendo tontamente, con agilidad quito mi mirada de ellas, su ropa es demasiado brillante, todo es demasiado en ellas, el maquillaje, sus expresiones, sus palabras, sus saluditos, sus palabras de niñas “de alto nivel”, Dios, me hastían hasta mis vísceras.

Cuándo al fin se largan de mi campo de visión, me levanto, y me dirijo al salón de álgebra, subo las escaleras dónde estuve tanto tiempo con Alexander ayer, e instantáneamente sale una sonrisita estúpida al recordar todo lo que pasamos ayer, fue la mejor travesía de todos los tiempos, la única de toda mi vida.

Paso de largo la coordinación, todo esto me da claustrofobia, me parece demasiado pequeña esa oficina, y lo peor de todo no es eso, sino la coordinadora: Tamara, ella es peor. Bueno, no, tampoco, ella no es peor que las plásticas pero se les acerca mucho, también usa demasiado maquillaje, ropa, y sus expresiones, Dios, y sus vestidos son peores que los de la profesora Abby, en realidad este Instituto tiene profesoras y directivas que visten como si esto fue una prostíbulo.

La profesora Judith abre la puerta del salón cuándo yo estoy llegando, entro y ella me detiene con el brazo.

-Emily, tu último examen estuvo muy bien, felicitaciones- ¿Qué? Ahhhhhh. Ese examen solamente fueron unos problemas de límites. Fácil, divertido.

-No fue nada- Bajo la cabeza en señal de vergüenza.

-Sigue así,  necesito que le ayudes a un compañero- ¿De nuevo?, profe, pensé que se habría dado cuenta que soy mala de tutora.

-No creo que sea lo mejor- Por favor otra persona es mejor que yo.

-Es Alexander- Pero, Dios Mío. ¿No pueden vernos separados un segundito?, que ya quiere unirnos de nuevo como sea.

-Él es muy bueno- Se nota, es muy inteligente.

-Lo sé, pero su último examen no fue bueno, necesito que tú lo ayudes con ese tema, y con el siguiente, sé que podrás- Ella me guiñe el ojo, y yo me preguntó cómo será todo esto.

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