VOLUMEN FINAL 11: [Los midoriya.]

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[Me... siento extraño.]

Los segundos o minutos que él había pasado dentro de sí mismo se habían convertido en horas en la realidad. Desconcertado y perdido en su cabeza era como describía aquella experiencia que vivió. Tan desorientador era el sentimiento que albergaba dentro suyo mientras que la mirada llena de preocupación de hiro era acompañada de palabras.

--¡Izuku-san, responde por favor!

Ya hacia unos minutos que él había regresado y no había formado ni una sola palabra. Esto solo causaba más desconcierto en el niño al lado suyo. Aun temblando y aun sudando, izuku mantenía su mirada cubierta por su antebrazo negando la posibilidad de revelar su expresión. Lágrimas y demás caían por sus mejillas y el...

Seguía sin saber por qué.

--¡Por favor...!

Suplico una segundo vez.

*Chiiiiiir*

La puerta de la habitación que se hallaba sus espaldas es abierta revelando una silla de ruedas donde una joven de cabellera rubia <Suelta> yacía sentada con la mirada hacia el suelo. Detrás de esta, una chica de cabello oscuro ondulado bastante corto, llegándole a los hombros se asomó algo preocupada.

--Hiro.

Llamo ligeramente su nombre haciendo resonar su voz.

--Lif...

El giro su vista hacia ella, encontrándose asi, el par de miradas cuando la niña noto como su amigo dejaba salir lágrimas de sus ojos.

--¡Hiro!

Exclamo dejando la silla de ruedas y corriendo hacia el siendo recibida con una abrazo. Ambos se encontraron en un gran abrazo mientras Lif consolaba al niño.

*Whew*

Jadeo tras jadeo convirtiéndose en sollozos.

--Te lo dije, te dije que no era buena idea usar tu quirk.

--Y-yo sol-solo...

Sus acciones fueron reprochadas por la niña quien parecía molesta, no, estaba completamente molesta. En un rápido movimiento soltó al chico y se dirigio al joven en la cama.

--¡¿Estas feliz ahora?!

Exclamo en forma de pregunta con un tono fuerte. Llevando sus dorsales a cada costado de su cintura, Lif curveo la espalda mostrando su expresión llena de indignación.

--Obligar a un niño a hacer cosas que el no quiere, ¿Realmente eras un héroe? Me parece que las personas como tu solamente mienten para estar bien consigo mismos, ¿No es asi? ¡Tú sol―

Una mano alcanzo la parte inferior de su camiseta llamando su atención.

--Detente, Lif.

--¡¿Huh!? ¿Qué dices?

--Solo ...detente.

--¡Per―

*¡Ngh!*

Lif dibujo una mueca de impresión al ver el rostro del chico que aun dejaba salir lágrimas de sus ojos.

--Él no tiene la culpa... Él no es asi.

Replico sobre las creencias de la niña.

--Pero el...

Su mirada rápidamente perdió fuerza desviándose hacia el suelo mientras un centenar de recuerdos ajenos a su vida ahora residían en su cabeza. Tan frescos que se repitan como la canción de una grabadora descompuesta. Y entre todos esos recuerdos que el pudo ver, decenas de ellos eran de personas con sonrisa quienes agradecían las manos que las salvaron.

VOLUMEN 4: DESCENDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora