CAPITULO 16

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Al mes del terrible susto que se llevaron con Frida, en la residencia de los Ardlay se celebraba una boda, solo con los familiares más cercanos y muy pocos amigos. Candy y Terry no asistieron, él aún no se sentía preparado para verle la cara a su suegro, a pesar de que Derek y su padre le dijeron que Wiliam se mostraba muy diferente a como él lo describió, prefirió evitar un disgusto, no sabía si se comportaría igual con ellos. Ese día Candy estaba muy callada y con una mirada de tristeza que a él le encogió el corazón.

—Pecas, no tenías que quedarte —se sentó a lado de ella, que acaba de dejar a Eliot en la cama, el niño se quedó dormido después de una larga ducha— estoy seguro de que tu padre no te haría un desplante, el problema siempre ha sido conmigo, no contigo.

—En verdad estoy bien, Terry. No tienes porqué sentirte mal de que me haya quedado contigo, hable con Frida en la mañana y ella entiende nuestros motivos. Es una pena que mi padre haya vivido algo tan horrible con Frida, para que pudiera reflexionar acerca de su comportamiento y aceptar la relación que tiene con tu hermano. Gracias a Dios que no pasó a mayores, Frida y él bebe están bien y oficialmente ya es una Grandchester.

—Sí, Derek es afortunado de que tu padre no lo haya estrangulado con sus propias manos cuando se enteró del embarazo —Terry acariciaba la mejilla de su hijo, en el fondo sentía una punzada de celos por su hermano, que, a pesar de la gravedad del asunto, no le fue tan mal con Albert. Derek sí pudo sacar a Frida de la casa de sus padres como él deseó hacerlo con Candy y él que procuró hacer las cosas bien, le había humillado y hasta golpeado. Terrence simplemente no se lo perdonaba. Ahora el hijo de Derek sería recibido con amor en la familia de los Ardlay, mientras su hijo era rechazado por su abuelo; eso le dolía en el alma, le dio un beso a Eliot, tragándose el nudo que se formó en su garganta— me da gusto por él —concluyó con frialdad.

Se levantó apresurado, pero Candy se dio cuenta de la nostalgia que transpiraba su esposo, ella también había experimentado el mismo sentimiento y derramado amargas lágrimas al recordar la manera en que su padre los trató cuando decidieron huir. Al mismo tiempo, le daba gracias a Dios, que su embarazo haya sido saludable y tranquilo, su hijo estaba hermoso y ellos eran felices, eso era algo que ella celebraba todos los días.

Los días pasaban rápido, Eliot ya corría por toda la casa, Annie continuaba cuidando de él, se había sometido a varios tratamientos y ninguno daba resultados. La esperanza llegó con un nuevo médico especializado en fertilidad, Anabel estaba decepcionada de no obtener resultados, no quería seguir ilusionándose cómo lo hacía cada vez que los médicos le daban esas falsas esperanzas de tener un hijo, Archie la convenció para que recurrieran a un último tratamiento con el nuevo especialista. Se sometió a la fecundación in vitro, Candy la había animado, incluso la acompañó ese día para infundirle ánimos y confianza.

Pasaron dos meses y el embarazo avanzaba sin ningún problema, todavía no podían celebrarlo, faltaba un mes para que el tratamiento pudiera considerarse exitoso y así fue, al término del tercer mes Annie lloraba de alegría, Candy estaba feliz por ella, la había visto llorar tantas veces por no poder ser madre, y ahora por fin vería realizado su mayor anhelo. Necesitaría de muchos cuidados para que el embarazo llegará a término, ya no podía cuidar de Eliot, sin embargo, Candy la visitaba dos veces a la semana, ella extrañaba al niño y él a ella.

NARRADO POR CANDY

Nos turnamos para cuidar a Eliot, en las mañanas lo llevábamos a la guardería, Terry pasaba por el cuándo terminaban las grabaciones, por lo general el rodaje de la película en donde participaba era en las primeras horas de las mañanas, salía de casa a las cinco o seis de la mañana y algunas veces terminaba después del mediodía. Si por alguna razón no podía pasar por Eliot antes de las tres de la tarde, le pedía a Archie que él lo recogiera, solo en casos extremos yo tenía que perder la última hora de clases para ir por mi hijo.

Nuestros SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora