Capitulo 8

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El sábado por la mañana alguien tocaba con insistencia la puerta de nuestro departamento. Terrence seguía en la ducha, mis pasos se dirigieron con pereza hacia la puerta, fue inesperado para mí, no pensé que conocería tan pronto a la familia de Terry. Ese día Terrence descansaría, regresaría a las grabaciones hasta el lunes y como lo hacíamos siempre que podíamos quedarnos en casa, nos quedamos en la habitación durmiendo hasta más tarde de lo que acostumbrábamos, luego prendimos el televisor para ver la serie The Big Bang Theory. Acabábamos de desayunar cuando llamaron a la puerta, Terry se estaba cambiando de ropa para salir conmigo, últimamente hacíamos caminatas cortas por indicaciones de la obstetra. Abrí y vi parada a una mujer de hermoso rostro y sonrisa dulce, los rasgos de su cara finamente acentuados no permitían saber con certeza su edad. Su porte casual, pero elegante, me recordó a mi mamá, junto a ella estaba un joven tan alto como Terry. Su cabellera también castaña pero un poco más clara que la de mi amado, sus ojos son de un azul menos intenso que los de Terrence, pero son muy parecidos; en ese momento supe que eran mis nuevos familiares los que estaban delante de mí.

Los hice pasar de inmediato.

—Ho, hola, pasen. Ustedes son...

La señora me abrazó aún sin presentarme, su mirada bajó hasta mi vientre y sonrió ampliamente, lo acaricio y hablo con cariño.

—Hola, bebé, ¿cómo estás? — acarició mi redondeado vientre mientras hablaba.

Su sonrisa radiante y fresca era contagiosa. Cuando vio a Terry corrió hacia él, lo abrazó y lo llenó de pequeños besos por toda su cara, acariciaba sus cabellos y le hablaba con ternura, sus palabras se fueron apagando y comenzó a llorar. No dejaba de decirle cuanto lo extrañaba, sus manos delineaban la cara húmeda de Terrence que a pesar de querer permanecer indiferente su emoción fue mayor y terminó llorando en el hombro de su madre. Fue una escena tan emotiva que yo también dejé que mis lágrimas fluyeran.

Terry se separó de Eleonor y ella se volvió hacia su otro hijo.

—¡Derek, mira a mi niño! —dijo emocionada— ya es todo un hombre —él asintió.

—Ya lo vi, madre —respondió con una sonrisa.

En medio de todo el alboroto, yo no sabía qué hacer. Era una espectadora llorona de la reconciliación de Terry y su madre. El primero en recordar que yo estaba ahí y hablar conmigo, fue Derek.

—Derek Grandchester Baker —se giró hacia mí y me extendió su mano.

Dereck impone con su presencia masculina, intimida con su mirada seductora y su sonrisa arrogante. Es un hombre muy apuesto, cualquier mujer caería bajo el encanto de esos ojos penetrantes, claro que no se compara con Terry o tal vez es que, para mí, no hay hombres más guapos que mi amor. Físicamente son muy parecidos, su forma de vestir es totalmente opuesta a la de mi actor preferido, Dereck viste de traje y tiene un aspecto muy serio. Mientras Terry siempre viste casual y a simple vista se ve que son muy diferentes en su carácter.

—Candice White —respondí estrechando su mano.

—Mi madre adora a Terrence, como puedes ver —señaló mi cuñado con una sonrisa traviesa, levantando levemente el mentón en dirección a madre e hijo— no tienes idea de cuanto lo ha extrañado estos años. Es su bebé.

Le sonreí, pues de eso no había duda. La señora trataba a Terry como si fuera un niño, eso me dio mucha ternura, me recordaba a mi mamá y pensé que así me vería en unos meses con mi hijo cuando nazca.

Me quedé absorta, pensando en mis propias fantasías, imaginando cómo sería mi hijo o hija. Escuché la voz de Terry y eso me trajo de vuelta al presente.

Nuestros SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora