Ya no había lagrimas para llorar, ya no había consuelo para mí. Ni Justin, ni mi madre, ni hasta mi padre que con una sola sonrisa lograba hacerme feliz, pudieron sacar el dolor que tenía dentro desde que mi hermano se había ido. Jason se había ido dejándonos a todos, alejando algo que a mí me parecía absurdo. Lo deseaba, en las noches recordaba lo que había pasado entre nosotros, mientras trataba que los sollozos no llegaran a escucharse. Nada parecía ser lo mismo sin Jason, su ausencia se hacía presente.
-Vamos princesa -Justin se recostó sobre el marco de la puerta, mientras yo terminaba de abrocharme los botones de mi camisa blanca- Yo te llevaré a tu primer día de escuela.
-Puedo tomar el autobús Justin -dije distante, verlo a él, era verlo a Jason algo que hacía que mi dolor aumentara- No es necesario que me lleves.
-Pero quiero hacerlo -él insistió, suspire resignarme a ir con él no había nada que pudiera hacer, agarré mi mochila para salir con él de mi cuarto.
El desayuno fue silencioso e incómodo, recordé con tristeza la mañana del día en el que él se había ido, recuerdo que aun teníamos una cuenta pendiente ambos, pero que lastimosamente no sería saldada. Suspire tratando de olvidar algo inolvidable.
Me subí al auto de Justin, y me perdí en la infinidad de mis pensamientos, no quería ni siquiera verlo, no quería seguir dañándome a mí misma.
-¡Catherine! -exclamó cuando me atrapó en sus brazos, mientras yo correspondía su abrazo, él froto un poco mi espalda mientras se apartaba de mi para besar mi frente- ¿Pequeña como has estado? -Pregunto Liam sonriéndome, yo simplemente me forcé por sonreír sin conseguir nada- Hey ¿Que te sucede?
-Liam, te extrañe -logré susurrar mientras volvía a abrazarlo con la sola intención de evitar su pregunta, pero él me conocía más que nadie, se apartó de mi tocando mi mejilla mientras me miraba a los ojos él sabía que algo me sucedía- Me hiciste mucha falta.
-No me mientas Cath -me miró seriamente- Se que a ti no te tiene así mi ausencia, algo te ha sucedido.
-No quiero hablar de eso -le dije fría, Liam se separó lentamente de mi y comenzó a caminar- ¡Oh vamos no te vas a enojar!
-Tú no confías en mí ¿Cómo no quieres que me enoje? -preguntó Liam algo dolido, realmente él tenía razón, nos conocíamos desde que nacimos prácticamente, no podía ocultarle nada, pero aún así la verdad no se la podía decir.
-Mi hermano se fue de casa -confesé frustrada mientras me detenía a la mitad del camino viéndolo a él también detenerse, se dio vuelta a verme tal vez arrepentido de hacerme acordar de esa realidad- Hace una semana tuvo una discusión con mis padres y se fue, así simplemente.
-Oh, lo siento pequeña -murmuró mientras intentaba acercarse a mí, pero me desvié yendo al patio de la escuela, aquel lugar grande y hermoso que solía encantarme, sabía que Liam me estaba siguiendo.
Me senté en un banco de por allí y Liam se sentó a mi lado. Él sabía perfectamente el amor que les tenía a mis hermanos, o por lo menos estaba al tanto del amor que les tenía como hermana. Aprecie el rostro de Liam un segundo antes de acurrucarme en su pecho, Liam era mi mejor amigo, aquél que sabía todo de mí, aquél que me adoraba, aquél que me había visto en mis peores y mejores momentos, aquél que había estado todo el tiempo a mi lado. Liam era la mejor parte de mi vida porque con él no tenía que aparentar con él podía ser yo misma, y tal vez si en algún momento de mi vida hubiera abierto los ojos me hubiera fijado en él, pero simplemente no podía hacerlo, aunque más de una vez él mismo me había dejado en claro que sus sentimientos hacia mí eran más que una simple amistad.
-El ha dicho que no es hijo de mis padres -le comenté dolida- No lo entiendo Liam.
-Pequeña -él acarició mi cabello haciéndome que lo mirara él tenía sus ojos cafés clavados en los míos- Sabes que cuando estamos enojados somos capaces de decir o hacer cualquier cosa, Jason es tu hermano sin importar lo que él diga.
-Eso es lo que me temo -susurre para que él no pudiera escucharme- Tal vez tienes razón Liam, tal vez solamente fue una cosa que dijo a causa del enojo.
-Claro que si pequeña -sonrió- ¡Vamos no quiero verte triste!
Por un segundo Liam me había sacado una sonrisa, suspire pensando ¿Qué demonios haría yo sin él?
La escuela no había cambiado, las mismas clases, los mismos horarios, los mismos fastidiosos compañeros, todo retomaba su curso monótono y aburrido que si bien era ya una costumbre que solía fastidiarme. En la clase de vez en cuando podía cruzar miradas con Liam, a quién habían apartado de mi, pero no era suficiente lo necesitaba a mi lado para tener alguien con quien hablar, aunque sea por un rato, podría distraerme. Sin embargo solamente lo podía ver en los recreos ya que no nos dejaban movernos de nuestros asientos.
-Demonios -susurre mientras intentaba hacer un factoreo en matemáticas, era lo más simple del mundo pero parecía que a mí no iba a salirme nunca, mi mente estaba donde no debería estar.
Los parlantes del salón retumbaron sobresaltando a la mayoría, incluyéndome a mí misma, la voz gruesa del director se hizo presente:
-Señorita Bieber por favor presentarse en mi oficina con todas sus pertenecías.
Mi sangre se helo al escuchar esa frase, junte todas mis cosas mientras escuchaba como los susurros me rodeaban estaba segura que la mayoría se estaba preguntando como yo, estaba citada a la oficina del director, ya que nunca se me había considerado como una chica "mala". La oficinista me miro sorprendida al entrar y sin más me dijo que pasara:
-Catherine buenos días -sonrió cálidamente aquel hombre, aunque mi mirada se centro en el muchacho que estaba sentado frente a él dándome la espalda- Puedes retirarte han venido a buscarte.
El volteó a verme dejándome sin respirar prácticamente.
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Gemelos explosivos♡. {Cancelada}
Teen FictionSinopsis: Así siempre fue la historia. Justin era el obediente y Jasón era el rebelde. Justin era el cantante y Jasón era el motociclista. Justin era el primero en su clase y Jasón ni siquiera pisaba la escuela. Justin era el hijo prodigio y Jasón e...