La despedida no termino en algo bueno, solamente fueron dos fríos saludos, que no dieron lugar a que nosotros pudiéramos aclarar las cosas. Me subí al auto nuevamente, con el ánimo por el piso, sinceramente la reacción de Justin me había dejado devastada. Estacione el auto en la cochera de la casa mientras suspiraba, me quedé sentada allí unos segundos, mientras ponía mi cabeza sobre el volante, estaba segura que estos problemas solamente a mi me pasaban. Ya no era nada bueno estar dentro de mi mente, el sonido de mi celular me alarmó e hizo que me sobresaltara por un segundo, supuse que era Toby quien me estaba llamando para saber por qué demonios aún no bajaba, mire la pantalla. –No me sorprende- dijo una voz en mi mente, tal cual lo había pensado, era Toby. Suspire sonoramente mientras bajaba del auto.
-¿Sucede algo? –preguntó Toby al instante de verme entrar, en sus ojos se reflejaba una tenue preocupación, tal vez por el hecho de que se había dado cuenta de que mi expresión no era del todo buena.
-No –conteste distante, sin siquiera justificar mi respuesta, al fin y al cabo ya no era necesario que lo hiciera, yo ya no dependía de nadie.
-¿Estás segura? –Preguntó alguien del otro extremo de la habitación, levante mi vista encontrándome con aquellos ojos cafés que conocía a la perfección, casi sin darme cuenta había salido disparada para aferrarme a su cuello.
-Liam -logré decir luego de salir de mi estado de shock, me encontraba escondida en el hueco que formaban su cuello y su hombro y él estaba aferrado a mi cintura correspondiendo a mi abrazo. Aspire un poco de su perfume, el tiempo pasaba y Liam siendo el mismo, tal vez eso era lo que me gustaba de él- ¿Qué haces aquí?
-¡Oye! ¿Esa es tu forma de tratar a tus invitados? –Bromeó haciendo que ambos riéramos, para luego plantar un beso en mi mejilla- He venido a visitarte, enana.
-Pensé que estarías trabajando a estas horas, grandulón –sonreí mientras me ponía en puntitas de pie para besar rápidamente su nariz- Hace rato que no te veía por aquí –fingí tristeza y enojo- ¡Seguramente ya me has cambiado!
-¡Oh claro que no! –sonrió tiernamente mientras pasaba atrás de mi oreja un mechón de cabello- Nunca te cambiaria Catherine.
-Bueno, bueno, bueno -Toby se metió entremedio de ambos, mientras nos separaba ambos reímos ante la reacción de él- No te pases Liam.
-¡Oye tengo derecho es mi mejor amiga! –gritó mientras sonreía ampliamente.
-Oigan déjense de pelear –intervine, ellos eran los únicos que lograban sacarme una sonrisa que no fuese fingida o obligada, por eso ambos era una gran parte de mi vida- Liam, ¿Te quedaras a tomar algo? –le pregunté casi suplicándole que se quedara a pasar aunque sea una hora a mi lado, luego de la universidad nos habíamos distanciado demasiado.
-Pequeña me encantaría, pero solamente estoy de pasada, debo volver al trabajo –parecía que él también quería quedarse pero sus obligaciones estaban primero- Te prometo que un día de estos vendré para llevarte a cenar a algún lado.
-¿Llevarme a cenar? –Pregunté extrañada- ¿No sería mejor comer en familia aquí? Yo podría cocinar.
-No quiero intoxicarme princesa –rió con ganas mientras besaba mi mejilla y luego chocaba manos con Toby- Volveré mas tarde.
Liam, desapareció tras cerrar la puerta y el silencio reino en la sala. Odiaba verlo irse, simplemente me gustaría volver el tiempo atrás cuando aún ambos éramos pequeños y pasábamos todos los días juntos, como si el tiempo fuera nuestro, ahora solamente lo podía ver una vez cada tanto, si tenía suerte.
-¡AHHHHHHH! –escuché varios gritos y sentir a dos personitas que se aferraban a mis piernas, bajé la mirada y allí estaban, aquellos dos pequeños que amaba con el alma.
-¿¡Pequeños!? –exclame fingiendo sorpresa y me agache a su altura para abrazarlos a ambos- ¿Qué hacen en casa tan temprano?
-Papi, nos ha traído temprano –exclamó la pequeña de cabello castaño claro mientras sujetaba mi mano derecha aquella pequeña era la luz de mis ojos, Ashley.
-Su papa no debería sacarlos antes de la escuela, luego lo retare –sonreí, mientras atrás mío escuchaba la risa enternecida de Toby- ¿Y tu mi bebe como has estado?
-Bien –besé la mejilla rosadita del pequeño mientras lo marcaba con mi labial rojo, Ashley y yo reímos a coro al verlo con la mejilla marcada, el pequeño se encontraba algo dormido y para tener unos cuatro años, los pobrecitos tenían que madrugar, así que no me sorprendía en lo más mínimo.
-Patrick –Lo tomé en brazos mientras Ashley hablaba con Toby, aquella pequeña era carismática y decidida, además de ser perfectamente adorable- ¿Quieres que te lleve a dormir bebe? –pregunté enternecida al verlo negar con la cabecita mientras se refregaba los ojitos.
-¿Podemos ir al parque? –escuché la voz de Ashley que trataba de convencer a Toby, él negaba riendo, aunque en un segundo apartó su vista de la pequeña y me miró, preguntándome que haríamos.
-¡Yo te llevo princesa! –Grité entusiasmada mientras bajaba a Patrick, que se iba a encontrar con su hermana.
-¿Iremos los dos? –preguntó Toby mientras me abrazaba por detrás.
-Pensé que podrías preparar la merienda para los niños mientras yo los llevaba al parque, ya sabes eso de cocinar no se me da bien según Liam.
-¿Eso es una excusa señorita Bieber? –preguntó riendo.
-Algo así.
Besé con rapidez su mejilla mientras salía con los niños por la puerta para dirigirnos al parque. Ashley y Patrick, los mellizos. Eran todo para mí. Ambos tenían cuatro años pero eran tan diferentes a todos los niños de su edad, Ashley era coqueta y tierna, aparentaba tener unos seis años, aunque fuese pequeña, y Patrick era un bombón, una simple dulzura.
Ambos corrieron al parque escapándose de mis manos.
-¿¡Que les he dicho de cruzar la calle sin mí!? –grité enojada, solamente me enojaba que ellos se arriesgaran algo malo- ¡Cuando lleguemos a…!
-¿Catherine? –esa voz me interrumpió, esa voz que hacia tanto no escuchaba, me di vuelta para encontrarnos frente a frente, mi mundo se derrumbo.
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Gemelos explosivos♡. {Cancelada}
Teen FictionSinopsis: Así siempre fue la historia. Justin era el obediente y Jasón era el rebelde. Justin era el cantante y Jasón era el motociclista. Justin era el primero en su clase y Jasón ni siquiera pisaba la escuela. Justin era el hijo prodigio y Jasón e...