Capítulo XIII: De tal palo, tal astilla

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¿Conoces esa sensación de remordimiento y profundo odio por ti mismo?

Esa que surge cuando te das cuenta que acabas de decir algo estúpido. Y ahora todos a tu alrededor te miran como si fueras un absoluto imbécil.

Pues, así era como se sentía Arturo.

Su pie rebotaba torpemente contra el piso mientras evitaba ver de reojo a la caperucita.

No tenía idea de que decir o hacer.

Se sentía indefenso. Como un niño al cual acababan de sermonear duramente y lo habían castigado mandándolo a un rincón.

¿Cómo era posible que todos sus argumentos en contra de esa horrenda bestia se hubieran desmoronando en cuestión de segundos?

¿Acaso todavía seguía dormido esperando a que sus compañeros lo despertaran?

¿Era uno de esos sueños extraños en los que nada tiene sentido? Y si se pellizcaba ¿Despertaría?

El enano junto dos dedos y con ellos tomó un trozo de su piel, el cual jaló hasta sentir un dolor punzante.

—¡Auch! —exclamó por lo bajo.

La caperucita giró su cabeza al percatarse del ruido.

En definitiva no era un sueño.

Arturo bajó rápidamente la mirada, un tanto apenado de la acción infantil que acababa de realizar. Y rezando para que Ruby no se hubiera percatado de ello.

—Pero...¿Cómo es posible? —preguntó el enano después de tanto tiempo.

La chica regresó la mirada hacia el dragón y suspiro.

—La vida está llena de maravillas  —dijo con un tono más calmado— Solo tienes que saber en donde buscarlas, porque los tesoros pueden provenir de cualquier parte.

—¿Incluso de una lagartija escupe fuego? —preguntó consternado viendo al animal, el cual se había recostado sobre la paja con las patas hacia atrás, como si estuviera a punto de tomarse una placentera siesta.

—Incluso de una lagartija escupe fuego —contestó ella siguiéndole la corriente.

El enano caminó lentamente hasta la caperucita, como si tuviera miedo de espantarla y que saliera corriendo. Pero sus angustias se disiparon cuando ella le hizo un gesto amistoso con la cabeza y lo invitó a sentarse a su lado.

Caperucita roja y los seis enanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora