Capitulo XIV: Tener y retener

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Ruby apenas podía creer todo lo que había vivido.

Viajó al reino blanco, se hirió en el bosque, fue encontrada por un enano que la acogió en su hogar, conoció al grupo de héroes mas grande de la Isla de Cuentos de Hadas e incluso le reveló su verdadera identidad a uno de ellos, tuvo un desagradable encuentro con Robin Hood, había rescatado a un dragón, y ahora...

Ahora era momento de volver a la realidad. Bajar de las nubes y retomar ese camino del que nunca debió haberse desviado.

Dos noches, en dos noches sería luna llena. 

Pero eso ya no le preocupaba, viajaría durante ese tiempo hasta la casa de su abuela, y si se daba prisa, incluso llegaría a verla antes de su transformación, para que juntas pudieran pasear bajo la luz de la luna.

Todo parecía encajar a la perfección. 

Una sonrisa se dibujó en su rostro. 

Pero ese efímero momento de felicidad terminó por esfumarse cuando vio a un enano de cabellera rubia entrar atropelladamente en la habitación. Parecía alterado, su respiración era agitada y su rostro estaba ligeramente enrojecido. 

—¡Jack! —exclamo ella al percatarse de su desfavorable aspecto— ¿Qué sucede? ¿Qué tienes?

—Ru-Ruby —dijo de forma entrecortada, al parecer su cuerpo todavía seguía muy adolorido por sus recientes heridas— Ti-tienes que irte. 

Los ojos de Ruby se abrieron de par en par. No entendía por qué Jack se comportaba así, si ya les había informado a los chicos que se marcharía pronto.

—Si, eso voy a hacer, parto en unas horas—respondió ella un tanto confundida.

—N-no, no lo en-entiendes —trató de explicar mientras recuperaba el aliento. 

—¿Qué pasa Jack? Habla, dilo de una vez —le exigió mientras el nerviosismo empezaba a consumirla. 

—La banda de Robin se acerca —musitó con el poco aliento que le quedaba en los pulmones. 

La caperucita palideció. 

Debió haber escuchado mal.

No, no era posible. Tenía que ser mentira. 

—¡¿Qué?! —exclamó aterrorizada— ¿Por qué? ¿Cómo?

—Pino, Noki y Kio salieron a la avenida del Ganso Dorado para comprar engranajes y cosas asi...—balbuceo un poco— Bueno, eso no importa...lo que ocurrió fue que escucharon a los hombres de Robin preparase para venir a inspeccionar la montaña. 

Caperucita roja y los seis enanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora