Problemas de ocho brazos

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El trío de jóvenes héroes entró a la habitación en la cual se había llevado a cabo el robo la noche anterior, todos estaban agotados y algo adoloridos, incluso Víctor, que a pesar de no haber estado en la emergencia junto a sus compañeros no tenía muy buen aspecto. Raven y Sparta no podían moverse sin soltar algún quejido ocasionalmente, los dos habían trabajado muy duro cuando el incendio azotó el barrio del menor la pasada noche, en cambio, el espartano parecía agotado sin razón además de que se veía algo enfermo...su vibrante mirada habitual se había apagado haciendo que sus ojos olivas perdieran su brillo encantador, si de por si su piel ya era clara ahora se veía blanquecina y pálida; unas ojeras marcadas bajo sus ojos indicaban falta de descanso y agotamiento además de que tuvo que quitarse su característico casco de espartano y sostenerlo bajo uno de sus brazos para con su otra mano frotar su cabeza que ahora pasaba por un intenso dolor. Este extraño comportamiento de parte del ojioliva no pasó desapercibido para sus dos compañeros quienes no se atrevían a preguntar, solo siguieron paseando por la habitación buscando algo que les sirviera.

El cuarto era el laboratorio donde el mismo Otto Octavius trabajaba en su día a día, se notaba que no había tocado ni había permitido que nadie tocara nada hasta ahora pues incluso los miles de pedazos de vidrio roto seguían bajo los marcos donde antiguamente habían ventanas, además de mesas y sillas volcadas, varias pantallas y ordenadores hechos añicos y extraños prototipos de prótesis humanas que era principalmente a lo que se dedicaba el doctor Octavius. La felina fue la primera en tomar la palabra.

Raven: Doctor Octavius...

Otto: Por favor, héroes, llámenme Otto

Raven: Muy bien...Otto, ¿Dónde estaba cuando pasó el robo?

Otto: Aquí mismo, en mi laboratorio, estaba sentado en mi oficina revisando los planos de un proyecto especial hasta que escuché como se rompía una de mis ventanas

El científico señaló primero un pequeño cuarto situado al fondo de la habitación, seguramente sería su oficina y finalmente apuntó a la pared donde se encontraban las dos ventanas rotas y una que no lo estaba.

Sparta: ¿Pudo identificar quien o que fue lo que entró?

Otto: No, es una pena, cuando salí ya todo estaba destruido y lo único que vi fue una figura oscura saliendo por la otra ventana

Sparta: *risa* parece que nuestro ladrón tiene cierta manía con romper ventanas

Otto: Ah Spider-Sparta, siempre tan...intuitivo 

El menor miró a su contrario alzando una ceja, aunque ese gesto no se veía tan claramente puesto que su cabeza estaba cubierta por su máscara, si era verdad que el doctor no le había quitado los ojos de encima al menor desde que había entrado al cuarto, no parecía confiar en él como lo aparentaba, más bien era como un odio muy bien disimulado. Después de ese extraño encuentro se pusieron manos a la obra y empezaron a buscar pistas, mientras Víctor revisaba moviendo las cosas caídas, Sparta caminaba por el techo y paredes aprovechando sus pies pegajosos esperando ver alguna pista, por su lado, Raven seguía interrogando al doctor.

Raven: ¿y sabe que fue lo que se llevó el ladrón?

Otto: Si si, un chip neuronal 

Raven: ¿Chip neuronal? -preguntó alzando una ceja-

Otto: Así es, se trata de un pequeño micro-chip con el que trabajo en mis experimentos, verá, aquí en mi laboratorio yo me centro en la elaboración de prótesis e implantes robóticos para personas que perdieron alguna extremidad o necesitan algo en específico que les ayude a movilizarse, mi proyecto siempre ha sido muy ambicioso pues aunque ya existen muchas prótesis como estas ninguna ha conseguido llegar al punto de poder moverse con naturalidad como lo haría un brazo o una pierna real así que el chip se conecta al cerebro y se enlaza con la prótesis para que así...

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