WTBA - santutu x unicornio

03

Al llegar al salón de clases, vió a Franco y Rodrigo, además de un tercero que supuso era Tomás.
Saludó con la mano para después acercarse y sentarse junto al pelinegro con un par de tatuajes.

—¡Ger! perdón por faltar ayer, hacía mucho frío—saludó Carrera con un abrazo.

—Tranqui, no vino mucha gente ayer.

—¿Te sentaste solo?

—No, Santiago se sentó conmigo.

Los tres chicos quedaron boquiabiertos-Santiago nunca se sentó con nadie que no sea Iván-dijo Franco sorprendido.

-Iván faltó ayer también.

—¿Entendés lo que dice Franco? Santiago mira mal a todos excepto a sus amigos—advirtió Rodrigo—qué raro.

—Bueno no importa, ¿vos debés ser Tomás, no?—cambió de tema y dirigió su atención al chico sentado al lado suyo.

—Sí, soy Tomás—se dieron un apretón de manos -vos supongo que sos Germán, un gusto.

Usinger sonrió y el timbre sonó dando comienzo a la primer clase del día.

Estaba prestando atención a lo que decía el profesor cuando sintió que algo chocó con su nuca. Se dió vuelta y era un papel el cual había caído al piso, observó directamente a Santiago quién reía por lo bajo.

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—¿Qué hacés?—preguntó Iván viendo cómo su compañero reía.

—Molesto al pibe nuevo.

—¿Viste que está lindo?—preguntó Gonzalo—capaz es un candidato para Iván.

Frunció el ceño—Dejá de joder Gon, sabés que Ivo tiene el ojo bien puesto en Rodrigo—rió.

—Cierren el orto, ¿quién te dijo que a mí me gustaba Rodrigo?

—Creo que hasta el más pelotudo se daría cuenta—agregó Gonzalo.

—Bueno no me gusta, así que podés cerrar el orto.

—Uy si claro—dijo irónico el de ojos azules.

—Ja, ja. ¿Y vos qué onda con Sofi? ¿seguís hablando con ella o no?

—Meh, estoy a nada de dejar de hablarle.

—Bueno, otra más para la lista.

—Ivo, me hacés quedar como un gato.(*)

—Yo no hago nada, vos te hablas con todas y con todos también.

—No es mi culpa, soy irresistible.

—¡Buhajeruk! ¡Rodríguez! ¡Banzas! los tres hagan silencio o los mando a la rectoría.

Hicieron silencio, Gonzalo y Santiago rieron entre ellos mientras Iván rodaba los ojos.
Rodríguez desvió su atención nuevamente hacia el chico con lentes. Siguió tirándole papeles, se sorprendió al ver que Germán se la devolvió.

—¡Usinger! ¡Rodríguez! ¿qué están haciendo? los dos a la rectoría, ¡ya!

—Pero profe...—dijo Usinger apenado.