Sus respiraciones cruzaban, todo era tan lento. Santiago pegó aún más sus cuerpos.
—Es obvio que es esto lo que querías, chiquito— susurró—¿por qué no aceptas que no querés a Tomás?— preguntó antes de juntar sus labios en un deseado beso.
El jugueteo entre sus bocas era intenso, Germán le seguía el juego a su -¿amigo?- de ojos azules, quien dominaba absolutamente todo en ese momento.
La lengua de Santiago pidió permiso para entrar, y Usinger aceptó cual sumiso, dejando que pase y que tenga el control por completo.
Germán se sentía realmente en el paraíso, jamás había experimentado esa sensación de satisfacción, y sobre todo sentirse tan caliente. Tenía tanta necesidad de arrancarle la ropa al contrario lo antes posible. Sus manos antes tensas pasaron a rodear el cuello de Santiago, mientras este deslizaba sus propias manos al trasero del castaño, descaradamente.
Apretó y masajeó, generando aún más placer en Germán.
Se separaron por la falta de aire, agitados por el gran momento que habían tenido.
La cara del de lentes estaba aún más enrojecida que en un principio, y los ojos azules estaban llenos de lujuria por tener esa imagen frente a sus ojos.Las manos del rubio viajaron por dentro de la camiseta de Usinger, acariciando la piel de su espalda. Causando escalofríos en Germán por el repentino tacto.
—Cerrá los ojos— Santiago susurró con voz ronca.
Rió, pero no se negó. Confiaba en lo absurdo que nada malo iba a pasarle, y en ese momento estaba entregado por completo al de ojos azules.
Rodríguez besó suavemente los pomposos labios para ir bajando lentamente por su cuello, succionando ocasionalmente, y causando jadeos que salían de la boca de Germán.
Las manos de Santiago volvieron a viajar, esta vez desde la espalda hasta el pecho, y casualmente hasta los pezones ajenos. Levantó la remera para encontrarse con un abdomen bastante marcado, y los 'botones' de Germán que estaban absurdamente parados.
Rodríguez besó desde el ombligo hasta llegar a uno de los dos pezones, lamiendo y succionando, mientras el castaño mordía su labio para no hacer ruido. Pasaba de uno a otro, haciéndolo como si fuese un hobbie que realizaba todos los días.
Germán colocó su mano en los cabellos ondulados y rubios, apretando ocasionalmente cuando el placer era demasiado. Jamás le habían hecho algo así.
Abrió sus ojos para ver esa preciosa imagen de Santiago chupándole sus 'botones'rosas.
Una vez que se aburrió simplemente acomodó la camiseta contraria y volvió a los grandes labios rosas.
Usinger sentía que iba a morir. Se sentía tan indefenso ante todos estos estímulos nuevos. Sus hormonas empezaba a salir a la luz.
Un golpe en la puerta los sobresaltó;—¡Ya fueron siete minutos!— gritó Franco desde afuera.
Se separaron, Santiago limpio la boca de Germán con su pulgar, acomodaron sus ropas y salieron por la puerta.
Las miradas de todos estaban en ellos, específicamente en el cuello del más bajo, ahora marcado por un par de chupones que lo adornaban.
Santiago guiña un ojo antes de volver con sus amigos. Aprovechando eso, rápidamente Rodrigo se acercó a Germán y lo apartó de las vistas de todos.
—¡Por dios! ¿Santiago será un vampiro?— sonrió burlón.
—¿Se nota mucho?— tocó su cuello.
—¡Sí!— Carrera estaba absurdamente emocionado— no lo puedo creer, ¿qué pasó ahí?
—Bueno...— volteó su mirada hacia la multitud, buscando al de ojos azules, este le sonrió a la distancia— lo que pasa en el paraíso, queda en el paraíso— rió.
[...]
—Sos mejor que nadie marcando tu territorio —bromeó Gonzalo como siempre.
—Pero me parece que vas a tener problemas —Iván observó que detrás de su amigo venía Tomás, con una cara seria.
Santiago volteó;—¿Pasa algo, Arbillaga?— se cruzó de brazos, manteniéndose firme.
—¿Podemos hablar?— habló entre dientes mientras apretaba sus puños. Rodríguez rodó los ojos pero asintió vagamente.
Siguió al azabache hacia afuera, sintiendo la mirada de Germán en él.—¿Tan resentido estás?— preguntó el más bajo cuando por fin estaban al aire libre.
—¿De qué hablás, Tomás?— dijo indignado.
—No te hagas el boludo, Santiago. Germán tiene una marca en el cuello que se le ve desde China.
—¿Y? es un juego, Tomás.
—Pero qué, ¿te pensás que no sé cómo lo miras? te conozco Santiago, más de lo que pensás.
—¿Y qué tiene? Germán no es tuyo.
—Era la idea. Me esfuerzo mucho para gustarle, ¿sabías?
—Y qué, ¿cuando sean novios lo vas a cagar como hiciste conmigo?
—Siempre te expliqué que no fue así.
—¡LOS VÍ, TOMÁS!— se exaltó más de lo que debía.
—Ves, seguís resentido.
—¿Se supone que tengo que superarlo? me hubieses pagado vos la terapia, mogolico.
—Siempre fuiste tan dramático— rodó los ojos.
—Y vos siempre fuiste un pelotudo, pero nunca te dije nada y te amé tal cual eras, qué bajo que caí...
—Quiero que te alejes de Germán. No te estoy jodiendo.
—¿Alejarme de quién?— una voz hizo que Arbillaga se paralice por completo. Su cuerpo entero se tensó.
Volteó para ver al castaño a la cara.Santiago rió por lo bajo, sin decir una palabra, una sonrisa arrogante y burlona se hizo ver. Todo el teatro se le cayó a Tomás por si solo, ese pelinegro si que era bueno para cagarla.
—Ger... yo...— titubeó— te puedo explicar...
—¿Vos le estás pidiendo a Santiago que se aleje de mí? ¿qué te pasa?— se acercó aún más a ambos chicos para no elevar tanto el tono de voz.
—Ger... estoy enamorado de vos— soltó, desplomandonse en el piso, como si fueran sus últimas palabras antes de morir. Santiago rodó los ojos, indignado. No dijo nada y observó a ver cómo intentaba continuar con su manipulación.
—¿Eso te da derecho a decidir con quién me junto? Tomás, yo no soy tuyo. Ni de nadie—miró a Santiago —Santi y yo somos amigos...
—¡Santiago está resentido!— gritó, con una mano en su pecho— ¡te está usando! ¡está en mi contra!— comenzó a llorar.
—Qué imaginación tenés para tener diecisiete años, qué fácil es para vos mentir— rió burlón, cruzado de brazos. —Me voy. ¿Te parece si te levantas del piso y dejas de ser un ridículo? —observó al pelinegro acurrucado en el césped.
—¿Me llevas a casa?— preguntó Germán despreocupado, aunque debían hablar de eso luego.
—Te llevo a la mía — guiñó un ojo.
Ambos caminaron por dentro de la fiesta hasta salir finalmente por la puerta principal.
—Me vas a explicar todo, Santiago. Todo— señaló mientras se subía a la motocicleta.
Suspiró pesado;— es una larga historia, te la cuento en casa mientras tomamos café — sonrió y emprendió viaje.

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WTBA - santutu x unicornio
Fanfiction❝𝗪𝗘𝗟𝗖𝗢𝗠𝗘 𝗧𝗢 𝗕𝗨𝗘𝗡𝗢𝗦 𝗔𝗜𝗥𝗘𝗦❞ Germán Usinger, un joven de 17 años, se tiene que mudar de su querida provincia; Entre Ríos, para vivir en Buenos Aires, dónde su mamá tiene una oportunidad nueva de trabajo. O Dónde Santiago Rodríguez...