Entre Sus Brazos (ESM2) ©

Capítulo 33

ALEXANDER

No podía creerlo, no podía creer que Lea haya sido la culpable de que yo perdiera ese contrato. Me molesto el hecho que recomendara a Frank, ¿por qué a mi no?, por dios Alexander la respuesta es tan obvia, ella te detesta ¿por qué te recomendaría a ti?

Pero lo que ahora me intrigaba más era que relación tenía Lea con la familia Diamanti

No podía negar que Thompson estaba haciendo un buen trabajo, como ya no tenía nada que hacer ahí, decidí regresar tenía otros asuntos que atender

Era un día soleado pero a mitad de camino todo comenzó a nublarce, pero lo que más me preocupó fue ver el auto de Lea ahí, a media carretera...sin moverse

Me estacione detrás de el para poder investigar lo que pasaba tal vez necesitaba ayuda.

Podría ser un maldito y muchas otras cosas.

Pero no podía dejar a Lea en ese lugar, era un lugar algo sólido en ese momento

Al bajar e investigar me di cuenta de que Lea no estaba ahí, no quería sacar conclusiones apresuradas. Tal vez decidió caminar así que inmediatamente continúe el camino atento a todo momento para poder encontrarla

Unos metros más adelante por fin la vi, caminando a orilla de la carretera intentando cubrirse de la lluvia con su bolso, inmediatamente le toque el claxon y me acerqué a ella

—Sube — dije abriendo la puerta

—No gracias, prefiero caminar — siguió con su camino

—Deja de lado las escenitas estupidas y sube al auto Lea, esta lloviendo — continuaba avanzando a su paso

—¿Crees que no lo he notado ya? — de repente truenos se hicieron presentes

—Bien, como prefieras — si ella no quería, yo no podía obligarla, estaba por cerrar la puerta cuando hablo

—¡Espera! — subió rápidamente

En cuanto subió su aroma se hizo presente en todo el auto, era un aroma cálido y dulce

Dicen que no es bueno cuando alguien no puede olvidar el aroma de otra persona

La tensión era enorme, no sabía que decir, no sabía como hacer o de donde sacar tema de conversación

Que se le podía preguntar a la mujer que me fue infiel, no era nada sencillo

—Gracias — ella fue quien habló primero

—¿Qué le ocurrió a tu auto? — pregunte sin despejar los ojos de la carretera

—No lo se, todo marchaba bien pero de un momento a otro se apagó y trate de llamar a alguien

— ¿A Nick? — dije sin pensar

Suspiro — ¿Cómo está Serena?— prefirió cambiar de tema

—Esta bien — dije cortante

—Me alegro

Su celular comenzó a sonar, tardó un poco en responder

—¿Hola?, yo también, estoy bien nada de que preocuparse, todo está siendo un caos, estamos organizando la boda de Marie... ¿no te lo había dicho ya?, ¿de verdad?, no no no te preocupes yo puedo con todo, tranquilo — ¿con quién hablaba?, puse toda mi atención en esa llamada  — tú simplemente confía en mi, por cierto los trabajos van muy bien, aclaro... a mi parecer todo va bien, ¿ya saben quién vendrá? — ¿estararia hablando con uno de los Diamanti?—bueno eso es lo de menos, solo avisen con tiempo... ellos llegaron hace un par de días, no Jenell vendrá después, ¿si las vas a enviar?, no era necesario, pero bueno Arthur y mi papá estarán felices por ello, ¿cómo está Teresa?... cada vez falta menos, lo se pobre de tu hermano — río — yo también, bueno me despido, ahora no puedo hablar mucho, yo te regreso la llamada más tarde, de acuerdo adiós