Epílogo

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MARIE

Me encontraba en la cocina preparando sus postres favoritos, iba de un lado a otro buscando todos los ingredientes que usualmente estaban regados por toda la cocina

—En el cajón de la izquierda — escuche decir desde la puerta de la cocina

En cuanto oí su voz la busqué, la encontré en el umbral

La vi con cabello largo, su piel tan radiante que siempre la caracterizó y una sonrisa radiante

Lo primero que hice fue correr a ella y darle un abrazo enorme y ella me devolvió aquel acto, las lágrimas no tardaron en llegar

—Yo también te he extrañado mamá

— Mi niña — la abracé tanto — oh Lea — no podía dejar de llorar

—Habría querido esperar un poco más para visitarte, pero puedo ver como todo te está consumiendo y que necesitas un poco de consuelo

—¿Cómo crees que pueda seguir después de todo lo que paso?, me he quedado sola en el mundo... primero Jim y después tú, en cuestión de semanas

—No estás sola Marie, ahora tienes una familia que cuida de ti y que estarán para ti cuando lo necesites

— Te echo tanto de menos — sostuve su mano y ella la apretó dándome tanta paz

—No estés triste tía — me sonrió y después de tanto tiempo pude volver a ver aquella sonrisa, la cual siempre fue mi favorita — yo estoy bien, papá está bien e incluso me he reencontrado con mamá — dijo tan feliz

—¿De verdad?

Ella asintió — Papá incluso te manda saludos y uno que otro sermón

—No sabes cuánto daría por que este sueño fuera eterno

— A mí también me gustaría — se acercó a donde estaba cocinado y se colocó el delantal que siempre usaba cuando cocinábamos juntas — Vamos Marie, que el tiempo se me agota y tengo demasiada hambre

—¿Acaso no comes?

—Si... pero extraño mucho tu sazón

Eso me bastó para ponerme a su lado y comenzar a preparar todo

Ambas preparamos todo como solíamos hacerlo, entre risas y lágrimas también

—Me tengo que ir — me miro con tristeza

—¿No puedes quedarte un poco más?

Negó — Aún tengo a ciertas personas que visitar. Pero quiero que a partir de hoy estés tranquila, en paz... porque yo lo estoy tía

—No me pude despedir de ti... no pude decirte cuanto te amo

—No era necesario, estoy consciente de todo el amor que me tienes. Quien debe pedirte perdón soy yo, tenía muchas cosas para ti, pero me fue imposible resistir... y te juro que lo hice, traté de aguantar

—Mi niña, no tengo nada que perdonarte... fuiste, eres y serás la única persona que ocupé mi corazón — tomé su rostro entre mis manos — viví para ti todos estos años y de la nada un infeliz me arrebato la única cosa que me daba fuerza para vivir, estabas embarazada mi vida

—Yo no me quería ir... te juro que yo no quería — sus ojos se llenaron de lágrimas

—Lo sé.... no tienes por qué decirlo

— Lo que ahora necesito es que me prometas que estarás bien, que continuarás con tu vida, serás feliz a lado de tu esposo y de Tom

—Lea...

Entre Sus Brazos (ESM2) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora