Más que criminales [ZODIACO]

XVIII

NARRA LEO

Todo ardía.

Siempre que estaba cerca de Escorpio se sentía asi.

Todo lo que ella tocaba lo quemaba.

Justo ahora sus llamas me consumían.

No podía parar de besarla, no quería parar de besarla, mi mano alrededor de su cuello me hacia sentir poder sobre ella, sentía su pulso sobre mi palma. Sus manos subieron a mi nuca, enterrándose en mi cabello, baje mis manos a su cintura, quería sentirla pegada a mi, la apreté contra mi cuerpo y ella respondió con un jadeo.

Se separo unos segundos.

Aproveche para llevarla atrás de un árbol así nadie nos vería, volví a besarla y ella correspondió, subí mi mano a su cabello, jalando para dejar al descubierto su cuello, empecé a besar su mandíbula bajando a su cuello, para por último terminar besando su hombro y mordiendo un poco su piel. Su respiración agitada sólo me calentaba aún más. Ella tomó mi nuca para volver a besar mi boca. Cualquier razonamiento lógica que quedaba en mi cabeza desapareció, sólo quería besarla.

—Te odio —susurro.

NARRA ACUARIO

Me encontraba solo sentado en una silla, mirando al resto de chicos.

Gem y Sagitario por alguna razón estaban hablando sanamente.

Aries parecía por primera vez soportar a Cancer.

Géminis, capricornio, libra y piscis hablaban sentados en el pasto.

Virgo y Aries estaban mezclando un montón de cosas en la mesa de tragos.

Leo y Escorpio no estaban por ningún lado, lo que resultaba sospechoso, probablemente en la mañana encontraríamos un cuerpo.

Y la taurina se encontraba tirada en el pasto boca arriba y probablemente inconsciente. ¿Qué esta niña no sabia tomar?

Molesto me levante de mi lugar decidido a hacer mi obra buena del día, la llevaría a su cuarto.

Cuando me acerque logre ver que tenia la mirada perdida en el cielo.

—¿Estas viva? —pregunté mientras pateaba su mano.

Ella me miro molesta, definitivamente estaba viva.

—Vamos, levántate, te llevare a tu cuarto —le conte mientras ofrecía una mano.

Tauro volvió su mirada al cielo ignorándome.

—¿Para que tomas si sabes que terminaras asi?

—No he tomado —respondió cortante.

—Entonces, ¿Qué te sucede?

—Nada.

Esta chica tenía 12 años o ¿Qué?

—¿Escorpio te dio algo? —seguí con las preguntas.

—¿Por qué me odias? —preguntó sin apartar la mirada del cielo.

—No te odio.

Ella no dijo nada, seguía mirando la noche, realmente no parecía estar aquí.

—¿Por qué lo crees? —cuestione mientras me sentaba a su lado.

—Parece que todos te agradan menos yo.

—No todos me agradan.

Ella se sentó y por fin bajo la mirada su rostro, a pesar de que sus ojos eran claros, está noche parecían oscuros y como si después de pasar horas mirando las estrellas estas hubieran aterrizado en ellos.