Capitulo 9: Madeline

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Estuve toda la tarde en el balcón de mi casa mirando la calle. Mis papás me dijeron que venían en un auto rojo y cada ve que pasaba uno aguantaba la respiración, pero seguía de largo. Finalmente un auto rojo se detuvo en frente de mi casa y empecé a gritar de la emoción. Corrí hacia el ascensor, bajé y vi a Maddie saludándome desde el otro lado del vidrio de la puerta con una gran sonrisa. Quise abrir la puerta pero me di cuenta de que con el apuro había olvidado las llaves en la mesa. Por suerte mi mamá me salvó del momento incómodo y llegó con sus llaves. Abrió la puerta con una sonrisa paciente y me abracé fuerte con mi mejor amiga.

-No puedo creer que vas a dormir aquí por cuatro días- dije mientras la soltaba

-¡Créelo porque esta pasando! – dijo mientras agarraba su bolso. En ese momento llegaron sus abuelos y sus hermanos. Luego de todos los saludos, subimos el ascensor de a grupos porque su capacidad máxima es de 3 personas. Accedieron a quedarse un rato asique fuimos al cuarto de mi hermano a jugar al Life mientras los adultos charlaban. Es un juego largo y no pudimos terminarlo porque los hermanos de Maddie se tenían que ir; determinamos que Maya era la ganadora porque estaba más cerca de la meta y tenía más dinero falso que todos los demás. Mi hermano se enojo de que una chica le haya ganado pero cuando jugamos los tres solos ganó el y se le olvido. Mientras cenábamos tarta de atún la invitada nos contó como los invadieron las hormigas, como le esta yendo en el colegio y que se mantenía en contacto con sus papás entre otras cosas. Estuvo hablando casi todo el tiempo pero no me molesto y se ve que a ella tampoco le molestaba toda esa atención. Al terminar ella y yo fuimos a mi cuarto. No nos pudimos quedar charlando hasta tarde porque tenia que ir a la escuela al otro día asique ella se quedo escuchando música mientras yo intentaba dormir.

Creo que ese jueves fue el día más largo de mi vida. Era como si los minutos no pasaran. Sentía pena por Maddie porque estaba encerrada en un departamento y sola, en vez de una casa grande al aire libre y pensar que estaba aburrida o pasándola mal me daban más ganas de llegar a mi casa. Trate de concentrarme en lo que estaba diciendo la profesora porque no tenía sentido estar viendo mi reloj casa dos segundos y logre hacerlo. Finalmente tuve mi libertad, bajé corriendo las escaleras y salí por  la puerta. Estaba a punto de salir del tumulto de gente que salía cuando escuché que me llamaban.

-¡Mira detrás de ti Cora!

Era Maddie. Me di vuelta y fui hacia ella mientras me reía. Nos abrazamos.

-¿Cómo es que estas aquí?

-Acompañe Ana- Ana es la chica que limpia mi casa, nos cocina, y lleva y trae del colegio a mi hermano.

-Duh

-Duuuuhhhh

Las dos nos reímos fuerte y algunas personas nos miraron raro, pero no nos importo. Éramos una extraña dupla: mi camisa estaba arrugada, desprolija, y fuera de mi pollera, tenía una media arriba y a otra abajo, los cordones del zapato izquierdo desatados y despeinada, en resumen, un desastre caminante. Y Maddie tenia una remera blanca con un gran mostacho, calzas negras, zapatillas de correr y para complementar el outfit me sacó mi corbata, se la puso y se ofreció a llevar los libros que tenía en la mano.  Fuimos caminando tranquilas sin que tampoco nos importara nuestra imagen a mi casa, mientras charlábamos. Fue un alivio saber que no sufrió como yo pensaba.

-De hecho fue genial tener un día de descanso, sin tener que ir al colegio, o hacer ninguna otra actividad. Al estar en un departamento no tenía por qué salir afuera asique fue una buena excusa para estar usando la computadora o viendo televisión.

-Me alegro que te hayas divertido. Estuve preocupada toda la mañana de que estuvieras pasándola mal

-Gracias por preocuparte

-De nada

-¿Vas a faltar mañana?

-Espero que me dejen

-Conmigo presente dudo que te digan que no- dijo despreocupada

Seguimos charlando sobre otras cosas hasta que llegamos a mi casa. Merendamos torta de ricota y vimos películas hasta que llegaron mis papás de trabajar. Tenía bien ensayado lo que tenía que decir…

-Papi te quería preguntar, ya que esta Maddie aquí y no estamos viendo nada importante en el colegio, ¿puedo faltar al colegio mañana?

-Está bien

-Pero no es justo y…dijiste que si?? – Sam y Maddie se rieron por lo bajo

-Si puedes Cora

-¡Genial, gracias!

 Esa noche fue muy divertida. Vimos noticias sobre celebridades, probamos distintos outfits, nos maquillamos y desmaquillamos cientos de veces, escuchamos música. A eso de las cuatro de la mañana vino mi mamá a pedir silencio por tercera vez. Decidimos hacerle caso y nos quedamos charlando en susurros hasta quedarnos dormidas.

-DESPIERTA BOLSA DE PAPAS Y DAME CIEN LAGARTIJAS AHORA

Grité del susto y casi me caigo de la cama. Maddie se ahogaba de la risa.

-¡¿Acaso quieres matarme de un infarto?! Esa no es manera de despertar a alguien!!

Ella siguió riendo perocuando vió mi mirada de odio se detuvo y dijo:

-Intenté despertarte de la manera suave pero no funcionó. A veces despierto a Maya así y me persigue por la casa queriendo pegarme hasta que mi mamá la detiene.

-¿Qué hora es? – dije mientras bostezaba

-9 AM

-¿¿QUE COSA??

-Tranquila, estoy jugando. 11.30

-¿Hace mucho que estás despierta?

-Sip

-Lo siento

-No te preocupes. Cámbiate y yo te preparo el desayuno.

Me puse unos jeans rasgados,  una camisa a cuadros y mis convers negras. Cuando salí de mi cuarto Maddie estaba dejando un plato de tostadas en la mesa junto a una tasa de leche chocolatada.

 -El día esta muy lindo asique come bien porque vamos a salir a pasear

Comí mis tostadas en silencio, equipe mi mochila y salimos. 

Hasta Que La Canción TermineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora