Luego de una dura conversación llena de silencios incómodos y puntadas en el pecho llegamos a un acuerdo: no era justo para ninguno de los dos tener un compromiso como mantener una relación a larga distancia. Ambos estábamos enamorados locamente del otro, no debería ser un problema la distancia pero algo podría salir mal. Nunca podría pedirle que se quedara y no puedo darme el lujo de ir con el tampoco. Decidimos disfrutar el mes que nos quedaba de la mejor manera posible, olvidando que hay un final, viviendo en el momento. Ver películas solía ser de nuestras cosas favoritas de hacer y siempre veíamos una diferente pero si veíamos una película luego nos iba a recordar al otro y no queríamos tener que pasar por eso. Decidimos ir a jugar a los bolos y aunque al principio era incómodo, todo volvió a ser como antes y por un momento olvide que se iba. Cada uno tenía dos intentos para tirar y como Andrew era un caballero empezó a dejarme ganar pero cada vez que era mi turno a la primera me asustaba o hacia cosquillas para que perdiera y luego me dejaba tirar.
- Decidete por favor, quieres que gane o no?
- Sólo quiero divertirme, acaso divertirse no es lo que cuenta? - preguntó haciéndose el inocente
- Eso y ganar, prefieres perder como un caballero o ganar como un tramposo?
Luego de unos minutos de fingida consideración tomó la bola de mis manos y la tiró mal a propósito usando mi turno.
- Prefiero ganar como un tramposo - dijo y me guiño un ojo.
Todo el resto de la partida fueron una serie de intentos, tanto míos como de Andrew, de que el otro perdiera y con cualquier método a la mano. En un momento me escondí detrás del mostrador donde te daban los zapatos y cuando Andrew se alejó para buscarme use sus dos turnos, cuando volvió estaba fuera de si.
- Nunca me vuelvas a asustar así, me escuchaste? No soportaría perderte, yo... - dijo mientras me abrazaba fuerte.
- Lo se Andie y lo siento, no fue mi intención - le devolví el abrazo y nos quedamos así por un rato. Dejamos la partida como un empate y salimos a caminar tomados de la mano, no hablamos mucho sólo caminamos hasta que divise el parque.
- ¡El último que llega a los columpios es un muggle! - apenas termine de decirlo heche a correr y escuche como Andrew gritaba "¡Hey!" y corría tras de mi. Nunca fui buena en deportes y me empeze a cansar rápido, haciendo que me costará respirar, pero obligue a mis pulmones a seguir incorporando oxígeno y a mis piernas que no se detuvieran. Había ido tantas veces al parque que lo conocía como la palma de mi mano asique tenía ventaja de local pero Andrew era más alto y rápido que yo por lo que no tardó en alcanzarme. Corríamos codo a codo pero en el último minuto aceleré y me senté en uno de los columpios.
- ¡Soy... La vencedora!- me costaba hablar porque trataba de respirar normalmente otra vez - Tememe muggle, pues... no eres rival para... esta bruja - levante mís puños en el aire sin ganas. Andrew estaba en mejor condición que yo a pesar de tampoco hacer deporte por eso el estaba riendo en vez de luchar por aire.
- No se que es más gracioso, tus intentos por respirar o el "Tememe muggle...". Que conste que esta vez quise perder como un caballero, además ser un muggle no es tan malo.
- Ninguna de esas dos cosas son ciertas - dije yo - No me dejaste ganar y "no es tan malo" quiere decir que si es malo.
-¿ En serio crees que me ganarías en una carrera de verdad?
- No quiero averiguarlo, ahora columpiame como el buen muggle perdedor que eres.
Andrew se puso detrás mío y me arrastró para luego empujarme hacia adelante.
- ¿No estas un poco grande para columpiarte?
- ¿No estas un poco grande para ver películas de Disney?
- Nunca se es muy grande para ver películas de Disney, además las veo por Alice.
- Aja si claro
Seguimos discutiendo sobre Disney y edades para verlo hasta que Andrew se cansó de columpiarme y se sentó en el que estaba al lado mío. Se hizo el silencio y me quede observando como unos niños subían y bajaban por un tobogán una y otra vez. Note que Andrew me observaba y le sonrei aprovechando la oportunidad.
- Why are you staring at me? - pregunte
- Because you are beautiful - respondió el. Yo me rei, siempre quise hacer eso, pero Andrew me miraba serio. Entonces me besó, tomando mi cara entre sus manos. Estaban frías pero no me importó, le correspondí el beso y fue uno muy bello. Me aleje un poco sólo para decirle lo que siempre me decía el primero.
- Te amo Andie, a pesar de ser un muggle - el rió y me dijo
- Yo tambien te amo Cora, a pesar de ser una bruja.
Cuando empezó a oscurecer Andrew me acompañó hasta mi casa. Tampoco hablamos esta vez, sólo caminamos tomados de la mano y nos dimos un largo beso de despedida. Me recoste en mi cama y aleje mis problemas poniéndome los auriculares pero no logre escapar de ellos, me persiguieron hasta mi celular y pasaron la lista de reproducción de Bajo la misma estrella. Deberia haberla cambiado pero no lo hice, me quede escuchando All of the Stars de Es Sheeran y pensé que en cierta manera éramos como Hazel y Gus, excepto por el cáncer. Yo era una chica común con problemas para respirar y el un chico increíble que dentro de poco se iba a ir, una hermosa historia de amor que termina en uno dejando a otro. No era un pensamiento feliz y mis lágrimas lo confirmaban pero no pude evitar seguir pensando en historias de amor que no siempre tienen un final feliz y al final me quede dormida.
El resto del mes hubo más citas como esa, ya sea andando en bicicleta o sólo tomando café en Starbucks y todas divertidas e inolvidables, siempre haciendo algo diferente. En un abrir y cerrar de ojos, faltaban dos dias para su partida y me encontré en la habitación de Andrew ayudándolo a guardar sus cosas y decidir que tirar y que no.
- ¿Muñecos de Star Wars? - preguntó mientras examinaba una caja llena de mercadería de películas. Yo me había quedado leyendo sus cómics de superheroes y ni siquiera levante la vista para responderle.
- No vas a guardar eso, vendelo
- ¿Hasta Chewbaca? - asentí - ¿Y R2D2? - levante la vista y vi que los abrazaba como un niño que se aferraba a sus juguetes.
- ¿Como decirle que no a esa carita tan tierna? Elige 5 y el resto los vendes
- ¡Si! Gracias - se acercó y me dio un beso en la cabeza antes de seguir. Trataba de meterme en la historia para olvidarme de lo mucho que me dolía estar haciendo esto, sólo acepté para que el sepa que lo apoyo y que estoy ahí para el pero a medida que la habitación de iba vaciando era más difícil para mi ser de ayuda. Seguí leyendo hasta que Andrew me quitó las revistas de las manos para guardarlas.
- Te dije que vendieras eso
- Y yo te dije que de ninguna manera, quiero que las generaciones futuras tengan testimonio de lo que era un buen cómic y el papel - yo sólo suspire - Ven a elejir las películas que quieras
- Ya te dije que no podria, son tuyas
- No voy a llevarme todo esto a Nueva York y voy a estar tranquilo sabiendo que mis bebés están en buenas manos
- Pero...
- Sin peros Cornelia, hazme este favor
Volví a suspirar y me acerque a la enorme biblioteca de películas. Tenía desde Desayuno en Tiffanys hasta Los Vengadores, todas las películas habidas y por haber en el último siglo y de todos los géneros. Agarre mis películas favoritas a pesar de haberlas visto juntos con las que me recomendó que tenía que ver y de las que nunca había oído nada. Quería llevarme 10 pero agarre más para hacerle un favor y las guarde en mi mochila con la certeza de que nunca las iba a ver. Andrew termino de desconectar su equipo y de guardarlo y se sentó en su cama junto a mi como la noche en que me enteré del viaje. Nos quedamos en silencio que luego el rompió.
- No parece real sabes? Ver mi cuarto vacío, despedirme de todos, la certeza de que en un par de días voy a estar abordando un avión hacia un país que no conozco lleno de oportunidades. Mi vida esta dando un giro radical y... Simplemente no es real, todo esto sólo lo vi en películas - hizo una pausa y le dio un vistazo a su cuarto - Creo que si me hubieras dicho que me aceptaron a principios de año estaría en las nubes de la emoción pero luego te conocí y cambiaste todo... - me miraba pero yo a el no.
- No hagas esto más difícil...
- No, tengo que decirlo o me arrepentiré el resto de mi vida - me tomó de las manos y lo mire - Eres tan hermosa... Te había visto antes de la broma en el parque y siempre pensaba lo mismo pero me parecías inalcanzable, como esas personas que sólo ves una vez en tu vida y luego te olvidas - sonrei al recordar que había pensado lo mismo de el - después ya sabes todo lo que pasó y tengo tanta suerte de haberte conocido, de haber estado leyendo Ciudades de Papel y escuchar esa risa que tanto me gusta, de haber tenido el valor de hablarte. Me enamoraste esa vez en que fuimos a ver la película, empezaste a citar a Margo y te emocionabas hablando sobre la película. Cuando me preguntaste si haría eso por una chica lo dije sin pensar, pero en serio haría cualquier cosa por ti porque te amo Cornelia Raven. Te ame desde ese momento y voy a amarte aunque no estemos juntos, aunque me case y tenga hijos con otra persona voy a seguir amándote, siempre vas a ser mi primer amor y el más importante hasta el final.
Sonrei ampliamente con lágrimas en los ojos y lo besé desesperadamente. Lo empuje para que quedara acostado y me subí encima suyo para seguir besándolo, esta vez no hubo movimientos sutiles ni permisos. Nos moviamos como si ya nos conocieramos hace mucho tiempo y no tardamos en quitarnos la ropa, hasta cierto punto.No debería haber ido a la casa, se iba a convertir en un mal recuerdo pero necesitaba estar sola. No podía leer, no podía escuchar música, sólo había un pensamiento en mi cabeza y la sensación de que algo me faltaba. Andrew se iba ese mismo día, faltaban dos horas para el despegue y yo aquí sintiendome miserable. No tuve la fuerza de acompañarlo, simplemente no pude y siempre supe que no podria, es por eso que esa tarde en su casa me despedí por última vez. Escucho unos pasos que hacen crujir las hojas y ni siquiera abro los ojos.
- Necesito estar sola Matt
- ¿Y como te esta yendo hasta ahora? - no respondí - ¿Sólo vas a quedarte aquí sintiendote miserable?
- Ese es el plan
- Vaya manera de perder el tiempo... - murmuró y como no respondí nada suspiró - ¿Y después de esto que? ¿Llorar más?
- ¿Tu que crees?
- Por lo menos ve al aeropuerto - se sentó conmigo y sentí su mirada clavada en mi
- Sabes que no puedo...
- No, tu crees que no puedes pero eres más fuerte de lo que te imaginas
- No me digas - no se la estaba haciendo fácil pero no pude evitarlo, sin embargo los dos sabíamos que el no se iba a rendir
- Cornelia mirame - abri los ojos y mire a los suyos - Si no vas, te arrepentirás el resto de tu vida.
Ahora si tenía mi atención, si había algo que odiaba era el arrepentimiento.
- Aunque quisiera nunca llegaría a tiempo
- De eso me encargo yo - se paro y me ofreció la mano para pararme. Así lo hice y me hizo correr hasta la salida del parque. Allí el auto de Marcia esperaba, se bajo la ventanilla del copiloto y aparecieron Maddie y Ty.
- ¿Maddie? ¿Que haces aquí?
- ¿Y yo estoy pintado? - preguntó Ty desde el asiento del conductor - Te llevamos al aeropuerto a alcanzar un avión.
Mire a Matt incrédula.
- Me agradeces luego ahora subete si quieres llegar a tiempo
Me subí a la parte de atrás y Maddie vino conmigo, Ty se paso al asiento de copiloto y Matt manejó. Arrancó el auto y me empezaron a explicar como habían arreglado todo desde que supieron que Andrew se iba. Sabían que no querría ir asique convencieron a nuestros padres de dejarnos ir y fueron a buscarla a Maddie hasta su casa.
- Son los mejores amigos de la historia de los amigos, un sólo gracias no alcanza - les dije emocionada de tener amigos tan increíbles.
- Lo sabemos - respondió Ty con suficiencia.
Llegamos a la autopista y Matt aceleró considerablemente, pasando a todos los autos que se le cruzaran. Cuando le dije que se calmara el respondió.
- No llegaremos a ningún lado si me calmo.
Llegamos a la terminal pero no podíamos encontrar estacionamiento, dimos una vuelta por todo el lugar pero no había caso.
- Bajense o no llegaran, las alcanzamos luego - nos dijo Matt
Maddie y yo nos bajamos y corrimos hacia el lugar, directo hacia donde se dejan las maletas.
- ¿Ya salió el vuelo a Nueva York? - pregunte de un tirón
- Hay un vuelo próximo a partir a Nueva York de American Aerlines, en el piso de arriba, entrada 12
- Gracias - sali corriendo hacia las escaleras mecánicas y las subí zigzagueando entre las personas. Ya podía sentir como incorporar aire se hacia más difícil pero lo ignore y seguí corriendo entre mis puestos del free shop hasta llegar a la entrada 1. Continue, alternando la vista entre los numeros y el camino para no chocar con nadie.
- ¡Ya lo vi! - exclamo Maddie detrás mío, vi que señalaba un café frente a la entrada 12 y allí estaba el con su familia.
- ¡Andrew! - levantó la vista y cuando logró localizarme se le iluminó el rostro. Se paro y corrió hacia mi mientras yo hacia lo mismo. Nos abrazamos fuerte y sentí un enorme alivio al tenerlo entre mis brazos.
- Hay algo que debo decirte... - me separe de el para verlo a los ojos, estuve practicando mentalmente lo que iba a decirle en el auto - No matter where you are or who are you with, i will always...
- ...truly... - dijo el
- ...completely...
- Love you - dijimos al mismo tiempo y nos besamos como si así selláramos una promesa. Se que era como lo que me había dicho el pero quise decirle eso desde que vimos Love, Rosie.
- Recuerdo esa película, la noche de nuestro primer beso - sonrió Andrew seguro recordando esa noche con nostalgia. Fuimos al café junto con su familia y nos quedamos en silencio hasta que fue hora. Pude notar en su mirada que estaba aterrado, le apreté la mano un poco y le sonrei. El me devolvió la sonrisa y fue a despedirse de su familia. Pam lagrimeaba y sostuvo la cara de su hijo entre sus manos antes de llenarlo de besos, su padre lo abrazo y murmuró cuán orgulloso estaba, Ali lo abrazo por mucho tiempo y prometió cuidar de sus padres tratando de parecer fuerte. Se dieron un abrazo grupal y vino hacia a mi.
- Podría citar algo pero mi mente esta en blanco - rei un poco y lo mire a los ojos - Conocerte fue de las mejores cosas que me han pasado, voy a extrañarte - tomó mi cara entre sus manos y me dio un último beso.
- Lo mismo digo, te deseo mucha suerte en tu nueva vida y espero verte en los Oscars - esta vez rio el y luego de un rápido abrazo se dirigió hasta la puerta por donde se abordaba. Se dio vuelta una última vez y nos sonrió a todos. Sentí una mano pequeña apretar la mia y vi a Ali que me miraba solemne, como infundandome fuerza. Trate de sonreírle a la niña de 9 años mientras el avión despegaba para perderse en la lejanía.