Capitulo 11: Amigos

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-Hola Cora- dijo

-Hola Matt- traté de sonar lo más agradable posible mientras le transmitía mis deseos de matarlo con la mirada. Él se limito a sonreír.

-Me llamo Matthew pero mis amigos me dicen Matt- se presentó ante Maddie

-Me llamo Madeline pero todo el mundo me dice Maddie. ¿De donde se conocen?

-El parque – se limitó a responder

Maddie me lanzó una mirada inquisitiva pero tomé mi frapuccino haciendo de cuenta que no la veía.

-¿Me puedo sentar? – preguntó el muy bastardo

-De hecho ya nos íbamos –dije

-Ah si? – preguntó Maddie

-Si – nos levantamos, tomé a Maddie de la mano para sacarla de ahí y escuché que Matt decía:

-Fue un placer Maddie

-Igualmente- dijo antes de que la sacara de ahí. Tan pronto como lo encuentre en la casa voy a matarlo.

-¿Qué pasa contigo?- preguntó Maddie visiblemente molesta por haberla sacado así de Starbucks - ¿Quién era ese chico?

-Alguien que conocí en el parque – iba a decir amigos pero no lo conocía lo suficiente como para declararlo mi amigo

-¿Por qué eres tan ruda con el? – buena pregunta. ¿Por qué actué de esa manera?

-No lo sé

Debió haberse dado cuenta de que ni yo sabía porque lo hice asique me dejó en paz. Decidimos volver a mi casa. Al llegar nos bañamos, ayudamos a preparar la cena y la comimos. Durante la cena le contamos a mi familia nuestras aventuras en el parque y se rieron mucho. Mi hermano no podía creer que YO le había hecho una broma a un extraño y pude notar un poco de celos en su voz. Luego nos pusimos a ver videos graciosos con mi amiga y el pequeño Sam se nos unió. Nos quedamos jugando hasta las 2 am, cuando mi hermano se fue a dormir, y nos pusimos a charlar. Maddie no menciono a Matt en ningún momento y le agradecí profundamente por eso, aunque sabia que eventualmente me iba a exigir una explicación. Estaba en lo cierto porque al otro día me preguntó:

-¿Quién era ese tal Matt?

-Ya te dije que lo conocí en el parque

-¿Pero como?

Le relaté toda la historia de como nos conocimos y de que nos seguimos viendo a veces pero no mencione la casa. Por mucho que quisiera contarle la verdad había hecho una promesa y ni yo misma me lo perdonaría si la rompía.

-¿Te gusta? – preguntó luego de un rato

-¿Qué? ¡Por supuesto que no!

-Está bien, está bien. Solo preguntaba…

El fin de semana pasó volando y sin que nos diéramos cuenta era domingo y Maddie se iba en el viejo auto rojo. Al principio me puse triste pero sabía que nos volveríamos a ver. Ángela se sorprendió más que Sam cuando le conté lo de las bromas, ni que fuera una angelito. No sabía si ir a la casa esa tarde. Había muchas probabilidades de encontrarme con Matt, pero era mejor si lo confrontaba de una vez por todas. Fui temprano. Al llegar a la casa no vi a nadie, me fije detrás de los árboles pero no estaba. Leí por un rato pero no podía concentrarme. Empecé a pensar en que le diría cuando escuché ruido de pies pisando hojas secas. Agarré mis cosas lo más rápido que pude y me escondí detrás del árbol. Me las iba a pagar. Se sentó en el mismo árbol que siempre. Escuché el cierre de su funda abrirse. Me acerqué silenciosamente.

-Sé que estas ahí Cora, no me vas a asustar

-¿Cómo sabías que estaba ahí? – pregunté fastidiada mientras salía de mi escondite

-Vi el pasto aplastado en el árbol donde siempre te sientas lo que significa que estuviste ahí recientemente y cuando me senté me llegó el olor de tu perfume. Muy dulce para mí gusto.

-Buena deducción Sherlock – dije con sarcasmo

-Solo soy muy observador Watson

No pude evitar reírme. De repente todo el enojo que sentía se esfumó y sentí que podía considerarlo mi amigo

-¿Le contaste a Maddie de este lugar? – la pregunta me tomó por sorpresa pero no dejé que se me notara

-Hice una promesa Matt y pienso cumplirla por más que signifique mentirle a mi familia y amigos

No me miró ni objetó nada más. Recé porque no preguntara por mi actitud del otro día porque no sabría que responderle. Intenté concentrarme en mi libro. Escuché como Matt afinaba su guitarra para luego empezar a tocar una canción que me sonaba pero no pude distinguir en el momento. Dejé de leer. ¿Dónde escuche esta canción antes? Me empecé a reír. Estaba tocando You’ve got a friend in me de la película de Toy Story. Me miró divertido.

-No somos tan cercanos pero me pareció adecuado igual – dijo con una gran sonrisa

Yo negué con la cabeza sin poder creerlo. Me senté más cerca de él y empezó a tocarla toda otra vez

-You’ve got a friend in me, you’ve got a friend in me. When the road looks raugh ahead and your miles and miles from your nice warm bed…- la canté toda, hasta la parte que dice “our friendship will never die” y “they will never love you as I do”. Era una canción que le cantaría a Maddie, no a alguien que apenas conozco como Matt pero seguí cantando sin que me importara. Cuando termino la canción él se me quedo observando

-Tienes una linda voz, solo tengo un par de consejos para el futuro – nos reímos

-¿A que se debe esta canción? – pregunté con curiosidad

-Te noté molesta, y como soy muy observador deduje que fue por lo del otro día en Starbucks. Quería decirte que lo lamento, no pretendía incomodarte. Y…a estas alturas te considero una amiga de verdad, por mas que sabemos poco del otro – esto último lo dijo como si le costara confesar sus sentimientos.

-Acepto tus disculpas amigo

Okey, eso sonó más cursi de lo que esperaba pero el no pareció notarlo. Cada uno siguió con lo suyo pero decidí quedarme sentada cerca de él. Solo se escuchaba la guitarra de Matthew en la soledad de la casa. Decidí que era hora de irme. Mientras guardaba mis cosas reconocí Redemption Song de Bob Marley y algo me llamó la atención.

-Toca esa parte otra vez- le dije

-¿Qué? – preguntó sin entender

-La parte que dice […], tócala de nuevo por favor- respondí con apremio

Me miró extrañado pero se puso a tocar y ahí fue cuando entendí porque me hacia ruido: la estaba tocando mal.

-La estas tocando mal

-¿Qué? – se veía muy confundido

-Esa es una de mis canciones favoritas de Bob Marley, la escuché hasta el cansancio y en esa parte que te hice volver a tocar te salteaste un verso y algunos acordes

-¿Cómo lo sabes?

-Mi padre es un gran amante de la música – enfaticé la palabra gran con una sonrisa – y me hizo escuchar buena música desde pequeña. Puedo cantar esa canción del derecho al revés y te digo que esta mal.

Vi que desconfiaba de mi, seguramente era solo cuestión de orgullo el no querer admitir un error, típico de los hombres.

-Te lo voy a probar

Agarré mi celular y la busqué en Spotify. A medida que sonaba la canción su rostro se transformaba. Primero tenía cara de poca paciencia, luego como si se hubiera dado cuenta de que algo no encajaba y breve sorpresa. Se puso a tocar esa parte como la había escuchado y entendió todo. Me miró como si le hubiera dado la cura a una horrible enfermedad.

 -Te lo dije- comenté con una sonrisa y terminé de guardar mis cosas. Antes de irme me di vuelta para saludarlo pero estaba absorto en la canción de Bob Marley asique me fui sin decir nada.

Hasta Que La Canción TermineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora