Capitulo 14: Tour guiado

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Voy a resumir lo que pasó luego de la pequeña escena que montó Matthew ofreciéndole clases gratis a mi mamá. Las preguntas llovieron de parte de mis padres y un par retoricas de mi hermano que no tome con humor, hubo laaargas charlas sobre lo que quiero hacer en la vida, las decisiones que tomo y la gente a la que conozco. La única preocupación de mi papá era quien era Matt, además de eso estaba contento de haber conseguido clases de guitarras por mis conocimientos en música y a mi mamá le preocupaba que estuviera haciendo todo esto para, según ella, “ligar” conmigo palabra que nunca escuche en mi vida. Luego de rogar de rodillas y prometer mantener una distancia máxima a 2 metros mi mamá accedió a echarle un vistazo a su casa.

A las 6 de la tarde del lunes estábamos esperando el auto de la madre de Matt. A las 6.15 mi querida madre perdió la paciencia y subió a hacer Dios sabe que. Si estacionar significa ir a cierta velocidad, frenar a cierto punto de la calle, que alguien baje y que el auto vuelva a arrancar, el auto gris estaciono frente a mi casa a eso de las 6.30. Matt cruzó la calle y vino hasta a mi con una sonrisa forzada.

-¿Adonde fue el auto?

-¿Dónde esta tu mamá? – lo dijimos al mismo tiempo y no entendimos lo que dijo el otro. Nos reímos y él me hizo un gesto con la cabeza para que yo hablara primero.

-Dado que llegaron tarde mi mamá se fue a, y cito, “invertir mi tiempo en cosas mas importantes”

-Okey… fíjate si ya termino de hacer cosas “importantes” – hizo el gesto de las comillas doblando los dedos – y dile que baje, la mía fue a “estacionar” –volvió a doblar los dedos.

Toque el timbre y atendió mi hermano

-¿A dónde van a ir mami y tu? – preguntó mi hermano

-Eso no te incumbe

-Si no me dices no le digo a mamá que baje

-Tengo la llave de tu alcancía recuerdas?

-MAMAAAAAÁ

Me aturdió con su grito y escuché el ruido del ascensor bajando. Me di vuelta y vi que Matt charlaba con una señora vestida con una pollera larga, no podía ver sus pies pero tampoco llegaba a tocar el suelo, y un abrigo de piel falsa. Era algo extraño el conjunto, pero no quedaba mal. Calculé que tendría 40 años recién cumplidos por las pequeñas arrugas de su rostro y noté algunas canas a pesar de que tenía su pelo rubio atado en un rodete alto. En ese momento, se dio vuelta bruscamente hacia a mi y sonrió:

-Veo que te gusta mi atuendo. Matthew siempre dice que no tengo gusto para la moda pero yo no le hago caso.

-La pollera es linda

-Gracias querida, me llamo Marcia.

-Es un placer, me llamo Cornelia pero todo el mundo me dice Cora – miré como Matt sonreía, sin darme cuenta me presenté de la misma forma que él lo había hecho. Creo que Marcia también lo notó porque miró a su hijo con complicidad.

Él estaba a punto de decir algo pero el ruido de una puerta abriéndose lo interrumpió. Llego mi mamá con su mejor sonrisa y se presentó:

-Buenas tardes, mi nombre es Vilma –se dio la mano con Matt primero y luego con su madre

-Es un placer. Ya que estamos todos ¿Por qué no subimos al auto? No vivimos lejos de aquí asique el viaje será corto.

Agradecí que mi madre no viera como “estaciono” la primera vez. Fuimos caminando en silencio hasta la esquina y subimos al auto gris. Mi madre y Marcia se sentaron adelante y Matthew y yo atrás. A los 5 minutos el auto se detuvo frente a una casa que solía ser blanca pero el tiempo la pinto de gris. Había una reja alta, luego un pasillito de cerámicos con flores alrededor y ahí empezaba la casa. A penas entramos me llegó un leve fragancia a vainilla y especias muy reconfortante. Estaba todo muy bien decorado con colores que nunca pensé que combinarían bien juntos, observe que mi mamá también quedó impresionada.

Hasta Que La Canción TermineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora