Maddie hizo sándwiches y los guardó en una lonchera junto con botellas llenas de jugo de manzana para ahorrarnos el dinero del almuerzo. No teníamos mucho encima pero eso no impidió que nos divirtiéramos a lo grande. Primero fuimos al shopping y vimos vidrieras. Trate de evitar entrar en las tiendas porque Maddie tiene una gran debilidad por la ropa y funciono los primeros 20 minutos, hasta que vio unas calzas muy divertidas de Hora de Aventura que se tenía que probar. Yo también me las probé y las amé demasiado asique decidimos hacer una excepción y compartirlas. Sería como la película de las chicas que son mejores amigas y viven en lugares diferentes y comparten un jean, no recuerdo como se llama. Decidimos que yo las tendría primero porque no me avergüenza usarlas en público en cambio a Maddie no le gusta que todos sepan que a su edad ve caricaturas. Las compramos y salimos del shopping para no sucumbir a la tentación otra vez. Fuimos al parque a comer nuestro almuerzo a la sombra de mi árbol y paso algo muy divertido. En el banco más cercano a nosotras había una pareja besándose y mi mejor amiga no tuvo mejor idea que hacerles una broma. Se paró y fue caminando con su mejor cara de indignación.
-¡Sabia que tenias a otra! ¿Cómo te atreves a engañarme así? ¿Te digo que estoy muy cansada como para tener relaciones y me clavas un cuchillo en la espalda? ¿Es así como me agradeces todos estos años en que te elegí a vos en vez de Fabricio? Me das asco, debería darte vergüenza – empieza a fingir el llanto- Creí que teníamos algo especial, dijiste que me amabas pero ahora sé que solo me estabas usando. TERMINAMOS. – y le tiró el jugo de la botella que se había llevado consigo y salió corriendo. Por suerte fue lo suficientemente inteligente para no venir a donde estaba yo para que la pareja no se diera cuenta. Luego de un rato vino sigilosamente hacia mí. Nos miramos y nos empezamos a reír a carcajadas como locas.
-Eso fue muy divertido- dije mientras hacia un esfuerzo para respirar
Mi amiga me convenció de que haga una broma yo también, pero no la misma. En ese momento pasó un chico muy lindo, de pelo y ojos oscuros con libros en la mano y se me ocurrió una genial idea. Me armé de valor y fui hasta donde estaba.
-Hola guapo- dije con voz melosa
El chico me miró extrañado sin decir nada
-¿Crees que soy bonita? – estaba haciendo el papel de niña tonta y antes de que pudiera contestar le agarré de la camisa- DIME QUE SOY BONITA
El chico se asustó y pude escuchar la risa ahogada de Maddie
-Esta bien no me digas nada, no me importa- dije de manera indiferente mientras me miraba las uñas
El pobre no sabía que decir asique solo se fue
-Vete, cobarde no te necesito!!- grite pero al segundo dije- Espérame, no te vayas
Corrí para alcanzarlo pero él fue más rápido y lo perdí de vista. Me empecé a reír de mi misma y al darme vuelta vi que Maddie también se reía
-Eso fue épico!! – Dijo mientras se secaba las lágrimas
-No tan épico como lo tuyo
-Sinceramente no creí que tuvieras el valor para hacerlo
-Pero lo hice
-Esa es una anécdota que le voy a contar a mis hijos
-¡Que orgullo!
Nos reímos un poco más y decidimos caminar por el parque. Íbamos sin rumbo, charlando de cualquier cosa cuando vi a lo lejos la zona de juegos y atrás el bosque. Recordé a Matt y me puse nerviosa. ¿Y si se le ocurría explorar el bosque a Maddie? Encontraría la casa y el me odiaría por siempre porque pensaría que conté su secreto. Traté de hacer de cuenta que no vi nada pero mi amiga ya había visto los juegos.
-¡Vayamos a los juegos para niños! – dijo emocionada
-¿No quieres que la gente sepa que te gusta Hora de Aventura pero quieres ir a los juegos para niños?
-Exacto
-Pero esta lleno de niños. Las madres nos verán raro – en realidad no me importaba pero estaba tratando de convencerla de no ir
-¿Desde cuando te interesa lo que piensen los demás? – Me conoce demasiado bien – vamos, aunque sea un ratito
-Está bien – dije. Si la mantengo distraída con suerte no se dará cuenta de que hay un bosque ahí atrás.
Como predije las madres nos miraron raro, pero solo duró unos minutos. Maddie se puso a jugar como si fuera una niña mas, se subió a las hamacas y bajo por el tobogán mas alto. Me pidió que me subiera al sube y baja con ella y no pude negarme. Luego me arrastró hasta el barco pirata, que tenia sogas para trepar y cosas por el estilo. Jugamos a las escondidas y muchos chicos se nos unieron. Luego hicimos de cuenta que estábamos en un barco pirata de verdad y que los niños eran la tripulación.
-Mi primera orden como Capitana de este barco es que todos vayan al tobogán y el que se niegue caminara por la plancha – dijo Maddie con voz de marinero. Todos fueron corriendo excepto una niñita rubia.
-¿Qué pasa pequeña? – pregunté
-Me dan miedo las alturas – dijo algo avergonzada
-¿Quieres que baje contigo?- la niña asintió con determinación. La puse en mi regazo y fuimos bajando despacio para que no se asustara. Llegamos al piso y corrió junto al resto del grupo
-Todos lo hicieron muy bien – anunció la capitana – Sobretodo tu rubia – le dijo a la niña que había bajado conmigo. Fue muy tierno como se le ilumino la cara.
Seguimos jugando por un rato largo. Las madres nos miraban con ternura ahora y se divertían con las ocurrencias de mi amiga. A eso de las cuatro de la tarde les pedimos permiso para sacarnos selfies con los niños prometiendo no publicarlas y nos despedimos.
-Estoy exhausta- dijo Maddie
-Yo también
-Creo que nos tenemos bien merecida una rica merienda
-Hay un Starbucks por aquí cerca
-¡Adoro Starbucks!
-¡Lo se!
Contamos el dinero y decidimos comprarnos un frapuccino pequeño para cada una y compartir una dona grande de chocolate. Nos sentamos en unos sillones y platicamos sobre lo bien que la pasamos en el parque con los niños. De repente Maddie me señala a alguien detrás mio.
-Mira a ese galán
Me di vuelta disimuladamente y casi me atraganto con mi bebida. Era Matthew. “Tiene que ser una broma.” pensé “De todos los lugares del mundo tenía que venir aquí”. Me di vuelta rápidamente. Con suerte no me reconoce
-¿Lo conoces? – preguntó Maddie
-Claro que no
-Esta viniendo para acá
Me di vuelta y vi que Matthew se aproximaba. “Trágame tierra y que sea rápido”