•Capítulo 1: Historia•

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Narrador omnisciente


La reina caminaba frente a, la ahora, comandante Hanji, extendiendo su mano para que así ella la tomara y depositara un beso, para posteriormente entregarle una medalla con el logo de la Legión de Reconocimiento. Siguió su camino repitiendo la misma acción, hasta que llegó a un Eren cabizbajo, con notables ojeras debido a que se despertaba abruptamente por las noches al recordar la muerte de su tía Faye y la ex esposa de su padre, Dina Fritz.

Historia extendió su mano ante Eren, el de iris esmeraldas levanto la cabeza con una mirada decaída, y al momento de que ambas manos se tocaron, se pudo apreciar una chispa amarillenta emerger. Ambos pensaron que solo fue su imaginación, y cuando Eren terminó de besar su mano, le vinieron memorias tanto del pasado como del futuro.

Decían que eran demonios, pues ahora él lo sería para salvar a su pueblo.

Encajó sus uñas en la mano de Historia inconscientemente, apretó los dientes hasta el punto de hacerlos chirriar, y dio una mirada que expresaba impotencia ante lo que había visto.

—Eren... —le llamó Historia confundida, ignorando el dolor que sentía al tener las uñas de Eren clavadas en su piel, examinó al ojiverde y abrió los ojos sorprendida al ver su expresión

Todos los que se encontraban cerca miraron a Eren expectantes, esperando a que reaccionara o soltara la mano de Historia.

Tengo que cambiar el destino de los eldianos —pensó soltando la mano de la reina suavemente, ocultando su mirada bajo su cabello castaño

—Tengo que cambiar el destino de los eldianos —pensó soltando la mano de la reina suavemente, ocultando su mirada bajo su cabello castaño

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Los caballos iban a la par, pisando tierras lejanas nunca antes vistas por ellos. Los soldados de la legión se quedaron asombrados al ver el interminable mar azul.

—¡Eh, Sasha! —exclamó Connie salpicándole agua a la nombrada

—¡Agh! ¡Mis ojos! —chilló de dolor al entrarle del agua salada en estos, recibiendo risas burlonas departe de Connie

—¡Ah! Sí está salada. —confirmó Jean bebiendo el agua del mar

—¡Woah! ¿En verdad todo esto es agua salada? —la comandante se acercó más al mar e inclinó su espalda para agacharse, viendo sobre la transparencia del mar una caracola— ¿Ah? ¿Qué es eso?

—Oi, Hanji. No lo toques, podría ser venenoso. —le advirtió Levi aún sin entrar al mar

—¿Ves? Te lo dije Eren. —hablo Armin con un brillo en sus ojos— Es tan grande que un comerciante podría dedicar toda su vida a recolectar la sal del mar, y aún así no se agotaría... ¡Todo lo que dije era verdad! —exclamó con entusiasmo

Siguiendo El Destino (Eren y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora