CAPÍTULO 20

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Entro a la habitación y me encuentro con Jef leyendo uno de mis libros. Pone otro separador en la página donde quedó y lo deja de lado.

–Acércate. –Pide al verme parada junto a la puerta.

Me acerco despacio. Al estar al borde de la cama me besa despacio, pero cargado de deseo. Con calma me quita toda la ropa, cuando estoy totalmente desnuda y a su merced me ayuda a colocarme sobre la cama. Se quita con rapidez su sudadera y su pantalón quedando solamente en ropa interior a diferencia de mí.

Me acaricia los senos, besándome y mordiendo mis labios. Recorre todo mi cuerpo con sus manos durante un largo rato sacándome jadeos de placer.

Con una mano se baja el calzoncillo y me penetra, despacio, como si no quisiera hacerme algún tipo de daño. Me aferro a su espalda clavando mis uñas en ella mientras gimo sintiendo su miembro dentro de mí, llenándome completamente. Un gemidito ronco de su parte llega a mis oídos, lo beso. Lo beso queriendo transmitir en ello todo el amor que le tengo.

Lo que al principio era solo un amor imposible de fan se volvió algo real, algo fuerte e importante para ambos.

El calor de nuestras pieles acariciándose quema, sus besos son como el agua calmando mi sed, lo deseo tanto como él a mí. Tocándonos, sintiendo cada parte de nuestros cuerpos unidos llegamos al clímax.

–Eres de las mejores cosas que me han pasado en la vida. –Susurra con la respiración agitada.

–Lo mismo digo. –Respondo sonriéndole.

Volvemos a besarnos y nos unimos toda la noche, llenándonos de placer con cada beso, cada caricia y cada roce como si de eso dependiéramos.

Y luego de hacer el amor tantas veces terminamos abrazados, completamente desnudos bajo las sábanas y la cama totalmente desarreglada.

Abro mis ojos en la mañana y me llevo la sorpresa de que Jef no se encuentra a mi lado. Al lado de la cama veo dos maletas pequeñas dispuestas como si alguien fuese a viajar.

Entro a la ducha y me doy un corto baño, salgo arreglada camino a la cocina a desayunar. Casi todos están en el comedor, la cocina y la sala excepto un trío que no se puede pasar por alto. Falta Helena, Lunay y José. ¿Dónde se han metido?

Doy los buenos días y le pido a una de las empleadas que me dé solamente una taza de té negro, dos rebanadas de pan con queso y jamón. No me hayo de buen humor, en vez de sentarme junto a los chicos tomo mi desayuno encaminándome hacia el lugar donde se encontraban todos los chicos ayer que buscábamos a José. Hailey y su esposo se acercan a mi preguntando si estoy bien, asiento y medio que sonrío para seguir mi camino.

Se supone que hoy iba a hacer ejercicio con Bebe, doy unos pasos en dirección a la sala y le hablo.

–Tengo un poco de dolor de cabeza, no creo poder acompañarte. –Miento, realmente ni siquiera sé por qué me siento así.

–No te preocupes Dyl, mejórate, ya yo le pedí a Diplo que me acompañara no estaré sola. –Me da una de esas sonrisas reconfortantes y vuelvo a mi escape.

En el jardín no hay nadie a estas horas, tomo lugar en una de las sillas colgantes y con calma empiezo a devorar mi comida. Al terminar me levanto a dejar el plato y la taza sobre una de las mesas de piedra que hay en el lugar.

Escucho el cantar de algunas aves en los árboles y una suave brisa, es relajante. Levanto la mirada y noto a tres personas acercándose, son Lenny, Rafael y Michael. Se sientan en el césped frente a mí en silencio.

– ¿Pasa algo contigo, te noto apagada? –Myke cuestiona.

–No lo sé. –Susurro. –Creo que me levanté con el pie izquierdo y no lo noté. –Intento bromear.

MIO Y DEL MUNDO - LUNAY [▪MYDM▪] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora