CAPÍTULO 25

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-Bueno ¿Qué es lo que vamos a hacer? -Pregunta Camila.

-Pues vamos a borrar cualquier rastro del cabrón que le ha roto el cora a la niña de su celular. -Anuncia Julio.

Esto ya me lo han propuesto antes de venir a esta plaza, yo he aceptado sin más. Me hará bien deshacerme de todo lo que esté relacionado a él en mi celular que es lo que más uso. Pero he aceptado bajo la condición de que borren el chat directamente sin leer nada o me los voy a cargar a todos con un bate y por lo visto mi amenaza a sonado bastante convincente que todos han asentido de manera automática.

Pasamos media hora en eso, los chicos han empezado a hacer bromas de todo tipo y a contar anécdotas graciosas que al reírnos tanto la gente que pasa por la calle y no conoce a ninguno de los chicos se nos queda viendo un poco raro. Anda que nos reímos como si no hubiese un mañana.

Al principio estaba reacia, me estaba costando un poco dejar de pensar en el chico que he dejado, pero las anécdotas empezaron a ser muy extrañas y graciosas que en un momento me ha sido imposible no soltar una carcajada. Los chicos han aplaudido como si fuera una presentación y se propusieron que debían mantenerme riendo el mayor tiempo posible.

-Es tu turno. -Me señala Justin Quiles. Niego haciendo un puchero, pero toca hacerlo ya que todos quieren escucharme.

-Bueno… no sé. -Respiro profundo y empiezo. -Antes de que José me llevara a Seattle yo estaba en Cleveland por algo de mi libro. Cuando iba a salir de hotel al lugar de la reunión pasó algo con el ascensor y no servía; yo no sabía y estaba esperando. -Los chicos me miran atentos a la historia. -Estaba tan concentrada en mis pensamientos que se me sale decir: ¡Que la sociedad se meta sus reglas por el culo! Pero había un tipo a mi lado que no había notado mirándome, me dio una horrible vergüenza y me iba a disculpar por eso; pero el tipo me sale con que estábamos en horario familiar. -Se habían empezado a reír desde que dije que había pensado en voz alta y a mí me está dando cringe esto. -Para terminar, le digo al tipo que no estábamos en un programa de televisión. Él disculpándose me avisa que el ascensor no servía. Me he regresado a mi habitación. Que no iba a bajar diez pisos por escaleras.

Considero que mi anécdota era un poco graciosa por dar vergüenza ajena, sin embargo, muchos de ellos me superan con creces.

Pasamos toda la tarde en la plaza, comemos en un restaurante y regresamos dando las 6:32 p.m.

Charlie me carga a caballito en su espalda y me deja en la sala. Helena me recibe expectante.

- ¿Estás mejor?

-Creo que sí. -Respondo. -Aún tengo hambre.

-Tengo algo para ti. -Menciona. -Espera aquí.

Me siento en un sofá de la vacía sala a esperar lo que vaya a buscar Helena. Le envío un beso a Charlie con la mano cuando se despide con un saludo. Camila y Shawn se despiden dejando besos en mis mejillas marchándose seguidamente. Justin se acerca con Lenny y Rauw, chocamos puños y también se marchan.

-Bellerose… -La voz de Jefnier se escucha a mis espaldas. No volteo. -Habla conmigo, por favor. Podemos arreglarlo… -Se calla abruptamente y se marcha a paso ligero.

-Dyl toma. -Helena me ofrece una hamburguesa con papas fritas. -Le dije a ese que no se acercara a ti y míralo. -Gruñe fastidiada. Sé perfectamente a quién se refiere, por eso se marchó. No voy a opinar.

Acabando la comida subo a la habitación de José y toco. Abre con cara de sueño.

-Pasa, pasa niña.

Me deja su cama y él ya había pedido a alguien que metiera un colchón en la estancia, y que lo pusieran en el piso.

Conversamos un poco y luego nos dormimos temprano. A la mañana siguiente me despierto queriendo que lo sucedido haya sido una pesadilla, algo que sabemos no fue así. José ya se ha levantado, mi otra maleta está también en la habitación, junto a mi cartera de mano está el boleto de vuelta a casa y un chocolate. 

Me ducho y me alisto para bajar a ver si hay qué desayunar. Me encuentro a casi todos reunidos en el comedor inmenso. Una de las chicas del servicio me pregunta que comeré que ella lo trae; me dice que hay huevos con tocino, pan y tortitas. Opto por pan y tocino junto a un vaso de jugo de naranja.

Me siento a la mesa junto a Helena. Saludo a los más cercanos, me dan ganas de despedirme y armándome de valor pido su atención.

-Eh… chicos quería decirles… que fue un placer compartir con ustedes este tiempo y gracias… -Son las palabras que digo.

Algunos empiezan a despedirse, otros hacen corazones con las manos, todos hablan y me dan palabras de ánimo. El sonido de un vidrio quebrándose saca a todos del tema para voltear a ver dónde se origina el sonido.

Lo único que alcanzo a ver es a Jefnier alejándose de la cocina a paso rápido con una cara de molestia muy grande. Lo siento por él, pero yo no he sido la que ha provocado esto.

Mi vuelo sale casi al mediodía así que me quedo charlando con algunos. Salgo casi dos horas antes de la mansión luego de despedirme de todos. Sin haber olvidado pedirle a Helena que se comporte, a Jose que la vigile y que la lleve de vuelta a casa, y haberme despedido de Hailey, Camila, Carol, Shawn, Charlie y Casie.

Algunos de los mencionados me acompañan hasta la entrada donde el taxi que pedí no debe de tardar en llegar. Una Range Rover se estaciona frente a nosotros. De esta se baja Pablo con un rostro de confusión.

- ¿Ya os vais? -Pregunta nada más acercarse. Yo niego. -Buen día a todos, ya me habíais asustado.

-Solo me marcho yo, los demás están dentro. -Le explico.

-Bueno, te llevo al aeropuerto. -Se ofrece.

-No es necesario…

-Venga ya, insisto.

Termino aceptando, José sube las maletas al coche y me da un abrazo de despedida.

-Más tarde vuelvo. -Avisa Pablo a los chicos. - ¿Puedo preguntar? -Asiento. - ¿Por qué te vas antes? ¿Pasó algo?

-Algo así… terminé con Lunay.

-Oh vaya.

-Pero igual volveré a visitar este lugar, que a mí me encanta España.

-Pues yo tengo un apartamento aquí en Madrid, está casi solo porque últimamente con lo del álbum estoy de aquí para allá. -Me cuenta. -Hasta te podrías venir a vivir acá y de paso me cuidas el lugar. Si quieres, claro. -Añade al final.

-No lo sé, tendría que pensarlo y hablar con mis padres. -Le digo. -Aunque estaría bien, tengo planeado entrar a una universidad el otro año, lo que doy en línea no me parece tan bueno.

-Cuando tú quieras me avisas. -Dice.

- ¿Crees que podría venirme en dos semanas? Se me ha ocurrido algo. -Pregunto.

-Supongo que sí.

-Podría entrar a algún curso, así me evito el problema de que a Lunay se le ocurra ir a mi casa pidiendo perdón o algo así.

Le cuento el resto de la idea, no me parece mala, si nadie sabe dónde estoy más que mis padres, Helena y Pablo, no tendría a Lunay molestando, porque conociéndolo seguro cuando regresen va a querer volver a hablar conmigo y no es algo que yo quiera que pase si planeo olvidarle.

Pablo me deja en el aeropuerto, me despido con la promesa de regresar y quedarme en su casa, aportando algo claro, no voy a vivirle de a gratis. De regreso a Los Ángeles hablo con mis padres, ambos están de acuerdo después de contarles una parte de lo que sucedió con Lunay.

También le cuento a José una parte de mi plan cuando regresa con Helena. Ambos están dispuestos a apoyarme, Helena quiere irse conmigo, pero al final decide que no. De igual manera le digo que hablaré con Pablo a ver si puede quedarse algún tiempo.

Agradezco que Lunay no se apareciera antes de mi vuelta a España, pero una parte de mi está decepcionada porque en el fondo yo quería que me buscara. Quería verlo.

Ahora solo me quedo con que fue mío y del mundo.

>☆<

Denise ♡.

MIO Y DEL MUNDO - LUNAY [▪MYDM▪] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora