CAPÍTULO 18

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–Yo no sé cuándo olvidé que la costumbre, es el postre en el menú de los suicidas. –Canta. Yo lo miro encantada. Le pedí que me cantara esa canción y pensé que se negaría.

–Podría escucharte por horas. –Confieso.

–Gracias, es muy lindo de tu parte. –Agradece con una sonrisa. Este hombre es mi crush. ¿Por qué lo hiciste tan hermoso, Dios?

Hablamos un par de minutos e intercambiamos números. ¡No me lo creo! Siento que, aunque ahora conviva con famosos sigo siendo la misma de antes, la que tiene un poquito de amor para cada uno como si fuesen familia y que no deja de emocionarse con conocerlos.

Volvemos al grupo y el encargado del teatro nos hace pasar. Nosotros ocupamos un gran espacio en el lugar, muchos de los presentes se sorprendieron con la presencia de los chicos, gracias a Dios la seguridad no los dejó acercarse a ninguno o hubiera sido un desastre.

La obra es bastante graciosa y las risas no faltan, al salir de allí nos vamos a comer. En el restaurante los chicos hacen una enorme fila y se ponen a saludar a todo el mundo allí, la gente grita emocionada y algunos se acercan a tomarse fotos. Después de pedir su comida los dos españoles tienen que irse. Pablo se despide de mí con un abrazo.

–No olvides que tú eres grande, eh. –Le susurro, él me da una sonrisa de boca cerrada y se marcha al auto en el que llegó.

–Nos vemos nena. –Rosalía se acerca a mí y me da un rápido beso en la mejilla. Se marcha a paso rápido ya que el auto en el que llegó con Pablo está en marcha.

Volvemos a la mansión, me encuentro exhausta al igual que muchos. Estoy quedándome dormida en el hombro de Jefnier cuando siento que este empieza a darme besos por todo el rostro. Gruño con los ojos cerrados, los abro al no poder continuar intentando dormir porque los demás han empezado a hacer sonidos de ternura y a decir cosas dulces. ¡Tengo sueño!

–Benito búscate una novia. –Comento al darme cuenta que este me está bajando cargada de la limusina.

–Ya tengo. –Me responde él tan fresco.

Gñe.

– ¿Qué? –Pregunta él, confuso.

–Es un raro gruñido que oí en alguna parte. –Respondo. Voy a cerrar los ojos y dejarme llevar hasta dentro de la casa cuando siento que me caigo al piso. No pasa nada porque otros brazos me sostienen.

–Hola señor Baker. –Saludo a Machine. – ¡Benito casi me dejas caer! –Lo acuso.

–Lo siento. Estás en buenas manos adiós. –Lo pierdo de vista.

–Señorita Bellerose, la llevo hasta su príncipe. –Miro a donde se dirige y veo que Jef está parado junto a la entrada. Estiro mi brazo hacia él. –Cántale la de Bloody Valentine, le gusta mucho.

Abro mi boca, pero no digo nada. Seguramente Camila le dijo que me gustaba esa canción, no es mi favorita, pero es la única que puedes dedicar. Colson y sus canciones que me sorprenden cada día que las escucho. Ahora que digo sorpresa...

–Jef ¿y mi sorpresa? –Pregunto.

–Mañana. –Me da un beso en la mejilla. ¿Mañana y ya? Ahora le intentaré sacar información a Jose en la pijamada.

No pregunto más y nos vamos a la habitación, me doy una ducha y me lanzo a la cama luego de ponerme una enorme sudadera de Jef. Él solo me sonríe y se mete al baño. A los minutos escucho que tocan la puerta, voy a abrir y veo que se trata de Casie, la hija de Kells.

–Hola Cas ¿Qué pasa? –Pregunto.

–Camila me mandó por ti, necesita ayuda con la preparación de la pijamada, que la busques en la cocina. –Avisa sonriente.

MIO Y DEL MUNDO - LUNAY [▪MYDM▪] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora