CAPÍTULO 10

323 16 0
                                    

Estoy sola en casa. Helena se ha marchado hace tres días y estoy que me aburro en casa. Al menos me entretengo un poco en una nueva historia que estoy escribiendo, me hace olvidar que extraño al puertorriqueño y evito entrar en depresión. Lo único que he visto en sus redes sociales es la fecha de inicio de su gira. Por otro lado, mis fans han estado preguntando si tengo planeado un tercer libro. Intensos. Realmente lo sé, hay que ver lo que sale de la historia. Quizás se alargue.

-Señorita debo irme. -Me avisa la chica de servicio y escucho que suena el timbre.

-Márchate que yo me encargo. -Le indico, aunque no tengo idea de quien me visita a estas horas.

-Bien señorita, buenas noches. -Se despide.

Me levanto del sofá y camino hasta la puerta. Mascullo maldiciones por lo bajo quejándome que he tenido que parar la película justo en la parte más interesante. Más vale que sea Obama visitándome.

-Buenas noches. -Saluda y yo me quedo helada. ¿Qué hace este aquí?

-Aún no te he dicho nada, no sé qué haces aquí.

-Lo sé, pero me sienta mal esperar tu respuesta. Además, ya estoy aquí y no planeo irme. -Susurra. -Sé que prometí alejarme de ti y darte tu espacio, pero no quiero alejarme. -Me da escalofríos escucharle decir eso. Él sabe por qué lo hice, pero pensé que iba tan siquiera a mandarme un hola en todo este tiempo.

-Vete de aquí Jefnier aún tengo que pensarlo... -Digo con toda la frialdad que puedo y me arrepiento al instante.

-Sé que no quieres que me vaya y te lo voy a demostrar. -Me besa. Ese beso me ha tomado desprevenida. No pensé jamás que lo haría.

Intento alejarme, pero él me lo impide. Mi corazón se acelera a mil. Mi mente se resiste, pero mi cuerpo se deja llevar por las sensaciones. A la mierda el autocontrol. Sus besos van subiendo de nivel y yo me dejo llevar. Se saca su camiseta y la lanza a un lugar de la sala. Mi ropa también desaparece en instante quedando yo solo en ropa interior y él aún con pantalones. Se separa de mí y se sienta en la alfombra, me toma de la mano y me baja del sofá.

Me coloca despacio en el piso y se coloca encima de mí. Acariciando, besando y mordiendo mi cuello. Inevitablemente se me escapan algunos jadeos. Se quita el pantalón y el bóxer, luego me quita el sujetador y las bragas. Puedo sentir su miembro en mi entrada y levanto mi pelvis en busca de más, él me mira a los ojos y sonríe. Me penetra bruscamente y yo ahogo un gemido. Lo siento llenarme hasta lo más profundo. Sus embestidas empiezan lentas y luego cada vez más rápido, llenándome de placer. Llego al orgasmo, me besa apasionadamente y se corre dentro de mí, unos segundos después. Espero que estas pastillas de carajo que me compró Helena funcionen porque donde me embarace ella va criar el niño...

-Me encantas Bellerose. -Susurra él en mi oído, le doy un beso en la mejilla. -Vamos a tu cuarto.

- ¿Cómo? -Pregunto en un susurro, algo me dice que aún no terminamos. Y en efecto, se levanta y me carga hasta la habitación con una sonrisa, no sin antes apagar la televisión.

Cierra la puerta de una patada y me coloca en la cama con las piernas colgando. Las separa un poco y se coloca de rodillas frente a mí. Mi reacción es cerrarlas inmediatamente, al ver que se ha quedado mirando mi sexo con lujuria.

-Abre. -Pide y yo no le hago caso. Nunca he hecho esto y me pone muy nerviosa. -Pues si no lo haces tú lo haré yo. -Obedezco.

Empieza con un dedo a masajear mi clítoris enviando descargas por todo mi cuerpo. La vergüenza se va y dejo que haga lo que quiera. Introduce dos dedos en mí y gimo de placer. Adentro, afuera, adentro, afuera... así hasta que logro correrme en sus dedos. Se lleva los dedos a la boca y los chupa.

-Sabes delicioso y me encanta que seas tan estrecha. -Murmura con voz ronca, no digo nada. No sé qué decir. - ¿Te atreves a...? -Pregunta señalando su miembro y sé a qué se refiere. Oh no. Eso no. Niego. -No voy a obligarte a algo que tú no quieras, no te preocupes.

Asiento y veo como inclina su cabeza hacia mi sexo. Me estremezco cuando siento sus labios ahí. Me besa y lame mi clítoris, luego introduce la punta de su lengua en mí. Gimo de placer, es una sensación increíble y llego nuevamente al orgasmo. Siento que me tiemblan las piernas.

Se sube a la cama y me hala hasta él. Me coloco boca abajo a su lado y lo beso. Él quiere seguir así que me dice que me coloque sobre él. Hago lo que pide y gimo mientras su miembro se desliza en mi interior. Me alzo y me dejo caer con suavidad aumentando el ritmo poco a poco mientras llego al clímax una vez más en la noche. Intento quitarme de encima de él, pero me lo impide y me quedo allí con su miembro enterrado en mí.

Se sienta lentamente y me besa. Gimo al sentir un poco de dolor al él cambiar de posición.

- ¿Estás bien? -Pregunta preocupado al verme contraer el rostro por el repentino dolor. Asiento y le sonrío indicando que todo está bien. -Qué bien se siente estar dentro de ti. Eres como mi droga y no quiero desintoxicarme de ti.

-No quiero que me lastimes. -Confieso y él me besa posesivamente. Suelto un gemido al sentir como si su miembro me hubiese penetrado más.

-No lo haré... no quiero hacerlo. -Dice y para mi suena como una promesa. Empieza a moverse lentamente de nuevo y yo empiezo a gemir. Mi cuerpo está demasiado sensible y este chico parece querer acabar conmigo esta noche. -Lo único que quiero... es sumergirme dentro de ti... hasta que ya no puedas más... hasta que tu cuerpo me reconozca como su único... dueño... -Susurra entre jadeos.

- ¿Eres... ahh... mío? -Me atrevo a preguntar.

-Ah... soy tuyo... tuyo... -Responde besando mi cuello.

-Mío... mío y... del mundo... -Susurro antes de correrme.

-Eres mía... Dylan Bellerose... -Lo escucho susurrarme al oído cuando estoy quedándome dormida, después de acomodarnos en la cama y cubrirnos con una sábana ya en la madrugada. Yo no hago nada hoy y espero que nadie venga a joder.

>☆<

MIO Y DEL MUNDO - LUNAY [▪MYDM▪] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora