XXI

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"'Cause sometimes to stay alive you gotta kill your mind."

Twenty one pilots

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Eso era todo. Ya no había Hogwarts. No más deberes, no más bromas a Umbridge, ni tardes en el Bosque Prohibido, ni reuniones furtivas en la Torre de Astronomía, aunque eso ya hubiera acabado antes. 

Amber contemplaba el fuego de la Sala Común. Últimamente pasaba mucho tiempo allí, incluso aunque el calor fuera sofocante. 

-¿Aun no has preparado el baúl?- preguntó Evelyn ya exasperada. Se irían en menos de una hora.

-No. No creeré hasta que me vaya que quitaré todo rastro de mí de esa habitación. 

-Yo tampoco.- Admiraron las llamas, siempre danzantes. Cada tanto dudaban de su cordura al ver imágenes reflejadas en ellas: los mismos tres umbrales fundamentales en la salud de la otra. Faltaba uno. Recordaron lo mismo. El mismo vacío, lo que siempre faltaba. -Estará bien, estoy segura.

-No lo supimos.- su voz sonaba quebrada -En todo este tiempo..

-Ya hemos tenido esta conversación. Sabes lo que diré.

-Cuidaba tanto de nosotras. ¿Le prestamos realmente atención alguna vez?

-Por supuesto que sí.- dudó -Eso creo... Escucha, no somos responsables. La ayudaremos en lo posible. Tu madre puede asesorarte, y yo estaré con ella la mayor parte del tiempo. 

-Me alegra que haya entrado en razón al final. Creo que nunca la había visto llorar siquiera. 

-Yo sí. Ese día. Fue aterrador, parecía una psicópata.- le propinaron un empujón.

-Fue lindo que se desahogara.

-Lo fue.

-Sabes que es hora, ¿Verdad?

-Lo sé.- se levantaron.

Bajó del tren luego de un cortísimo trecho. Adiós Hogwarts. 

Emprendió la búsqueda hacia el orfanato para reunir sus cosas y organizarse. No creía que fuera a salir de allí hasta que cumpliera los dieciocho, pero afortunadamente Lyra tenía dentro de su herencia un apartamento en Londres que su madre usaba como bodega y a veces punto de encuentro de la Orden. Luego de una larga conversación con Valerie, consintió asistir a terapia. 

-¿Así que ya te vas, Dolohov?- preguntó una estridente vocecilla desde el marco de la puerta. 

-Así es, subdirectora Strip.- ella era la segunda al mando en la organización. Vestía un uniforme pulcramente ordenado y una expresión falsamente amable. Ahora que lo recoradaba, se parecía un poco a Umbridge. A Evelyn se le revolvieron las entrañas y se le formó un nudo en la garganta. -¿Acaso sigue haciéndolo?

-¿Qué cosa, querida?

-Lo que me hizo a mi.- respondió. -Encariñarse con los huérfanos jóvenes, luego abandonarlos. Es una excelente técnica, ¿Sabe? Consiguió más respeto del que la directora Junkfold.- Strip se quedó helada una milésima de segundo. Evelyn le recordaba a otra persona, una con la que habría deseado nunca toparse. 

-Yo soy la directora actual, niña.- corrigió -Y ten más cuidado la próxima con tus palabras. No te hice ningún daño, solo te mostré la realidad. Los paganos como tú jamás podrán vivir como se debe. 

-Nadie aquí considera a Merlín un Dios.

-Si aquella mujer no nos hubiera pagado te habríamos dejado en la calle en la primera oportunidad, fuimos unas ingenuas.- la ignoró. -Era tan anormal como tú.

Traidora - George Weasley (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora