"Cuando estoy triste abro un libro e ignoro al mundo"
Lisa Simpson
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El día de la tercera prueba del alabado Torneo de los Tres Magos había llegado. Los estudiantes hacían sus apuestas sobre quién ganaría la competencia o cómo sería la prueba mientras los profesores se esforzaban para que les prestaran atención en sus clases, aunque ellos estaban igual de emocionados que los alumnos. El ganador se llevaría una supuesta "gloria eterna" cuando la verdad era que el mundo mágico olvidaría tal hazaña pasados unos años; lo que verdaderamente les importaba era el premio de mil galeones que adquirirían con la victoria.
Normalmente Evelyn Warren no habría mostrado interés por cuarta vez en los eventos sociales que se estaban dando a lo largo del año, pero esta vez se encontraba considerando seriamente asistir a la misma únicamente por la casi segura presencia de una persona en específico, por la cual luchó desde el inicio del día para que no se colase en sus pensamientos. Ya la tenía harta ese ir y venir de la conciencia a inconciencia de él. Cuando menos se lo esperaba se hallaba bebiendo su jugo de calabaza y recordando el contacto estrecho que habían tenido, y se horrorizaba por aquello. Aunque había aceptado el hecho de que ella no era su familia, aun no asemejaba la posibilidad de conseguir otra relación afectiva y mucho menos con un familiar de las víctimas de sus pesadillas.
Tampoco era una persona carente de amor, tenía a sus amigas, a Ámelie y antes de que descubriera sus cualidades extrañas -o como ella las llamaba, diabólicas- una señora del orfanato que tenía un favoritismo por ella y la mimaba siempre que podía; antes de que su magia se manifestara, claro. En esas épocas el orfanato era un lugar agradable; tenía amigos y las mujeres que los cuidaban eran amables. Luego de que sus habilidades se visibilizaran, los residentes del lugar- que si bien no era un establecimiento cristiano eran grandes devotos a la religión- comenzaron a llamarle demonio y los niños a hacerle bromas respecto a eso.
Hasta tanto le afectó que en una búsqueda desesperada de la normalidad leyó la biblia y otros libros relacionados con Satanás que pudo encontrar en el despacho de la directora para intentar revindicar su existencia o conocer algo sobre ella misma. Pero aquello no le causó nada más que problemas, porque la dueña de la desvencijada oficina la encontró y obligó a cambiarse habitación a otro lugar que, por más que uno se esforzase, no podría llamarlo así; la descripción más acertada sería cuadrado frío y oscuro utilizado únicamente para guardar trapeadores sucios y tirar las ratas muertas- o por las crueldades de los demás huérfanos, vivas- sin que nadie se diese cuenta. Pasó allí una cantidad de tiempo memorable antes de que Mary Junkfold superase su miedo a las anormalidades que estaba segura que la chica presentaba. Incluso cuando vino Albus Dumbledore años más tarde le recomendó que no se le acercara demasiado, o que si lo hacía fuera para llevársela del orfanato a un psiquiátrico o un lugar donde todos estuvieran a salvo de ella. Se lo había dicho a Evelyn en la cara en diversas ocasiones, las peores de ellas con el público infantil observando, pero de igual forma en su inocente forma de pensar la pequeña hacía todo lo que podía para evitar que su magia brotara y para contentar a la mujer que tanto daño le hacía. Hogwarts era su verdadero hogar, allí era que había conocido a sus amigas, a las que podría considerar familia. Eran un trío inseparable que pasaba la mayor cantidad del tiempo juntas estudiando o hablando de lo que sea.
Una mueca se formó en su rostro ante la inminente vuelta al orfanato en el que vivía. Sabía que tan solo eran tres meses y que luego se encontraría otra vez en los patios del castillo viendo como Luna alimentaba a unas criaturas invisibles, pero su cerebro aun no contemplaba el paso del tiempo que se había dado desde la segunda prueba del torneo. Como meta tardía del nuevo año que había comenzado, se decidió a pasar lo mejor posible los tres meses venideros en el mundo muggle. Si tenía una buena conducta el primer mes, existía la posibilidad de que bajaran la guardia con ella y pudiera escapar en la noche para al menos despejarse de las tristes cuatro paredes en las que habitaba. Había oído el año pasado que la directora se quejaba con uno de sus secuaces sobre un pueblo fantasma que dividía Londres y la zona rural, por lo que se propuso visitarlo hacía ya varios años. Y quizás ese año era el momento ideal. Si bien no podía hacer magia fuera del colegio, había un par de trucos que había aprendido; quizás podría colocar una nota en la puerta la noche anterior dictando que se encontraba enferma para que no notasen su ausencia, y en caso de que entraran pondría las almohadas formando su cuerpo bajo las sábanas. De una forma u otra, posiblemente se alegrarían cuando supieran que estaba indispuesta y ni siquiera la molestarían. Un día libre de aquel odioso lugar no le vendría mal.
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Traidora - George Weasley (Terminada)
Fanfiction⁘ 𝐒𝐢𝐧 𝐦𝐢𝐞𝐝𝐨. 𝐋𝐚 𝐜𝐨𝐛𝐚𝐫𝐝𝐢́𝐚 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐞 𝐠𝐞𝐧𝐞𝐫𝐚𝐫 𝐨𝐝𝐢𝐨, 𝐲 𝐮𝐧𝐨 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐞𝐱𝐜𝐥𝐮𝐢𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐠𝐥𝐚. 𝐍𝐨 𝐭𝐞 𝐥𝐨 𝐭𝐨𝐦𝐞𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐥, 𝐚𝐬𝐢́ 𝐟𝐮𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚 𝐞𝐥 𝐚𝐳𝐚𝐫. 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐯�...