"Hasta los seres más corrientes se creen especiales y extraordinarios"
Matilde decide vivir
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El comedor estaba nuevamente inundado por estudiantes, pero esta vez especialmente más bulliciosos. Se agrupaban adolescentes con sus amigos en ciertas partes de las mesas respectivas a cada casa con expresiones escandalizadas. Algunas opiniones trasmutaron ese día, asumiendo que las anteriores eran absurdas, todo se estaba desmoronando y no había nada que pudieran hacer para detenerlo.
Para acabar con el desentendimiento, Evelyn tomó el habitual ejemplar que la lechuza de Lyra le brindaba inútilmente cada día, ya casi no leía El Profeta, ahora se asimilaba más bien a la revista Corazón de Bruja; aunque Amber leía secretamente el mismo siempre que podía.
Colocó las hojas frente a ella, Amber y Lyra, apenas reconoció la portada, no era común que hubieran cosas interesantes allí. Pero esta vez el título rezaba en primera plana: "FUGA MASIVA DE AZKABAN", un título bastante alarmista teniendo en cuenta lo que significa masiva, pero ella no tuvo demasiado tiempo para pensar en aquello.
Debajo, se movían las fotos escalofriantes de nueve magos y dos brujas, con el delito y el nombre. Leyó rápidamente hasta que llegó a sus padres, al fin les podía dar rostros y no eran unos que pudiera definir con otra palabra que demenciales; su padre tenía la cara larga, pálida y un semblante retorcido, su madre tenía una mirada traviesa y a primera vista la clasificaría como una persona normal. Claramente no encajaba con el epígrafe bajo la fotografía: "Condenados por el brutal asesinato de Gideon y Fabian Prewett." Aun ignorando lo ecuánime de ella, notó que conservaba el mismo color de cabello de su padre, los ojos grises de su madre y de alguna forma comprendía la locura que la atravesaba. De pronto sintió esperanza, dolor por lo que pudo haber tenido a pesar de lo retorcido que sonaba, y asco por sí misma.
Era mentira, no fue solo a ellos a quienes torturaron y enloquecieron, existía otro sinfín de muggles muertos por su culpa.
Ese día se dio cuenta de que siempre se distraía con pequeñeces, detalles insignificantes con tal de eclipsar lo importante. Cayó en la cuenta de que sus padres habían escapado junto con sus fieles compañeros de la prisión más segura del mundo y que si podían lograr aquello nada les impediría irrumpir en el colegio. Lo poco que sabía de ellos eran los recortes de unas pocas oraciones en periódicos antiguos y valientes referidos a ellos. En lo que iba del año un mal presentimiento la había inundado y George la había alentado a investigar, era tiempo.
De todas formas, existía la posibilidad de que no la encontrasen, ¿Quién le aseguraba que la recordaban? Barty Crouch Jr., pensó. Harry dijo que él sabía sobre ella porque era su padrino, pero él también había estado en Azkaban y no la había olvidado, y ni siquiera era su propia hija. Ignoraba el tiempo que el falso Ojoloco había estado en la cárcel, tal vez no el suficiente para dejarla en paz, o quizás sí.
Su cerebro funcionaba a mil por hora en ese momento, tenía el ceño fruncido y un millón de teorías pasaban por su mente. No se percató de que su actitud era peculiarmente extraña a comparación de sus compañeros, pero estaban muy ocupados discerniendo de la seguridad del castillo; a excepción de Neville, lejos en la mesa de Gryffindor, quien se levantó de su asiento y dudaba entre destrozar el periódico o llorar sobre él. Ni tampoco se percató de que una segunda persona se había erguido en la misma mesa y se acercaba, o de que Lyra le estaba hablando.
Murmuró un "Estoy bien" y atrapó en el aire la carta que una lechuza negra llevaba. Aquella se estaba peleando con Pumpkin, luchando por quien entregaría la carta; aunque la anaranjada parecía desear fragmentarla con su pico en vez de darla. Nunca pudo ver con claridad el animal, aunque le agradaba. Volaba solitario, elegante e impecable en el techo del Gran Comedor y no se molestó en bajar a tomar un bocadillo del desayuno estudiantil.
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Traidora - George Weasley (Terminada)
Fiksi Penggemar⁘ 𝐒𝐢𝐧 𝐦𝐢𝐞𝐝𝐨. 𝐋𝐚 𝐜𝐨𝐛𝐚𝐫𝐝𝐢́𝐚 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐞 𝐠𝐞𝐧𝐞𝐫𝐚𝐫 𝐨𝐝𝐢𝐨, 𝐲 𝐮𝐧𝐨 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐞𝐱𝐜𝐥𝐮𝐢𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐠𝐥𝐚. 𝐍𝐨 𝐭𝐞 𝐥𝐨 𝐭𝐨𝐦𝐞𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐥, 𝐚𝐬𝐢́ 𝐟𝐮𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚 𝐞𝐥 𝐚𝐳𝐚𝐫. 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐯�...