Traidora - George Weasley (Terminada)

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"El dolor es el precio que se paga por amar, así que está bien."

Anne with an "E"

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El sol se alzaba calurosamente en un nuevo día en la institución Saint Mary, Londres. Evelyn despertó luego de un sueño inquieto escuchando el masticar de alguien y se sentó en la cama desperezándose rápidamente para después girar violentamente hacia su ventana junto a la cual se encontraba la jaula de Pumpkin. La lechuza ya había vuelto de su búsqueda y estaba terminando de devorar el murciélago que había cazado durante la noche haciendo unos ruidos especialmente desagradables. 

-¡Me asustaste!- exclamó aunque adormilada riendo del pronto refunfuño de su ave en respuesta seguido de un nuevo engullimiento del ala del murciélago. -¿Ninguna noticia?- la lechuza la miró y luego volvió a bajar la cabeza continuando con su desayuno. Por aproximadamente una trigésima vez en las mañanas de ese detestable lugar Evelyn suspiró. No había obtenido respuesta alguna de George Weasley en todo el verano y le preocupaba. Su lechuza continuaba retornando sin ninguna carta en respuesta aunque sí descansada y alimentada, por lo que sabía que alguien estaba recibiéndola sin duda. Estaba frustrada, pero con tal de conservar su orgullo se prometió que aquella sería la última que enviaría, aunque solo fueron tres en total. De una forma u otra tendría todo un año para averiguar lo que sucedía en Hogwarts, aunque lo que más la consternaba era el hecho de que probablemente había sido una fugaz amistad y continuarían como desconocidos.

Se lamentó en silencio aquella supuesta pérdida mientras bajaba las escaleras desdeñadas del lugar para acudir al desayuno ignorando los llantos y gritos de los niños pequeños. Era su momento más importante porque allí hurtaba la comida necesaria para sobrevivir el resto del día sin necesidad de volver a almorzar, únicamente bajaba a la cena y terminaba rápidamente con tal de quedarse en su habitación. No ansiaba compartir segundos de vida con aquellas personas y viceversa, lo cual también era propicio para ella porque gracias al temor que le tenían los demás niños ella tenía un cuarto propio.

Los días seguían pasando, apenas podría reunirse con Lyra y Amber en la última semana de vacaciones para ir las tres juntas a la plataforma 9 3/4. Se comunicaba con ellas cada dos o tres días, así que no estaba completamente sola. Normalmente ambas saldrían de viaje con sus padres, pero con todo lo sucedido con el Innombrable no muchos magos insensatos se alejaban de sus familias. 

Evelyn había pasado todo un mes allí encerrada con escasas salidas de su habitación, por lo que venía planeando hacía unos días aquel escape del que no había notificado a nadie a excepción de su lechuza.

-Bien. Es el momento, Pumpkin.- sonrió emocionada. Era la primera vez en su vida que se atrevía a desobedecer las reglas, excepto cuando se encontraba bajo la influencia de Fred y George. 

La lechuza hizo lo que según un ave sería un asentimiento y salió volando por la ventana vigilando que no hubiera ningún empleado del establecimiento en la calle. Evelyn revisó la escena del "crimen" que había plantado: una nota en la puerta avisando que se encontraba enferma y que no la molestaran, -cosa que no harían, porque si moría la niña mejor para ellos: una anormalidad menos en el mundo.- una silla bastante inestable bloqueando la entrada y en el caso de que decidieran entrar las almohadas que acomodadas para que parecieran un humano. 

Examinó nuevamente todo nerviosa. No era un plan muy confiable, pero como salo se iba por un día y estaba harta de ese lugar, estaba dispuesta a arriesgarse. Tomó la funda de la almohada que usaba como bolsa para colocar la comida con la que pasaría el día y salió por la ventana inhalando el aire que según ella tenía temple de libertad. Bajó lenta y cuidadosamente las escaleras de incendios descendiendo dos pisos. En cuanto llegó a la planta baja saltó los dos metros de altura que había entre ellas y el suelo para reencontrarse con su lechuza.