XX

160 17 2
                                    

"El poder de la palabra puede resultar amargo y a la vez  liberador."

La ladrona de libros

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━

Nadie jamás en la historia se ha tragado los cuentos con finales felices. Pero es impresionante cuando una persona se las arregla para escurrirse entre los dedos de sus enemigos casi sin parpadear. Como la rutina matutina de un gran aventurero. Harry Potter parpadeó muchas veces. Demasiadas, en realidad. Alguna vez creyó que conseguiría un año tranquilo, pero sus esperanzas se hicieron añicos mientras escuchaba una profecía. Y se sintió furioso. Mucho más de lo que alguna vez lo había estado. Luego olvidó el sentimiento, cuando la Orden del Fénix se apareció en el Departamento de Misterios, cuando vio con vida a Sirius. Pero la sensación continuó gestándose. Esperando.

La batalla había resultado bien. Si se puede decir así a que el propio Ministro por fin aceptara la inminente realidad y que unos cuantos magos y brujas (entre ellos estudiantes) salieran heridos. Harry parecía menos consternado que Dumbledore, porque tenía la nueva certeza de que no descansaría hasta asesinar a su enemigo. Era la primera vez en meses que Evelyn veía a Dumbledore. Se acercó a él, terminaba de hablar con el ministro y se alejaba con una sonrisa falsa y semblante distante. ¿Qué pasaría por esa psiquis tan peculiar, tan avanzada? No pudo averiguarlo, el director la abordó con la legeremancia lleno al grano.

-¿Intentaban facilitar algún encuentro?- preguntó Dumbledore. Ella no recodaba haber iniciado la conversación, pero no le pareció inconveniente para responder con casi normalidad.

-No. Dicen que el Señor Tenebroso los tiene ocupados.- esta vez lo pudo sentir hurgan en su mente. ¿Por qué Señor Tenebroso en vez de Innombrable? -Dijeron que me verían en cuanto finalizara el curso. 

-Necesitaré las cartas. ¿Algo más, señorita Warren?- estuvo a punto de no replicar, pero había algo extraño. Un dato de no menor importancia en la legeremancia es que si se presta atención o el ejecutor es muy vago, se pueden notar ciertos ápices de sus emociones. Esa rama de la magia es de ida y vuelta en ocasiones. Y el pensamiento salió de su boca.

-Profesor, ¿Hay algo que me ha ocultado?- Dumbledore permaneció allí de pie, impertérrito. Tomó una decisión rápida. Ya era tiempo, cada varita era de gran ayuda tanto en la Orden como para los Mortífagos.

-Lo hay. Pero lo sabrás en Hogwarts.

Se conformó con esa respuesta. La tensión antes de un gran acontecimiento podía ser apreciada con los ojos correctos. Se reencontró con los gemelos y pudieron hablar la casi toda la noche que pasaron en el ministerio. Esperando a que Dumbledore cumpliera con la burocracia correspondiente hasta que llegaron los periodistas de distintos periódicos desesperados por interrogar a Harry. En ese momento se dignaron a retornarlos al colegio. 

Explicó lo sucedido a Amber y Lyra y se percató de que incluso aunque se habían distanciado en los últimos meses la confianza era creciente. Salvo hasta que el profesor Flitwick se llevó a Lyra para comunicarle que su madre había muerto. Emmeline Vance fue asesinada por Bellatrix Lestrange en el Departamento de Misterios salvándole así la vida al prófugo Sirius Black. Un viejo amigo de la adolescencia con el que se había reencontrado hacía unos pocos meses con toda nostalgia. 

Evelyn había llegado tarde a la batalla. No poder aparecerse en el castillo fue una clara desventaja cuando es tan inmenso. Moverse entre la lechucería, el despacho de Umbridge para disuadir a la Brigada Inquisitorial y al final dándose cuenta de que tendría que usar thestrals para llegar ella misma al Ministerio. Pero se preguntó si sus padres habían estado allí. Harry la continuó mirando con recelo cuando llegó, y peor Hermione, que caminaba con dificultad.

Traidora - George Weasley (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora