8. ¿Me extrañaste?

25 4 0
                                    

El Doctor llegó al edificio central. Era el edificio más alto y hermoso de toda la bóveda de cristal. Estaba hecho de una especie de hermosos espejos y en la punta del edificio habían unas antenas bastante altas.

El Doctor sin pensárselo dos veces entró en el edifico sigilosamente. La sala era enorme. Era muy futurista, habían unos ascensores en mitad de la habitación que te llevaban hacia arriba...o hacia abajo, muy hacia abajo. El Doctor se acercó a el ascensor y entró. Habían varios botones para subir a las plantas superiores, pero uno que estaba con llave le llamó la atención. En el botón estaba escrito "Laboratorio" en Gallifreyan. Iba a sacar su destornillador sónico para hacer girar la manilla y así ir hacia abajo. Pero lo guardó enseguida al ver que un guardia de seguridad entraba también al ascensor.

- ¿A cuál piso va? – Preguntó el guardia.

El Doctor lo miró y balbuceó un poco. Pero luego con una voz firme le dijo:

- Al laboratorio –

- ¿Tiene la documentación? – Le preguntó el guardia.

Iba a sacar su papel sitico. Esa pequeña tarjeta en blanco que hace ver a la gente lo que tú quieras que vean. Pero decidió entrar con otro modo.

- No, pero tengo derecho a entrar y salvar a esas personas-

- ¿Cómo sabe usted lo del laboratorio? ¡No puede entrar ahí sin documentación! –

- ¡Oh! Yo creo que sí. – Le dijo con una pequeña sonrisa.

- ¿Quién es usted para decidir eso? –

- Soy El Doctor. ¡Y ahora lléveme abajo y luego desaparezca y no vuelva a participar en un matadero como este! – Le dijo ahora con un tono enfadado.

El guardia se quedó en silencio. Era obvio que conocía al legendario Doctor. Era una leyenda entre los de Gallifrey desde que los salvó de la guerra del tiempo. Entonces, el hombre obedeció.

Llegaron abajo y posterior mente El Doctor salió del ascensor. Pero, las cosas no iban a ser tan fáciles para él. El guardia de seguridad cogió un teléfono de emergencia que estaba colgado en una de las paredes del laboratorio, y llamó a lo que parecía ser la central.

- El Doctor está aquí. Repito. El Doctor está aquí. Apresarle y...conectadle. –

Mientras tanto, El Doctor buscaba perdido al Amo. Estaba aterrorizado al ver todos esos cuerpos conectados a la máquina, y pensar que su mejor amigo también estaba así. Llegó a una puerta que estaba al final de ese infernal pasillo. La abrió, estaba vacía de guardias, pero allí sí que estaba su amigo. Casi desnudo conectado a la máquina como uno más del experimento. El Doctor no sabía cómo reaccionar. No le salían las palabras. Tragó saliva y entonces comenzó a actuar. Apagó la máquina y se abrió la puerta de cristal de aquella gran cabina. Le desconectó los cables principales. Vio como lentamente El Amo abría los ojos. Estaba pálido y tenía ojeras, heridas por todo el cuerpo por culpa de los cables, los cortes que le habían provocado las esposas seguían chorreando gotitas de sangre. El Doctor le miraba con shock.

- Koschei... ¿Qué te han hecho? – Preguntó El Doctor con voz temblorosa.

El Amo le miraba perdido, estaba mareado y dolorido. Seguía atado.

- D... ¿Doc...tor?... – Habló con voz débil.

- ¡Si! ¡Si Amo, soy yo! ¿Me extrañaste? – Le dijo El Doctor con una sonrisa y casi llorando.

- Tengo miedo...tengo mucho miedo. –

- Te voy a sacar de aquí, tu aguanta. –

El Doctor le desató las sujeciones restantes y El Amo calló en sus brazos. No tenía fuerzas ni para mantenerse en pie, apenas podía mantener los ojos abiertos. Cubría su pecho desnudo con sus brazos mientras temblaba de frío, El Doctor, le agarraba fuerte para que no se desplomara en el suelo.

- T-T-Tengo...tengo m-mucho fr-frío – Tartamudeó El Amo.

El Doctor agarró los extremos de su larga gabardina marrón y cubrió a El Amo abrazándolo.

- ¿Mejor? – Le preguntó.

Hubo un silencio, El Amo seguía tiritando, pero esta vez menos intensamente, luchaba por no llorar, pero al final le saltaron las lágrimas.

- T-Te he extrañado... ¡Te he extrañado mucho!...tenía mucho miedo – Repetía.

- Shhhh, tranquilo, ya estoy aquí contigo, no tienes por qué tener miedo, ya estoy aquí. El Doctor ha llegado. –

The Lab of the TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora