The Lab of the Time

1. El Laboratorio

La Tierra, Londres, año 3684, El Doctor y El Amo acaban de aparecer con la rupestre cabina de policía y máquina del tiempo que en el interior es más grande, la T.A.R.D.I.S, en una especie de habitación de laboratorio. El lugar parece estar abandonado. Es un típico laboratorio antiguo del año 2020, salvo que la mayoría de las maquinarias que se encuentran allí son muy revolucionarias. Al Doctor le llaman la atención.

- Hm, que extraño. Este tipo de tecnología me suena muy familiar – Dijo El Doctor saliendo de la T.A.R.D.I.S y echándole un vistazo a la lúgubre habitación.

- Si, a mí también...Tal vez la hayamos visto en otro viaje que hemos hecho – Respondió El Amo.

- Tal vez... – El Doctor sacó su pequeño y preciado destornillador sónico y comenzó a escanearlo todo.

La sala era oscura, solo era iluminada por la débil luz que emite la máquina del tiempo y pequeñas luces parpadeantes de las maquinarias aparentemente apagadas.

- No puede ser – Dijo El Doctor asombrado.

- ¿El que no puede ser? –

- Esta tecnología...es de...Gallifrey. -

Gallifrey, el planeta de los Señores del tiempo y su planeta natal. Destruido por la famosa guerra del tiempo. Señores del tiempo contra otra raza llamada "Los daleks" lucharon durante años. La guerra parecía interminable. Hasta que El Doctor pudo darle un fin, congelando todo su planeta en una burbuja temporal.

El Amo se quedó sin palabras. ¿De Gallifrey? ¿Cómo era eso posible? ¡Todo el planeta estaba atrapado en una burbuja temporal!

Las preguntas eran muchas en sus cabezas. El Doctor se acercó a una tela que cubría parte de la pared de la habitación. La descubrió y pudo ver un símbolo, el símbolo representativo de Gallifrey y los señores del tiempo.

Acercó la mano y lo tocó, pero retiró rápidamente la mano, ya que chisporroteó al mínimo toque. Se encendieron todas las luces, incluidas las de los experimentos.

- ¡Doctor! ¡Por aquí! –Le gritó El Amo mientras abría la puerta de la extraña habitación.

Conectaba con un pasillo. El pasillo era inmenso, parecía no acabar, pero lo que más le llamó la atención es que en las paredes del pasillo había una especie de cabinas de cristal incrustadas en la pared que contenían a cuerpos atados con cables.

El Doctor asomó la cabeza y pudo contemplar también esa terrible escena.

- ¿Q-Qué les están haciendo? – Preguntó nervioso El Amo.

- No...no lo sé – Respondió El Doctor.

Salió y escaneó nuevamente con el destornillador sónico las extrañas cabinas.

- Son personas, personas humanas. Las están matando...quitándoles toda su energía... ¿Para qué? ¿Por qué cometer tal atrocidad? –

Hubo un silencio. El Doctor se giró y vio a El Amo mirando perplejo el final del pasillo. Ese pasillo que parecía infinito acababa en una habitación oscura. La única habitación que no poseía luz en ese sitio.

Comenzaron a caminar hacia allí. Llegaron rápido. Entraron y se quedaron observando cómo podían en la oscuridad. Una vez que la vista se les aclaró pudieron ver una especie de naves de transporte. Hacía mucho tiempo que no veían tales naves, ya que eran de su perdido planeta.

- Un laboratorio de personas con maquinaria de Gallifrey... ¡No tiene ningún sentido! ¿Y para que estas naves? Este sitio está desierto, nadie va a meterse en una de esas. – Dijo El Amo confundido.

- O...tal vez...esto no esté vacío – Le respondió El Doctor.

Entonces, negro. No veían absolutamente nada. Unas personas les habían tapado los ojos con unas vendad. Lo único notaban era como unos brazos les agarraban mientras ellos forcejeaban y gritaban. Les clavaron algo en el cuello que hizo que se desplomaran en el suelo, y luego, después de unos segundos. Luz.