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Mateo

Miré a Olivia fijamente y pude ver lo tensa que se puso al verme.

Había estado sentado desde las siete esperando a que regresara, Ignacio ya estaba insistiendo para que subiéramos, cuando justo la vi cruzar hacia el ascensor.

Me levanté del sillón y corrí justo hacia el ascensor, y sinceramente no sabría decir la razón por la qué lo hacía.

Siento las manos de Ignacio empujar mi espalda ya que me quedé como un boludo, mirándola, pero fue tan repentino que terminé por arrinconar su cuerpo en la esquina del ascensor.

Logré poner por suerte (o lamentablemente) mis manos a los costados de su cabeza, logrando no caer sobre ella.

Sin embargo, nuestros rostros estaban tan cerca que nuestras respiraciones se mezclaban.

Mis ojos inspeccionaron su rostro completamente ahora que la tenía cerca, y antes de poder concentrarme en lo nerviosa que se veía, caí en sus encantos.

Su piel lucía suave como siempre, sus ojos azules que resaltaban con su cabello rubio y por supuesto sus labios rosados.

Ella nunca podría parar de encantarme.

Los días en los que estábamos enamorados venían a mi cabeza, de sus labios tocando los míos, de mis manos acariciando su piel, de su mano agarrada con la mía.

—Disculpa.. ¿podés alejarte? —Dijo el hombre a su lado antes de jalarme ligeramente, separándome de ella.

Entré en la realidad y suspiré antes de darme la vuelta incómodo y miré fijamente a quién creía era su manager.

—¿Lo conocés? —Le preguntó a ella.

La miré, ella aún me miraba, al parecer un poco en shock, pero enseguida sus ojos se desviaron a su manager.

—No tengo idea de quién es ese idiota. —Dijo y yo fruncí mi ceño enseguida.

Ignacio suprimió una risa y yo lo miré mal. Sin dejar mi cara de culo miré también a Olivia.

No sabía que me ofendía más, que me haya dicho idiota, o que aparente no conocerme.

¿No me conoces? —Le hablé en español.

Ella alzó una ceja y desvió su mirada a la esquina del ascensor.

—¿Qué dijo? —Preguntó su manager.

Ella lo miró mal y él hizo una mueca de pena.

Las puertas del ascensor se abrieron y  cuando bajamos vi el pequeño pasillo que solo daba a dos puertas.

Ambos penthouse, lo cual quería decir que Olivia era mi vecina. Yo no lo podía creer.

Sin embargo, nuestra atención se fue rápidamente a algo más relevante.

Santi estaba sentado en la mitad del pasillo, y nuestra puerta estaba abierta.

—¡Papis! —Gritó él mirándonos mientras extendía sus manitas.












Maraton 1/? Para mis estrellitas🥺❤️🤗

Las amoo, sus comentarios me motivan como no tienen idea<3

Por cierto, les tengo una mala noticia, ya mañana entro a estudiar, pero al menos es virtual 😔

Mess [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora