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La brisa agitó su cabello, y le provocó escalofríos en todo el cuerpo. Suspiró, notando que ya eran más de la cinco de la tarde.

Curioso porque las tareas de KunHang se iban a retrasar, muy poco común para él.

- No te he visto desde hace cinco años, hermanito -

Se giró levemente, notando que su hermana lo veía con una mirada de lástima y tristeza. Sonrió, sin gracia alguna: Lee TaeYeon siempre lo había visto así.

- Bueno, me mudé de cuidad, es lo lógico, ¿no? -

TaeYeon hizo una mueca de desconcierto: sin duda, su hermano menor había cambiado mucho. Se acomodó en la silla, algo nerviosa.

- ¿Cómo se llama? Tu hijo, mi sobrino... -

- KunHang, se lo puse en honor al abuelo - contestó, serio.

- ¿Y el chico? El alto -

- Uhm, ChanYeol -

- Es...¿tu novio? -

- No, no lo es - respiró hondo - es un amigo, que me está ayudando a criar a mi hijo.

- Espera, ¿cómo un padre? -

- Que comes, que adivinas Noona - ladeó la cabeza - ¿qué esperabas?

- ¿No es un poco joven para hacerlo? -

- Bueno, tuvo más pantalones y huevos que mi ex - encogió los hombros - no me molesta, es un buen chico.

Estaban en una mesa afuera del restaurante, y Park junto al bebé estaban en frente, en unos juegos con forma de leones. El niño parecía ignorar toda la situación incómoda.

- Él te está buscando - aclaró ella, tímida - ¿lo sabías?

- No, y tampoco me interesa, ¿sabes? - jugó con su cuchara - ahora tengo una vida buena y no lo necesito.

- Pero KunHang necesita a su padre de verdad... -

- No, no lo necesita - objetó, frunciendo el ceño - mi bebé ni siquiera lo conoce. Además, tiene a su papi ya, no necesita nada más.

- Baek, entiende que ese no es su padre verdadero -

- ¡¿Y a mí que diablos me interesa!? ¡él es feliz en compañía de Chan! - exclamó, ya molesto - ¡no necesita que SeokHyun regrese!

- Pero tiene derecho a conocerlo -

- Noona, él renunció a ese derecho cuando nos abandonó - bufó, cruzando los brazos - no tiene nada que reclamarnos. No lo quiero volver a ver en mi vida.

- Mamá y papá también te extrañan - susurró.

- Que bueno, me alegro - respondió, indiferente - ¿se tragaron sus palabras, no?

- Es que nadie pensó que realmente te irías de casa -

- Todos sabía cuan capaz era, y de cuan capaz soy de todo - replicó - pero decidieron ignorar lo que dije y no tomar en cuenta lo que sentía. Pero aquí me tienes, brillando como siempre.

- MinHo me dijo donde estabas - sus ojos se cristalizaron - jamás pensé encontrarte aquí.

- Yo tampoco, Noona - se levantó - pero no le digas a nadie donde estoy, por favor.

- Pero Baek, ¡nuestros padres deben saberlo! -

- No, no deben y no pueden - rió, sin remordimiento - ¡yo ya no soy su hijo! Eso me dijeron. Ahora que disfruten de su perfecta vida y a mi me dejen en paz, gracias.

š™‹š™–š™„š™ž! - š˜¾š™š™–š™£š˜½š™–š™šš™ Donde viven las historias. DescĆŗbrelo ahora