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YiFan estaba en su departamento, recostado en el sillón cuando la notificación de un mensaje. Era de su hermano, lo reconocía por el tono exclusivo que él tenía.

Tomó el aparato y lo prendió, algo cansado.

"Alistate, pasaré por ti"

Extrañado, se levantó y fue hacia su armario más cercano, sacando una camisa y unos jeans negros, para verse casual. Cuando terminó, volvió al sillón y le marcó a su hermanito, a ver que tanta sorpresa le tenía.

- Lu - saludó, cuando por fin le contestó.

- Gege - dijo, en un tono algo agitado - ¿estás listo? Pasamos en diez por tu departamento.

- ¿A dónde me llevas tan ancioso, Lu? - preguntó.

- Es una sorpresa, gege - aclaró, riendo - no se lo puedo decir.

- Espero que sea una buena, LuHan -

- ¿Cuándo le he fallado? -

- Ni me hagas mencionarlo, niño -

- Valep, no lo diga. Pero esta vez no se va a arrepentir - asintió, rindiendose.

- Como tu digas, saludos a SeHun -

- ¿Cómo supiste que venía con él...? -

- Nunca se separan, y cuando lo intentaron, no durarom ni unas horas -

- ¡Gege! -

- Adiós, te veo abajo - y colgó.

No le gustaba la sorpresas de su hermano, si era sincero. Siempre eran citas dobles o salidas a sitios totalmente peligrosos y que causaran que se metieran en líos. Si su madre estuviera en Seúl, ya les hubiera regañado.

Nada cambiaba con el pasar de los años.

Un auto negro se estacionó en la entrada y él lo reconoció al instante; más no pudo sonreír, porque en la parte trasera también reconoció a su jefe y hermano de su futuro cuñado, ZiTao.

Su corazón se agitó como un idiota, y a YiFan el encabrono aquello: ¿por qué reaccionaba así?

- Hey, gege - llamó LuHan desde la parte delantera.

- Hola, ¿qué tal todo? - dijo, algo confundido.

- Suba, hora de ir por todo -

- ¿Okay? - abrió la puerta y se subió - hola SeHun, ZiTao.

- Hola - saludó Oh - Lu no te dijo nada, ¿verdad?

- Absolutamente nada - objetó, desviando su mirada hacia la ventana.

- Iremos a visitar a mis padres - comentó, empezando a avanzar por las calles - pidieron conocer a LuHan, y a su familia. Sé que su madre no vive aquí, por lo que tu eres lo único que le quedas.

YiFan asintió, pero no respondió nada.
Sentía la fuerte mirada de Huang sobre sí, pero trato de no inmutarse, no iba a admitir que le ponía nervioso, ¡nunca! Eso no era estilo de los Wu.

La música de fondo aligeraba el ambiente. Parecía que iba a ser un largo viaje cuando el auto salió a la autopista principal y empezó a alejarse de la ciudad.

Se acomodó en el asiento, esperando dormir tan solo un poco.

Tras el accidente de SeHun, y la nueva relación que sostenía con LuHan, todos habían vuelto a sus vidas normales. Pero Tao parecía haberse quedado en que podía molestarlo a su antojo.

š™‹š™–š™„š™ž! - š˜¾š™š™–š™£š˜½š™–š™šš™ Donde viven las historias. DescĆŗbrelo ahora