Capítulo 2: La introducción de mi vida- Parte dos:

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Como todas las mañanas, el sol golpeaba con fuerza por mi ventana provocando que me despertara y así me levantara, haciendo mí rutina matutina para antes salir de la habitación para desayunar se escuchaba un gran bullicio que provenía del Pueblo.

— Que molestia —

Saliendo finalmente de mi habitación fui a desayunar con la Anciana, ella por su parte no le importaba que la Emperatriz estuviese en el Pueblo.

— Todos estarán muy ocupados, es mejor que no salgas y te quedes aquí tranquila—

— Pero la medicina se puede estropeará, prefiero que se les estropee a ellos que a uno —

Terminando de desayunar, me levante de prisa y al llegar a la puerta del comedor hable.

— ¡Prometo no tardar! —

Tomando las cosas que siempre uso y la medicina di un suspiro profundo y nervioso... sabía que todo esto no va a ser fácil para mí, que odio estar rodeada de personas.

Girando la cerradura de la puerta finalmente salí y empecé a caminar hacia el pueblo, llegando pude ver las calles llenas de personas, gritos y música la adornaban también... todo esto me asfixia. Viendo mí canasta tenía la lista a quienes debía de entregar la medicina. A lo largo de estos años, la Anciana y yo nos hemos dedicado a hacer medicina en pocas palabras, somos herboristas.

Dirigiéndome hacia la primera en mi lista la gente se atravesaba en mi camino empujándome de un lado a otro, si fuese posible harían que cállese al suelo y que toda la medicina se arruine. Después de unas horas, finalmente había entregado toda la medicina a las clínicas correspondientes, lo último que quedaba era ir al orfanato para ir a ver a los niños.

Mientras me dirigía hacia allá tome un atajo para salir lo más rápido del pueblo cuando... me había equivocado de atajo, para mi estatura era imposible ver adecuadamente por toda la muchedumbre... de todos los lugares ¿tuve que terminar en el hospital nuevo?

Al escuchar con atención la gente gritaba con fervor a una sola voz:

— ¡Larga vida a la Emperatriz y a los soles menores el Imperio! —

Demasiadas personas... demasiadas personas... ¡quiero salir de aquí! Hacia todo lo posible para abrirme paso entre la muchedumbre mientras agarraba la punta de mi capa hacia abajo para que mi rostro no quedase descubierto, así mismo se escuchaba lo que las personas hablaban.

— ¡¿Lo has visto?! ¡Es el príncipe heredero mira su rostro, es hermoso! —

— ¡Mira el vestido de la princesa, es tan elegante! —

— Pero ¿ya vieron quien está escoltando a la Princesa? Es obvio, es mi hermana —

Esa voz... esa maldita voz... la conozco como mis inseguridades... Isabel está aquí... esa mujer está cerca de mí. Mis manos empezaron a temblar juntamente con mis piernas, hasta que volví a escuchar otra vez esa voz.

— ¡Oh! ¿Quién diablos está aquí? ¿No es el demonio? —

Voltee a ver hacia aquella voz insoportable, ella se encontraba enfrente mía con una sonrisa retorcida mientras cruzaba sus brazos con mando.

— ¿Qué esperas para irte a la mierda? Si buscas la ayuda de la Emperatriz no encontraras nada —

Retrocedía con un paso lento para irme de allí, gracias a ella mi vida comenzó a ser un infierno, cosas horribles empezaron a sucederme y con ello... perdí mi libertad.

— ¡Ooohhh! ¿¡Cómo no me di cuenta antes!? ¡Estás viendo si el Príncipe Heredero te da amor! ¡Qué estúpida eres! —

— No es verdad —

The secret of a Kingdom: Saga Corazón de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora